martes, 22 de noviembre de 2011

VUELTA A MADRID

Inventar proyectos innovadores: un objetivo imprescindible frente a la extrema pobreza.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de volver a visitar a Julio y María después de casi diez años sin vernos.

Son un matrimonio que conocí en Madrid en los años 90 y que a lo largo de los años se han vuelto una referencia de lo que significa aguantar condiciones de vida y exclusión extrema; y luchar a pesar de todo, con la esperanza de que mañana será mejor. He aprendido mucho de ellos y son una guía en mi compromiso como voluntario permanente.

Los conocí en el barrio de chabolas de Las Barranquillas. En aquella época Julio y María vivían apartados del barrio en una casita medio arruinada, sin agua ni comodidades, lejos de todo, rodeada de barro en invierno y de polvo en verano. Bajo el mismo techo, convivían varios hijos, nueras y nietos, según la semana podían ser 10 ó 20 personas...

Fueron ellos los que me hicieron descubrir y entender la vida de los más pobres en Madrid: ganarse la vida día a día, rebuscando la chatarra con un coche agotado, compartiendo juntos lo que se compraba con el producto de la venta o lo que se encontraba en los cubos; acogiendo a los hijos que los necesitaban, a pesar de la superpoblación, prestándose ayuda para afrontar todo lo que les caía encima...

Al principio de los años 2000, el barrio de chabolas fue derribado, y los habitantes fueron realojados en viviendas sociales. Julio y María recibieron un buen piso de alquiler en Alcalá de Henares, pero a más de 30 km de Madrid. Tuvieron que cambiar todos los circuitos que les permitían sobrevivir, aprender a pagar un alquiler y los gastos de luz, agua y comunidad, convivir en el mismo edificio con gente diferente... Nada fácil.

A lo largo de los años los chicos y chicas que yo había conocido como niños han formado pareja y tienen niños. Antes de la crisis, más o menos todos se las apañaban. Pero los dueños de las viviendas exigieron a María y Julio que no siguieran acogiendo en casa ni a sus hijos ni a sus familias porque molestaba demasiado a los vecinos. Entonces tuvieron que irse y se alojaron de okupas en un inmueble nuevo sin acabar, hay unas cincuenta familias agrupadas así. A primeros de octubre, la justicia ordenó el desalojo de todas estas familias.

Cuando les visité, no habían encontrado nada para alojarse más que una nave industrial sin agua ni baños. Carmen, una de las hijas de Julio me dijo: “nunca puedes descansar, al momento en el cual necesitas que te ayuden, te tiran por abajo y toda tu vida está por tierra...” Sin embargo, la solidaridad familiar no se desmiente, es lo que les permite a todos seguir adelante.

Como lo dije al principio, esta familia es para mí una referencia: el Movimiento ATD Cuarto Mundo ha logrado ganar su confianza y hemos conseguido estar a su lado a lo largo de todos estos años. Hemos visto progresos, como el acceso a una vivienda digna, la escolaridad de los niños y la salida de la droga de varios adultos.

Hemos soñado con esta familia una promoción social y una integración. Pero no las hemos conseguido y la crisis que azota a España lo hace mucho más difícil todavía. Ganarse la vida como lo saben hacer se ha hecho mucho más complicado y los servicios sociales ven sus medios tan reducidos que lo único que siguen haciendo es controlar a los pobres, pues no les pueden ayudar de verdad...

En la coyuntura actual, ¿qué proyectos innovadores debe poner en marcha el Movimiento ATD Cuarto Mundo con esta familia y todas las que están en la misma situación para construir una perspectiva motivadora? Tengo total confianza en los que llevan adelante el Movimiento Cuarto Mundo en Madrid, pero, ¡vaya desafío que tienen que revelar!

Desde Francia
Bruno Couder

lunes, 3 de octubre de 2011

Prohibido entrar con “chinelas”

“Todos los solicitantes están obligados a estar vestidos correctamente. A los solicitantes que lleven pantalones cortos, sandalias o chinelas no se les permitirá la entrada” cita un letrero colocado hace más de un mes en la Oficina de Inmigraciones en Manila.

Los pantalones cortos, las sandalias y sobre todo las chinelas son el vestuario común de la gran mayoría de los filipinos. Pero para la gente muy pobre que sobrevive en las calles, debajo de los puentes y a lo largo de los ríos que atraviesan Manila, son también el único vestuario que alcanzan a usar.

Hace casi un mes, una amiga de ATD Philippines, nos ofreció entradas para un espectáculo de Ballet. Por nuestra parte invitamos a los jóvenes que viven bajo uno de los puentes de Manila. Muchos jóvenes se apuntaron en la lista. ¿Permiten entrar con chinelas? Preguntó una de las facilitadoras. Nos quedamos sorprendidos. El espectáculo sería en el Centro Cultural de Filipinas (CCP por sus siglas en inglés), una institución gubernamental igual que la oficina de Inmigración.

¿Se puede prohibir el acceso a la cultura porque uno se viste “adecuadamente”?

El día del espectáculo algunos jóvenes tomaron prestados un par de sandalias, otros llevaban zapatillas deportivas. Pero otros, simplemente no tenían ni siquiera la posibilidad de pedir prestado, fueron con lo único que tenían como zapatos: un par de chinelas.

Finalmente pudimos entrar sin problemas, quizá porque corrimos con buena suerte…

Por otra parte, hace unas semanas vi un letrero similar en una de las universidades privadas más importantes de Manila. ¿Por qué?

La sociedad suele aceptar este tipo de letreros en establecimientos privados (discotecas, restaurantes, cines, iglesias, etc.) para evitar la entrada a personas que podrían causar escándalos, robar o… dar mala impresión al lugar. Pero aceptar este tipo de medidas venidas desde instituciones gubernamentales ¿no significa discriminación y exclusión directa y oficial?

Muchos de los que usan chinelas todos los días, porque no tienen otros zapatos, se pasan el día vendiendo periódicos, dulces, agua y cigarros en la calle. No tienen la intención de causar ningún escándalo, ni robar ni causar mala impresión. Lo que obtienen vendiendo no alcanza para comprar otra cosa que chinelas.

¿Por qué se niega el acceso a derechos fundamentales como la cultura y libre tránsito a la gente con menos posibilidades para vestir “adecuadamente”?

Cuando las maneras de vestir de unos se imponen sobre las de otros con medidas venidas del propio gobierno, resulta más fácil apoyarse en cuestiones legales para adoptar actitudes discriminatorias.

Normar el tipo de vestuario que uno debe usar, sabiendo que no todos los sectores de la población pueden cumplir con estas normas (y el gobierno lo sabe bien) me parece que es una forma directa de discriminación y clasismo selectivo. Si el gobierno exige el cumplimiento de sus normas, debe estar también dispuesto a brindar todos los medios necesarios para que todas las personas, sin exclusiones, tengan las herramientas para cumplirla.

Como es de suponerse, el gobierno no ha brindado estas herramientas; por lo tanto, desde mi punto de vista, no tiene derecho a emitir este tipo de normas.

Susana Huarachi Quispe
Manila - Filipinas

martes, 27 de septiembre de 2011

A propósito del Día del Niño en Guatemala…

Hace muchos años, escuché esta frase: “Ser niño en la Guatemala que conozco, es cualquier cosa, menos ser niño”.

Esta frase trae a mi mente la vida y la realidad de tantos niños que conozco. Todos tienen algo en común: son “niños”; niños en un país donde las desigualdades para unos y para otros salen a flote día a día.

Hace un año se conmemoró los veinte años de la Convención sobre los derechos de los niños. Ahora, poco se sabe sobre los avances del mismo. Aunque se ha asegurado que todos los niños y niñas deben tener acceso a los servicios básicos, hoy por hoy esto se queda en pura teoría. Algo más interesante es que Guatemala fue uno de los primeros Estados a nivel mundial en aprobarlos, pero cada día se siguen teniendo indicadores que reflejan la falta de voluntad de las autoridades en hacer que esto se cumpla.

La celebración del Día del Niño es una oportunidad para llamar la atención de todos aquellos que tienen relación con la niñez. Este día muchos expondrán lo que ellos significan para un país, las acciones que deben girar alrededor de ellos, serán el centro de atención para el comercio, entre otras cosas; pero al final la mayoría de estas reflexiones quedarán únicamente en un papel. Para los niños más pobres, el día de mañana volverá a ser igual: sin oportunidades, sin proyectos a largo plazo; maltratados, humillados y dejados atrás por su condición.

“No voy a ir porque no hay pisto”, me ha dicho una niña de 7 años, cuando le he preguntado ¿por qué no irá a la excursión que la escuela ha planificado? Esta familia no ha tenido los 10 quetzales que se requieren para ir a una mañana de recreación. Muchos son los niños pobres que no pueden disfrutar de estos tiempos y que se les sigue negando el derecho a la recreación.

Siguen sufriendo el abandono de las autoridades locales, cuando son obligados a vivir en situaciones extremadamente de riesgo. Entre la basura, entre ríos contaminados donde juegan y se desenvuelven, sin acceso a agua potable, entre otras desventajas.

No tienen acceso a la salud. Cuando tienen la oportunidad de ir al médico, las medicinas que están al alcance de sus familias no son suficientes para las enfermedades crónicas que los aquejan. Sus padres deben volver a casa únicamente con la receta en mano, porque no hay dinero para comprar las medicinas, el dinero únicamente alcanza para sobrevivir.

Este año, algunos tendrán que repetir nuevamente el primer grado de primaria, cuando es la tercera vez que lo han cursado. ¿Las razones? Podemos enumerar muchas, pero las que saltan a la vista a diario son: desnutrición, desmotivación en la escuela, dificultades de aprendizaje y rechazo. Es una carga muy pesada para un niño que lo único que quiere es “aprender” y porque además es él en quien la familia ha puesto también sus esperanzas a futuro.

La escuela sigue siendo incapaz de generar estrategias para que muchos niños, que vienen de familias vulnerables por su condición de pobreza, permanezcan en el aula y sean promovidos de grado. Esto no es un problema únicamente de la escuela sino también de un sistema que no ha proporcionado las herramientas para buscar soluciones a un problema cada día más evidente en las aulas.

Carlos Aldana, experto en Educación citaba en un artículo: “La educación es una cancha que no necesita ya más espectadores, sino protagonistas”. Es así que en este día tenemos nuevamente la invitación y el reto, a que como educador@s, ciudadanos y autoridades, trabajemos y nos comprometamos para que todo niñ@ pueda acceder a sus derechos fundamentales para que de esta forma aseguremos un futuro diferente para ellos.

Elda Nohemí García
Escuintla, Guatemala

lunes, 12 de septiembre de 2011

Prosperidad: la hermandad de los pueblos

Cuando las exigencias del consumo y de la moda marcan el ritmo de la vida y hacen que las personas quieran tener un blackberry, un carro último modelo, que son supuestamente sinónimos de prosperidad, de bienestar, de éxito, ¡de bendición! Es difícil pararse y decir “oigan yo lo que quiero no es eso, sino bienestar y paz para todos, incluso para los que aparentemente no se la merecen”.

Todos nos merecemos vivir en un mundo, en un país, en una comunidad, donde cada uno puede desarrollarse y encontrar su espacio. En las últimas décadas, le ha dado a la humanidad, y no por casualidad, por ver hacia el futuro de una manera individualista y si acaso buscando intereses familiares. Todos quieren prosperar ¡tener una empresa! ¡Ah! Y si queda tiempo luego, ayudar a alguien. Construir un futuro donde solo cabemos nosotros y nuestras necesidades. ¿Y el otro? ¿Y el olvidado, el perseguido, el maltratado? Que vea como sale ¡Qué trabaje! ¡Qué ponga su empresa! (como si se pudiera). En este mundo vivimos, en el mundo que nos llena de publicidad, de medios masivos uniformadores, que nos dice qué es “cool” y qué no lo es y que cada día nos aleja más y más de nuestra humanidad, de la solidaridad auténtica.

Aunque veo lejano el día, no dejo de creer en él, en el día en que seamos capaces de entender que la verdadera prosperidad no está en el éxito material e individual, sino en la hermandad de un pueblo, una sociedad, un país, un mundo que avanza de la mano de acuerdo al desarrollo de cada quien, ¡qué no olvida a nadie! La sociedad en donde los derechos inalienables a cada persona de salud, educación, ¡de vivir!, etc. Sean antepuestos a las necesidades fetichistas.

Les dejo una frase de Gandhi:

“El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes.” Gandhi

Y un link de un blog muy interesante que habla sobre el consumismo:

http://humanismoyconectividad.wordpress.com/2008/09/08/nueva-humanidad/


Linda García
Guatemala de la Ciudad

lunes, 5 de septiembre de 2011

La Escuela, un sueño para el futuro

Aquí en Cusco – Perú, el equipo Cuarto Mundo ha decidido ampliar su presencia en la comunidad campesina Cuyo Grande. Ahora estamos presentes cuatro días a la semana.

Estar más presentes en la comunidad nos permite darnos cuenta de las injusticias y dificultades que viven algunas familias muy pobres. Hoy quiero hablar de una de ellas: La falta de acceso a la escuela.

Descubrimos que hay niños que han dejado de ir a la escuela por falta de comprensión de sus maestros. Una mamá nos contó que la profesora de su hija le dijo que su hija no aprendía nada y era mejor que la pusiera a cuidar chanchos.

Los padres de familia no se atreven a hablar de estas dificultades ni con la Comunidad ni con los maestros. “No podemos decir nada de lo que pasa en la escuela porque los profesores toman represalias contra nuestros hijos” nos cuentan a nosotros con confianza.

Uno de los niños que visitamos regularmente ha dejado de ir a la escuela; la pobreza y otras circunstancias hacen que no pueda continuar. Repitió un curso dos años y este es el segundo año que abandona la escuela.

Cuando un niño ya no quiere ir a la escuela es porque algo ha pasado, sería injusto culpar solamente al niño o a sus padres. Ellos por su parte, nos comparten que los profesores cambian constantemente. Se quedan por un año y luego se van ya que muchos de ellos no tienen una plaza fija.

Este cambio constante afecta también la regularidad de los niños en la escuela. Y sobre todo afecta a los niños más pobres porque su vulnerabilidad no les permite emprender de nuevo el camino a la escuela. Es difícil volver a levantarse cuando uno cae.

Para los que animamos la Biblioteca de Campo, es una constante preocupación. Nos preguntamos cómo apoyarle, le animamos a participar en nuestras animaciones. Buscamos un tiempo para reforzar sus conocimientos y para que pueda animarse de nuevo, en fin, junto con su familia intentamos lo posible para que vuelva a la escuela.

El pasado 21 de agosto, en nuestras reuniones llamadas Uyarinakusunchis, preguntamos a los participantes sobre los temas que quieren tocar durante el año. Uno de los temas elegidos fue “¿Qué derechos tengo yo frente a la escuela?”

Nos damos cuenta que la gente necesita herramientas para poder rebelarse frente a las situaciones que viven y atreverse a ser actores en la vida de su comunidad.

Guillermo Díaz Linares
Voluntario Permanente
Cusco – Perú agosto 2011

domingo, 28 de agosto de 2011

¿Luchamos contra la pobreza?

Gran parte de las personas están de acuerdo en que debería desaparecer la pobreza, de ahí que se mueve dinero y esfuerzos a nivel personal, organizativo, estatal, etc.; pero ¿realmente se está luchando contra la pobreza? ¿La pobreza desaparecerá en 10, 20, 30 años? ¿Será que el sistema, el modelo de civilización en que vivimos facilitará a dicho propósito?

Personalmente creo que no se eliminará la pobreza si seguimos respetando y reproduciendo este modelo de civilización en que vivimos, porque desde la misma concepción de vida y poder, pone al ser humano como el eje de todo, y la historia nos muestra que todo se ha reducido a la acumulación de poder en pequeños grupos, sean estos religiosos, políticos, económicos y ahora tecnológicos.

Recuerdo una de mis clases de filosofía en la escuela, cuando me enseñaban las formas de gobierno de Platón, se me quedó muy grabado que el pueblo era el alma apetitiva, los que producían y que los intelectuales, que venían de una cuna rica, era la gente capaz para gobernar. Viendo la realidad, las cosas no han cambiado mucho, solo los contextos y las características de los círculos de poder.

No cabe duda que la teoría de conocimiento histórico y actual, que nos alimenta día tras día, es un pilar del sistema de injusticias que tanto criticamos. Primero porque así nos han enseñado, (espacios de socialización: escuela, familia, calle, televisión, etc.) y hemos crecido en una realidad de injusticias o privilegios. Segundo porque se ha impuesto un patrón cultural, una hegemonía de conocimiento a nivel mundial que ha eliminado o ha subyugado a otros tipos de conocimiento, a otras culturas, a otras concepciones de vida y de sociedad.

Creo que si queremos luchar contra la pobreza, deberíamos repensar si vamos a seguir manteniendo o apoyando inconscientemente las estructuras de este sistema que reproduce y perpetua la pobreza, o si empezamos a ver, a construir, a apoyar otras maneras de entender y hacer la vida. Tal vez una mirada a los pueblos indígenas podría aportar a nuestras reflexiones.

Un gran abrazo


María Sandra Ochoa Ramos
Desde Cusco - Perú

martes, 23 de agosto de 2011

La cultura de la Violencia

Por Max Araujo (Guatemala)




En una de las últimas encuestas realizadas a la población, previa a las elecciones presidenciales el próximo 11 de septiembre en Guatemala, las personas entrevistadas señalaron que el problema principal que afecta a los guatemaltecos es la violencia, por lo que esperan que el próximo gobierno resuelva esta situación.

¿Pero qué es lo que genera esta violencia?
Según Carlos Figueroa Ibarra, autor del libro “El recurso del miedo”, “En Guatemala se fue implementado una cultura del terror como una forma de dominación, lo contrario a una cultura democrática. No hay la tolerancia a posiciones diversas. Esta cultura no solo existió desde las élites dominantes de este país, sino que se irradió en el seno de la población […] Otro efecto es la preferencia por las soluciones autoritarias y pensar que con la represión se va a resolver el problema de la delincuencia en este país. También está el nivel de legitimidad que tienen acciones que son ilegales efectuadas por el propio Estado, como las ejecuciones extrajudiciales, a las que incluso se les da un nombre con carácter positivo. Se dice limpieza social para un acto monstruoso que rompe el Estado de Derecho” *

El caso es que efectivamente en la Guatemala de hoy se da toda clase de violencia. Sin embargo la mayoría de la población la reduce únicamente a la física, y consideran que ésta se resuelve con limpieza social o con mano dura. No todos entienden las causas históricas de esta situación y el papel que la represión jugó desde la época de la conquista y colonización española sobre los pueblos originarios y posteriormente con el mantenimiento, por todos los medios posibles, de los privilegios de unos pocos sobre la mayoría de la población; situación que con pocas variantes se mantiene hasta hoy día.

Muchos guatemaltecos consideran que las masacres que se dieron durante el conflicto armado 1960 – 1996 fueron legítimas porque era una lucha contra el comunismo. Hoy en día estos guatemaltecos son los mismos que justifican la limpieza social como un mal necesario, ya que con ella se elimina a “los malos” y en ese contexto se ha criminalizado por ejemplo a los jóvenes que viven en extrema pobreza y a quienes reclaman justicia social, reivindicación a sus derechos sociales y respeto a los derechos humanos.

Hoy en día, para los guatemaltecos es de lo más normal que se den actos de violencia de todo tipo, es lo cotidiano, ya son parte de nuestro paisaje humano. Raras veces nos afecta, no nos inmutamos, por eso es que ya tenemos una cultura de la violencia muy arraigada. Quien sufre un acto de violencia es porque se lo merece, sea quien sea y de la naturaleza que sea.

Esta cultura de la violencia debe terminar. Para ello es necesario cambiar la mentalidad y las actitudes de los guatemaltecos desde la educación de los hijos, la enseñanza escolar, programas sociales, hasta campañas de sensibilización. No obstante, nada de esto sucederá si no se construye una Guatemala con justicia social. Las iglesias, las organizaciones sociales y las dependencias de gobierno están llamadas a jugar un papel protagónico para que en Guatemala todos sus habitantes tengan acceso a una vida digna y decorosa, sin exclusiones ni racismos. Mientras se mantengan las estructuras sociales, políticas y legales actuales, todo esfuerzo por combatir la violencia será inútil. Eso lo debemos tener claro.
______________________
*Extractos de la entrevista que se publicó en la Revista del Diario de Centroamérica del 19 de agosto de 2011.

martes, 9 de agosto de 2011

Para que puedan hacer las cuentas...

Cuando salí del supermercado estaba lloviendo así que decidí tomar un “pedicab”* para volver a casa. Acordamos la suma de 30 pesos. Según avanzábamos la lluvia se hacía más fuerte. El joven conductor estaba totalmente empapado pero no dejaba de pedalear. Yo estaba dentro pensando: debí esperar a que pase la lluvia

Cuando llegamos a casa, se me ocurrió darle 100 pesos y un sorry, thank you very much, en vez de los 30 convenidos, para aliviar mi conciencia.

Él se quedó mirando el billete, luego me miró a los ojos, luego el billete y luego a mí y así por un eterno espacio de 5 segundos; y luego miró al cielo y movió los dedos como quien hace las cuentas…

Mientras, la lluvia seguía mojándolo a él y al billete. A mí no, yo tenía un paraguas. Le repetí varias veces it’s ok, it’s ok ; y por fin se me ocurrió levantar la mano en señal de adiós. Fue entonces cuando él sonrió, dio media vuelta y siguió pedaleando bajo la lluvia.

Unas semanas después participé de un curso de formación sobre el Sistema de Aprendizaje Alternativo (ALS por su sigla en inglés) en donde nos hablaron del Club 86. Se explicó que por cada 100 niños inscritos en 1er grado, 66 se gradúan del nivel primario, 43 de la escuela secundaria y sólo 14 de nivel universitario completo. Esto significa que el 86% de los inscritos abandonan sus estudios en algún momento, de ahí el nombre de Club 86.

Este 86% significan unos 11.600.000 niños, adolescentes y jóvenes que no pueden terminar sus estudios por diferentes causas. La principal: pobreza y desempleo. ¿Qué hacemos con este Club 86? preguntó la ponente durante el curso de formación. El gobierno propone implantar el ALS como un paliativo que intenta solucionar tanta deserción escolar.

El joven que no pudo hacer las cuentas, ¿hace parte del Club 86? ¿O es que ni siquiera está en las estadísticas porque nunca comenzó la escuela? ¿Alcanzará el ALS a este joven?, ¿o pasará desapercibido porque no habrá nadie que le proponga ser parte de este sistema?

Mientras tanto, la economía de este joven depende mucho de la honestidad y la honradez de sus clientes. Mientras tanto millones de niños, adolescentes y jóvenes dependen mucho de los saberes y conocimientos de los que sí pudimos terminar la escuela; pero sobre todo, dependen de nuestras acciones para hacer posible que la educación sea accesible para todos y todos puedan “hacer las cuentas”.


Desde Manila - Filipinas
Susana Huarachi Quispe


* El pedicab es tipo de triciclo impulsado por pedales y diseñado para el transporte de pasajeros, además de la del conductor.

domingo, 31 de julio de 2011

Vidas ajenas

Desde hace más de tres años el Movimiento ATD Cuarto Mundo viene realizando un peritaje sobre violencia y paz con el objetivo de construir un conocimiento desde un punto de vista no usual: la experiencia de personas muy pobres y excluidas que viven en distintos países del mundo.

Guillermo Díaz,aporta también su experiencia, al lado de gente muy pobre, a través de la pintura y en esta oportunidad a través de la poesía.



VIDAS AJENAS
A esas familias que luchan en la oscuridad sin ser vistas por el ojo punzante de la sociedad.

A esas familias que por causa de los desalojos han perdido el sentido de tener una casa;
pero que siguen luchando para hacerse respetar, sacando energías de la nada.

A esas familias valientes que con su gallardía ponen primero a las familias sin voz.

A esas familias cuyo sueño más grande es que sus hijos vayan a una escuela.
Sueñan también que sus hijos ya no sufran lo que ellos han sufrido.

A esas familias que reflejan en su ser la sed de lucha de cada día.

A esas familias para quienes su historia y su cultura se ha convertido en un peso
por el hecho de llevar un traje típico, ojotas.
Son echadas en el saco roto del olvido y la discriminación.

A esas familias que por causa de la miseria han perdido a sus hijos
y todo el sentido de una casa digna.

A esas familias que no aclaman la guerra
sino claman sedientos de trabajo, justicia, igualdad y paz.

A esas familias que con una mirada y todo el peso que llevan
abren zanjas profundas a causa de la miseria.

A esas familias que luchan a diario para llevar el pan de cada día a casa
pero que la sociedad, sin llanto ni dolor, deja quemar el pan a puertas del horno.

A esas familias que son tildadas por “no hacer nada”
y que no pueden ver la luz del día porque están trabajando de sol a sol.

A esas familias que han derramado lágrimas de sangre por la pérdida de sus hijos.

A esas familias que se rebelan, que toman la palabra, que con su silencio nos quieren decir:
¡basta ya!... ¡luchan para no ver morir a sus hijos en un hospital!

A esas familias que comparten lo poco que tienen.
Es en este compartir que se vive el signo de la solidaridad.

A esas familias ¡pobres… pobres! Que derraman su llanto por la injusticia del mundo. Llanto que se convierte en un charco de culpa bajo la mirada de los demás.

A esas familias que están en algún rincón del mundo, que se encuentran solas, abandonas, despreciadas, ignoradas y humilladas a causa de la miseria.

Hay miradas en la vida tan fuertes, yo no sé cómo soportarlas.
Quisiera que todo esto fuera un sueño, pero cada mañana, al despertar, sé que no lo es.
Es la realidad que viven las familias atrapadas en la miseria.





Guillermo Díaz Linares
Voluntario permanente
ATD Cuarto Mundo

domingo, 24 de julio de 2011

Ir despacio para llegar lejos... Ir despacio para llegar juntos...

Reflexiones sobre el "Movimiento 15 de Mayo"



“¿Qué piden?”

“¿Qué han conseguido? Seguro que han conseguido algo”

“Nosotros también tenemos que salir a la calle”


Extractos de conversaciones en torno a la acampada de Sol
con familias que viven en situación de pobreza.


Se cumplen ya dos meses desde que las calles y plazas de muchas ciudades españolas fueron tomadas y transformadas en espacios de diálogo, de reflexión, de construcción de alternativas. Dos meses en los que se han multiplicado asambleas, iniciativas y herramientas para conseguir mantener esta dinámica en el tiempo. Dos meses que permiten tomar ya cierta perspectiva, analizar lo que ha pasado, lo que está en marcha y vislumbrar cómo puede ser el futuro del llamado movimiento 15-m.

Poco a poco se va haciendo patente que este nuevo movimiento no es flor de un día, sino que ha venido con voluntad de trabajar a largo plazo para de verdad conseguir alcanzar transformaciones reales. Como dice una de las frases más repetidas en las acampadas, “vamos despacio porque vamos lejos”.

Este dinamismo, transformado en palabra, ha puesto encima de la mesa muchos temas de gran relevancia en nuestro país: el tema de la vivienda, los elevados niveles de paro, la dificultad de los jóvenes universitarios para construir su futuro, la desconexión existente entre los profesionales de la política y la ciudadanía, etc.

Pero al mismo tiempo, este dinamismo, transformado en acción, ha generado espacios de encuentro entre personas muy diferentes: personas de clase media que al ir a las acampadas se encontraban compartiendo suelo y cielo con aquellos que viven de manera cotidiana en la calle, gentes de los barrios que con realidades muy diferentes se encuentran frente a frente para abordar los problemas cotidianos de su entorno cercano, grupos que se organizan para apoyar a aquellos que están en dificultades por amenazas de desahucio...

La palabra y la acción. El discurso y la práctica. Dos mundos en continuo diálogo y tensión, que se crean y recrean mutuamente. Esta tensión que se genera en el esfuerzo por la coherencia, que surge del enfrentamiento entre el ideal buscado y la realidad por transformar, con todas sus aristas. Este diálogo es el que permite caminar, avanzar, desde lo concreto a lo abstracto y desde lo abstracto a lo concreto.

La realidad tan plural de este movimiento hace imposible generalizar, pero sí que existe una voluntad por parte de muchas personas por conseguir ser fieles a la idea de crear un proceso construido “desde abajo”. En este sentido, como en otras ocasiones, observar lo que está pasando a través de aquellos que sufren la extrema pobreza y la exclusión que ésta conlleva nos permite contrastar mejor los retos que un movimiento de estas características tiene por delante en su esfuerzo de construcción de alternativas desde la base.

Porque la extrema pobreza es el lugar de la acción y la palabra negada, invisible, pero real. Tan real como todos aquellas personas que viviendo habitualmente en la calle encontraron la manera de estar presentes en las acampadas; tan real como la dificultad de muchos que, queriendo aportar lo mejor de sí mismos a la construcción de un nuevo tipo de sociedad, no llegan a comprender lo que se pretende con este movimiento; tan real como la necesidad de expresarse y ser escuchados de los que siempre han vivido al margen, que se conjuga con el miedo a participar en las asambleas de su barrio, en el que una y otra vez se sienten rechazados.

Esta es la realidad que choca día a día con la fuerza colectiva del movimiento, conformada principalmente por personas que se sienten amenazadas, en situación de riesgo, pero que aún no han logrado sumar a aquellos cuyas vidas y capacidades ya han sido marcadas por la pobreza, la inseguridad y la exclusión sufrida de manera cotidiana desde hace demasiado tiempo. Sigue habiendo un abismo entre estos dos mundos, entre los “dinámicos” y los “parados”, como siempre la ha habido entre los “buenos” y los “malos” pobres. Permanece así el reto de acabar con la extrema pobreza y de permitir a los que la sufren no sólo estar presentes o ser tomados en cuenta, sino ser actores de los procesos de transformación a partir de su experiencia, su reflexión y su acción.

Sin embargo, la participación y el compromiso de los más pobres ayudaría a llevar mucho más lejos las apuestas de el movimiento 15-m. De hecho, entre los distintos debates y reflexiones generados, van apareciendo poco a poco interrogantes en torno a cómo favorecer la participación de los que viven situaciones de exclusión: ¿cómo favorecer el encuentro y el diálogo también con aquellos que son rechazados en su propio entorno? ¿cómo crear un lenguaje que permita comprender y participar en este proceso a aquellos que más dificultades tienen? ¿qué tipo de dinámicas sería necesario potenciar para que aquellos que no tienen la fuerza o la capacidad para hacerse presentes en las asambleas puedan también ser actores de lo que está ocurriendo? Son preguntas sin respuesta evidente, pero que están ayudando a movilizar energías para abrir espacios hacia los márgenes.

Pero no basta sólo con transformar las prácticas, con buscar nuevas herramientas, sino que es necesario que también el discurso, la palabra, se abra a realidades que hasta ahora se han quedado fuera o en segundo plano: ¿qué pasa con los jóvenes que no sólo no tienen un futuro claro, sino que tampoco han podido disfrutar en el pasado ni en el presente no ya de una formación universitaria, sino de una formación reglada mínima? ¿qué pasa con las familias que por sus condiciones de vida no pueden soñar con acceder a una hipoteca o un alquiler a precio de mercado y que encuentran como únicas salidas la lotería de una vivienda de protección oficial o la ocupación de una vivienda desalojada, no por convicción sino por necesidad? ¿qué pasa con aquellos que pese a dejarse la piel día a día para sacar a su familia adelante buscando chatarra o haciendo “chapuzas” siguen escuchando continuamente la letanía de que no trabajan? ¿qué pasa con los que no sólo no se sienten desconectados de la clase política, sino de la sociedad en su conjunto?

Muchas interrogantes en el camino. Y al mismo tiempo, muchas oportunidades que aparecen para reflexionar junto a los que siempre se quedan fuera sobre cómo construir espacios de verdadera participación y compromiso que lleguen hasta los últimos. Porque esta es la manera de asegurarnos de que nadie se quede fuera, de que todas las personas puedan dar lo mejor de sí mismas. Y no por capricho o por buena voluntad, sino porque necesitamos a todas y cada una para de verdad poder avanzar hacía una sociedad construida sobre la justicia y la dignidad.

Como quedó patente en las acampadas, queramos o no, todos y todas compartimos el mismo suelo. Los que se echan a la calle por opción y los que la habitan por obligación. Por supuesto, compartir el mismo espacio entre personas en situación tan diferente no es fácil, nada fácil, pues enseguida entran en juego las dificultades de entendimiento, las desigualdades de poder, los miedos y las inseguridades, muy distintos para cada uno, pero muy paralizantes todos. Es ahí donde toca decidir si volver a levantar muros, si dejar que permanezca el abismo que separa, o construir puentes que creen otros escenarios.

Vayamos despacio... Para llegar lejos... Y para llegar juntos.


Daniel García
Madrid - España

lunes, 18 de julio de 2011

LA PROVIDENCIA DE OTROS.

Pikine, julio de 2011

Los esqueletos tendidos de los neumáticos enseñan sus dientes renegridos de alambre. Son la señal de un combate desigual entre el Estado y las gentes del común, los arrejuntados, los minimizados, los hoy coléricos, el pueblo.

La vida para las gentes pequeñas se ha endurecido en los últimos tiempos. Todas las dificultades ligadas al esfuerzo continuo del vivir se han reducido a unas cuantas monedas. Y a pesar de que aquí, en Senegal, la vida es mucha y no puede reducirse a dinero, lo esencial del hombre se ha visto reducido a materia. El respeto del otro, el deseo de paz social, el afán de verdad, la solidaridad y la ayuda mutua, el gusto por la libertad de opinión y de conciencia, la dignidad. Nada de esto puede reducirse a metal. Y el pueblo lo sabe, a veces.

La vida se ha endurecido y de ello testifican la vuelta a la cocina de carbón o madera, la falta de trabajo y el deseo ávido de un salario, que destruye eficazmente todas las labores autónomas que hombres y mujeres realizan a diario sin que medie dinero alguno.

En los últimos tres meses cuatro hombres se han prendido fuego hasta reducir su vida a cenizas como signo extremo de su desesperación. Aún aquí, en este rincón occidental del África que es Dakar, lo humano se ve reducido progresivamente a un ser incapaz, deseoso de compra, reducido a falta de autonomía y valor. La tradición rural en ocasiones milenaria se ve reducida a nada. Los hombres y mujeres del campo que aún guardan un mínimo de autonomía son mirados con conmiseración por los otros. Solamente las personas de la miseria que coronan con sus sufrimientos la periferia de Dakar parecen conscientes de la pérdida. Escapando de una degradación y empobrecimiento del mundo rural vinieron a instalarse en este sueño disparatado de la ciudad. Anónimos y aislados viven una pobreza sin igual en esta ciudad agigantada. En el medio rural del que venían no faltaba la riqueza de identidad y de pertenencia, la libertad de acción y de pensamiento, la vida laboriosa y sacrificada pero común y poco ambiciosa de acumulación de bienes.

Pero al mundo moderno palabrero y generador de desigualdad e injusticia le parece lo contrario, y no se cansa de anunciar a los cuatro vientos la pobreza del medio rural, para mejor aniquilar aún lo que de esencial le queda a la tradición humana y esencial de la cultura popular. “El hombre es el remedio del hombre”, dice el proverbio wolof.

Frente al reflejo aún ardiente de los hombres quemados por la angustia podríamos preguntarnos cuales son las riquezas esenciales que guardar, que conservar, que regenerar. Si valores y realidades hoy intocables como trabajo asalariado, ciudad, escolaridad, estado, tecnología son, en sí mismos y en las consecuencias de su búsqueda, fuente de inhumanidad, de reducción del hombre a dependencia y materialidad placentera. ¿No tendríamos pues que adaptarlos, cuestionarlos, reducirlos, negarlos?

Frente al deseo incesante, durante generaciones, de los más pobres por integrar estos supuestos bienes colectivos; ¿quién soy yo para proponer aún una carga más importante de renuncia?

Los más pobres se queman, su angustia nos toca de lejos. Frente a su dolor de cada día, de negación y de ignorancia (la ignorancia de la sociedad que ignora todo de ellos), les ofrecemos el espejo de los valores que nosotros tenemos ya gozados. Objetivos del milenio, migajas sin libertad y sin la verdad experiencial de los miserables. Les curaremos sus heridas, les incluiremos en nuestras escuelas, les prometeremos nuestros trabajos, les cambiaremos sus covachas por nuestros apartamentos cementados, les prometeremos cachivaches, vehículos a motor y espectáculos, para que olviden la tradición sufriente y muy humana de la que vienen.

Los esqueletos tendidos de los neumáticos enseñan sus dientes renegridos de alambre. Recuerdan que el pueblo tiene conciencia de su dolor, y se resiste a entrar porque sí en las quimeras de otros. Y prende fuego y apedrea a un gigante cubierto de sueños, de envidia y de palabras huecas. El estado providencial en el que todo para todos se realizará sin esfuerzo, sin cansancio, sin alma y, sobre todo, sin los más pobres, sus valores y realidades.

Jaime
Dakar - Senegal

lunes, 11 de julio de 2011

NUESTRO PAPEL COMO EDUCADORES

LOS NIÑOS EN LA ESCUELA……

Manuel es un niño que vive en un asentamiento de la ciudad capital de Guatemala, mal llamada área marginal. Manuel, no cursó el nivel pre-primario, un nivel necesario para la preparación de habilidades y destrezas académicas. Ingresó directamente a primer año. Como muchos niños pobres que no pasan por esta etapa, le fue muy difícil aprender a leer y escribir. Tuvo que repetir 3 veces primero primaria.

Actualmente tiene doce años, cursa el cuarto año de primaria. Aún con la edad que tiene (que no es la “apropiada” para estar en ese grado) y las dificultades por las que ha tenido que pasar, hoy es un niño con éxito en la escuela. El ha formado parte del refuerzo escolar:

El refuerzo escolar es un espacio que brinda el Movimiento Cuarto Mundo en Guatemala el cual permite a los niños que se encuentran con dificultades para avanzar en la escuela, alcanzar el nivel de los otros niños dentro del aula, este espacio atiende por lo regular a los más pequeños y fue con ellos que descubrí mi pasión por enseñar a leer y a escribir. Fue acá donde disfruté la satisfacción de escuchar a un niño leer por primera vez.

Hoy por hoy, este programa sigue contribuyendo cada día a mi formación docente.

Sueño con que la formación de las futuras maestras incluya un espacio de conocimiento de la realidad de nuestro país, necesario para que desde este conocimiento nos comprometamos más con la comunidad donde estemos. Esto permitirá que nuestras actitudes hacia los niños sean las más precisas, al conocer las situaciones en las que cada familia se encuentra.

Cada niño tiene algo que enseñarnos, algo que aportar a nuestro crecimiento profesional; es por esta razón que deben ser el centro de nuestras acciones como educadores. Una educación de calidad para todos debe ser nuestro compromiso y ésta inicia con reconocer que cada niño tiene formas diferentes de aprender, viene de diferentes ambientes y su situación económica es distinta. Al reconocerlo, será el punto de partida para tomar decisiones trascendentales en la aplicación de métodos de enseñanza.


NUESTRO PAPEL COMO EDUCADORES
Cuando niños y niñas son dejados atrás en la escuela, sus familias buscan que sus hijos sean promovidos, porque el esfuerzo que hacen para inscribirlos y mantenerlos en la escuela es muy grande. Los padres ven que un futuro diferente se avecina, porque sus hijos tienen ahora la suerte de ingresar a la escuela; “el lugar que les dará la oportunidad de tener algo distinto que lo que ellos tuvieron”.

Cuando oigo decir a una madre de familia, lo orgullosa que está porque sus hijos van a la escuela, pienso en mi responsabilidad como maestra, porque ella pone toda su esperanza de vida en la escuela. Nos ven como las personas que van a sacar adelante a sus hijos. Saben que podemos contribuir a que su vida cambie.

La realidad es que muchos de los docentes, no llenamos la expectativa de las familias pobres. Muchos y muchas desconocemos la realidad que viven, los esfuerzos que hacen cada día para sobrevivir y enviar a la escuela a sus hijos, a pesar de las muchas dificultades.

Hay muchas situaciones que los niños más pobres enfrentan. Las intimidades de sus familias no las conocemos, quizá porque no nos interesa, porque hay tantos niños en el aula, que no da tiempo de platicar con cada uno, etc. Y es este desconocimiento el que se convierte en una barrera en el proceso educativo de cada estudiante. Insistimos en decir que las personas muy pobres son sucias, que no se interesan por sus hijos, que no los ayudan con la tarea, que cuando hay reuniones no asisten, etc, etc. Detrás de estas aparentes “irresponsabilidades” hay un trasfondo que pasa desapercibido y que coloca en riesgo la permanencia y promoción de los alumnos.

¿Qué sentido tiene que un niño siga asistiendo a la escuela, cuando las indicaciones de la maestra dicen “que va a perder el año”? ¿Qué sentido tiene que un niño siga avanzando con los ejercicios del libro de lectura, si no sabe qué letra es la que está dibujando? ¿Qué sentido tiene ir a la escuela cuando todos se burlan de él por las condiciones en las que vive y cómo se viste?

La experiencia vivida con Manuel y otros niños me pone ante una realidad: ¿por qué a muchos niños les es difícil aprender a leer y escribir, si cuando los conocemos a fondo, nos damos cuenta que son niños inteligentes y capaces de realizar distintas actividades? ¿Será posible que los maestros pasamos desapercibidos y no descubrimos el potencial de estos niños? ¿Es que su situación como niños pobres los pone en desventaja en el aula? ¿O será que su nivel de alimentación es tan grave que no les permite retener lo que les enseñan?

Muchos niños como Manuel hoy se encuentran en nuestras aulas. Quizá no los hemos detectado! Muchos de ellos siguen, otros ya forman parte de la estadística de deserción.

Desde mi compromiso,
Elda Nohemi García
Aliada Cuarto Mundo Guatemala

domingo, 10 de julio de 2011

La pobreza y los pobres

Aunque parece que no se diferenciaran estas dos palabras y que fueran simplemente la primera la condición de personas que designa la segunda, el mundo real lo contradice.

La pobreza es un concepto abstracto que se usa, con más frecuencia, para las estadísticas, investigaciones y estudios.

El Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, señala en su informe reciente que, en Bolivia, desde los años 2006 y 2007, disminuyó el índice de pobreza; en esos años un 37 por ciento de la población de nuestro país vivía con menos de un dólar por día; actualmente esto ha bajado 11 puntos, lo que significa que el porcentaje está en 26 por ciento .

El dato causa ciertamente satisfacción en nuestro país y se debe concluir que las políticas para reducirla son las correctas, aunque siempre según el FMI, queda mucho por hacer.

Después de leer esta información, uno sale a las calle y se encuentra con los pobres, como las familias campesinas que, por su indumentaria, parecen haber llegado a la ciudad desde el norte de Potosí.

Una madre y sus dos hijos no mayores de 6 años, agotados de estirar la mano sin mucha suerte y ateridos de frío duermen en la acera cubiertos sus harapos por harapos. Éstos, más unas tazas que sirven para recibir las pocas monedas, que caen desde bolsillos “generosos”, y para beber agua y té, si hay suerte, forman su patrimonio. El cuadro  conmueve a los que todavía conservan cierta sensibilidad y, si se detiene a observar los hermosos rostros de los niños y de su joven madre, duele.

Como ésta, son muchas familias que deambulan por las calles a la espera de sobras de comida, monedas, algo que los abrigue y calme el hambre.

El 11 por ciento de la pobreza extrema ha sido erradicada, pero esas personas concretas, que sufren este inhumano flagelo, esos dos niños y esa madre, si pudieran leer la noticia que sale en los diarios, buscarían una razón por la que sus vidas no cambian.

Los economistas, estadísticos, burócratas, funcionarios que hacen los planes de lucha contra la pobreza pasan por las calles en coches con chofer sin reparar en el drama humano que para ellos es un porcentaje.

En el todavía largo tiempo que queda hasta terminar con la pobreza, algo se debe hacer con los pobres, que su silencio y humildad nos gritan interrogándonos qué hacemos por ellos.


Este artículo fue publicado en www.opinion.com.bo desde Cochabamba - Bolivia el 10 de julio de 2011.

lunes, 4 de julio de 2011

Tema pendiente: La juventud

En estos días en Guatemala un tema de actualidad es la política y más aun lo que se espera de los candidatos. Hay un tema recurrente: la seguridad. Hay un tema que nunca se toca: en qué se ocupará la juventud.

Ayer saludé a Omar, otra vez no tenía nada que hacer. Estaba en una bicicleta y me dijo “me la prestaron, no me la robé”. Muy seguido pienso en él, tiene 12, no sabe leer, ni escribir, no va a la escuela porque le da vergüenza que los demás jovencitos lo vean aprender a la par de los niños pequeños.

Se habla de castigo, pero no de reinserción, ni de prevención. Se habla de “criminales”, pero no de personas con una historia, de seres humanos. Algunos dicen, como mi catedrático en la Universidad, que estos jóvenes ya no tienen solución, que lo mejor es deshacerse de ellos.

A Omar le gusta dibujar, así que le llevo algunos dibujos, papel pasante, lápices, tipos de letras. Él los pasa todos, un día me enseñó cómo escribiría mi nombre. Ese día la mamá de Omar me contó que el sueño más grande de su hijo es construirle una casa para ella y sus hermanos.

Me pregunto si las personas receptoras de los medios de comunicación masiva, que ven (¡que vemos!) a diario tanta y tanta publicidad comercial y de partidos políticos, se creen todo este discurso de limpieza social o si son capaces de ver más allá en la esencia de las personas. Lamentablemente, es más probable la primera que la segunda opción. Con una excepción: aquellas personas que han visto crecer a estos jóvenes, ayer niños, que saben de sus sueños y han sido testigos de sus fracasos.

A veces no es tan fácil, Omar no quiere hablar de nada, especialmente si está cerca de otros jóvenes o de quiénes le han motivado a robar. Yo le veo, lo conozco desde más pequeño, conozco al Omar, que ha asaltado sí. Pero también al Omar lleno de sueños y deseoso de aprender algo. Un “algo” que no le ofrecen.

Me pregunto si Omar (o Juan, Pedro, Miguel) está incluido en los planes de gobierno de manera distinta a la de recibir un castigo. Si algún candidato tiene un plan para él, una escuela de arte, de música, cerca de su casa, alguien que lo anime. O si están decididos a echar la vida de un muchacho por el caño de la prisión y la desesperanza.

Linda Aura García Arenas
Guatemala Ciudad

miércoles, 22 de junio de 2011

Cuando al pueblo no lo escuchan

(Conflictos en el Sur del Perú)

En el mes de mayo comenzó el bloqueo de la carretera interoceánica en el desaguadero frontera de Perú con Bolivia. La demanda central es la anulación del decreto supremo que autoriza la ejecución de actividades mineras en la región, medida impuesta por el gobierno central sin el consentimiento de los pobladores de Puno, lugar del conflicto.

A medida que pasaron los días, la movilización popular cobró fuerza y adhesión de las comunidades integrantes de la provincia de Puno. La estrategia del gobierno peruano fue dejar pasar el tiempo y que, por desgaste y falta de voluntad política, la movilización se disipe; fue un cálculo político erróneo, pues el bloqueo se ha expandió a más comunidades a tal punto que el gobierno se vio obligado a cancelar dichas concesiones mineras.

La falta de solución desde el poder gubernamental está ocasionando de rebote que además de bloquear, la población comience a reflexionar, a tener sentidos críticos sobre el centralismo y el enfoque de desarrollo que tiene el Estado peruano. Un desarrollo que ha privilegiado a un sector social muy reducido y ha condenado a la exclusión y pobreza a la población ninguneada por el Estado.

Hoy es esta población que comienza a levantarse, a hacerse escuchar y a decir que también existen.


Desde Cusco - Perú
María Sandra Ramos Ochoa


Más información en http://blog.pucp.edu.pe/item/134208/peru-puno-y-el-conflicto-por-anulacion-de-concesiones-mineras

lunes, 13 de junio de 2011

¿Mantener el orden social en Guatemala?

Las aguas se encuentran agitadas en Guatemala. El proceso electoral está en marcha. Los candidatos, a todos los puestos de elección, ofrecen el oro y el moro. Ofrecen seguridad, trabajo, lucha contra el crimen y muchas cosas más.

En sus visitas a las áreas de pobreza regalan láminas, juguetes y otros objetos. En sus discursos y canciones ofrecen el paraíso. Mientras esto sucede la violencia continua y los problemas sociales se agravan; hay un repunte de extorsiones, secuestros; robos de vehículos, etc. etc. Los desalojos y muertes de campesinos por invasiones a tierras en la región del Polochic han comenzado a realizarse.

Frente a todo esto, el candidato que se perfila como ganador de las próximas elecciones, un general retirado con antecedentes cuestionados por su participación en las masacres de los años ochenta, ofrece mano dura. Con este programa fascista dice que resolverá parte de nuestros problemas; asegurará la tranquilidad y se mantendrá el orden social.

Mantener el orden social actual? Entiéndase con ello que los índices de desarrollo social se mantendrán bajos y que las metas del milenio no se cumplirán, lo que se traduce también en que los pobres seguirán siendo pobres y los de extrema pobreza mucho más aún.

Pero lo que es peor es que se continuará crimininalizando a los que viven en extrema pobreza; porque ellos, según el imaginario de los que detentan el poder social, económico y político, son los responsables de muchos de los delitos que se cometen en Guatemala.

Y perdonen si lo que digo es fuerte, pero no puedo permanecer indiferente ante el panorama que se nos presenta. Es por ello que junto con muchos amigos y amigas hemos convenido en denunciar lo que está pasando y lo que podría pasar cuando, disque por resolver nuestros problemas, se implemente un programa de “limpieza social” bajo el que muchas personas que viven en extrema pobreza serán obligadas a poner su sangre nuevamente.

Max Araujo
desde Méry sur Oise
Francia

lunes, 6 de junio de 2011

OYE MAMÁ

Raquel Juarez

Oye mamá, el susurrar del río,
Oye mamá, el cantar del pajarito,
Oye mamá, el viento cómo silba,
Oye mamá, el llanto del niño.

Mira mamá, el tiempo ha cambiado,
Ya no hay paz como cuando yo era chiquita,
Mira mamá, hay cada vez más miseria,
El pobre es más pobre que cuando yo era chiquita
Mira mamá, ¡hay tanta violencia, no hay igualdad, ya no se ama como antes!

¿Sabes mamá que es lo más hermoso?
¡Es que nuestro amor no ha cambiado!,
Ni cambiará, ¡porque madre sólo una hay!

Dios te bendiga Madre querida
Por enseñarme a amar
Y aprender a escuchar al río,
Cuando viene calmado o con furia.

Raquel Juárez presentó este poema en un seminario sobre violencia y paz organizado por ATD Cuarto Mundo y que tuvo lugar en Lima - Perú en agosto 2010. Durante su presentáción ella dijo:

Desde el 2006 he estado escribiendo mis poesías con la ayuda de una poeta que se llama Patricia... Y así hemos ido avanzando, pero este es un taller que hemos creado ahí en Cuarto Mundo, descubrimos que nosotras, a pesar de que somos amas de casa, tenemos talento, yo no lo sabía. Así como yo hay muchas personas que han descubierto su talento.

lunes, 30 de mayo de 2011

"Food"

Mi primer encuentro con la pobreza en Manila se resumió en esta palabra.

Food, alcanzó a decir uno de los dos niños que se acercaron a casa diciendo algo en Filipino y yo respondí I don’t understand. Fue entonces cuando uno de los dos decidió hacerse entender. Food.

Ese día yo había decidido no comer porque estaba sola, comería algo más tarde en la calle. Ese día estos niños decidieron buscar comida. Se me ocurrió darles los bananos que tenía en la mesa y me quedó una amarga sensación de nunca saber si fue correcto o no.

¿De dónde vienen estos niños? ¿Vienen de debajo de uno de los tantos puentes donde mucha gente sobrevive en Manila?, ¿vivirán en alguno de los cementerios? ¿Estos niños sólo estaban jugando?

Tendría que haberles preguntado, tendría que haber platicado con ellos. Pero como no hablo el idioma, más tarde se me ocurrió buscar información sobre Manila. Encontré un artículo publicado en un blog en diciembre 2010. El artículo muestra las inmensas diferencias entre una Manila moderna y desarrollada, y otra, Manila misma, con precarias construcciones bajo los puentes y dentro de los cementerios. Una frase del artículo se quedó conmigo:

“…gente sin esperanza que al parecer lo único que esperan es la hora de hacerles compañía a sus ‘vecinos’ fallecidos…”

NO. No son gente sin esperanza. No esperan morir así simplemente ¡No acepto esta afirmación!

Son niños que se arman de valor para salir a buscar comida. Son familias que cada día abrigan la esperanza de otro futuro y es precisamente su esperanza que los mantiene de pie.

No obstante, esta afirmación, así como tantas otras, puede hacerse fácilmente desde un ordenador. La mía por ahora se basa en la experiencia del equipo de voluntarios de
ATD Fourth World, que vive en un barrio muy popular cerca de la gente que sobrevive bajo un puente y a quienes visitan regularmente.

¿Cuántos de nosotros seremos capaces de afirmar y defender la esperanza de la gente que vive en la pobreza?, ¿cuántos de nosotros somos capaces de cruzar barreras como el idioma, prejuicios, clase social, tiempo, etc.?

Por el momento, yo tengo la oportunidad de conocer a esta gente que vive no sin esperanza y no esperando morir. Todo lo contrario…

Busquemos maneras y oportunidades para acercarnos a la gente a quienes la sociedad quiere esconder e ignorar. Busquemos oportunidades concretas para no equivocarnos en nuestras afirmaciones.

Desde Manila – Filipinas
Susana Huarachi Quispe

miércoles, 25 de mayo de 2011

25 de Mayo, día del África

...cambiar la realidad del África es posible si cambiamos las estructuras mentales de la gente que impone ciertos modelos de relaciones entre "norte y sur"

martes, 24 de mayo de 2011

La extrema pobreza en EEUU.

DIFUSIÓN REBELDE!: La extrema pobreza en EEUU.: "Video que muestra las prioridades del gobierno de los EEUU , la verdad del 'sueño americano', latinos viviendo por debajo del nivel de ..."

miércoles, 18 de mayo de 2011

Niños alimentados...de pobreza

Un artículo escrito por John Diego Molina y publicado en El Diario del Otún-Colombia, el miércoles 18 de mayo 2011:

"Nos hemos acostumbrado tanto a los términos de pobreza, indigencia, inseguridad, desempleo, corrupción, entre otros males que aquejan al ser humano y a la sociedad en sus diferentes formas, que todo parece normal.

Nos rasgamos las vestiduras frente a un acontecimiento particular en un momento y en otra fracción de tiempo igualmente se nos olvida; sin tener en cuenta que la reflexión y el análisis, deben ser elementos permanentes para no olvidar por lo menos el drama particular de quienes consideramos como el futuro del mundo… los niños desnutridos, que nos recuerdan la peor cara de la pobreza y que se constituye en un problema global.

Según estadísticas de la organización mundial de la salud entre tres y cinco millones de niños menores de tres años mueren por año en el mundo, por causas relacionadas con la desnutrición, señalando al Africa, Asia y América latina como los de mayor crisis.

En nuestro país la constitución establece de manera categórica que los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás, pero sin embargo este imperativo constitucional no se cumple, por que las estadísticas demuestran que por lo menos el 12% de los niños colombianos menores de 5 años y el 12.6% entre 5 y 9 años sufren de problemas de desnutrición, bajo el denominador común de los bajos ingresos de las familias más pobres que no les permite atender las necesidades básicas nutricionales de la población infantil.

Si bien es cierto la desnutrición per – se resulta lamentable, lo es más aun las consecuencias físicas y mentales que se producen porque se está gestando una bomba de tiempo a corto plazo, cuyas consecuencias son de carácter irreversible, porque esa generación de niños alimentados de pobreza, presentarán en muchos casos retardos mentales, dificultades de aprendizaje y concentración que les restarán posibilidades dentro de una sociedad excluyente como la nuestra, amen de las grandes inversiones de recursos en salud para tratar de combatir las secuelas que se producen.

Que interesante sería, que pasáramos de la teoría a la práctica y cada uno de nosotros se diera a la tarea de luchar sin descanso, por que los niños de Colombia, en especial de nuestro Departamento y nuestro Municipio, dispongan de los elementos necesarios básicos, para que puedan lograr un desarrollo equilibrado y justo que les garantice la posibilidad de cumplir con el desafió histórico de ser quienes jalonen el desarrollo y el progreso de nuestra sociedad.

Nuestras voces no deben estar encaminadas a buscar solamente salidas al déficit fiscal, a la inseguridad, a combatir la corrupción, a rebajar el índice de desempleo, a mejorar la competitividad y el emprenderismo que no dejan de ser factores determinantes en el mejoramiento colectivo de las condiciones de vida, si no también orientadas a salvaguardar de la miseria alimentaria y social a ese ejercito de niños y niñas que deambulan por el mundo con la esperanza de hacer de la solidaridad un principio… un corazón humano que sea capaz de latir y vivir en función de transmitir “la cantidad suficiente de energía en forma de alimento” que requiere cada niño, para vivir y sentir que realmente este mundo le pertenece".

domingo, 15 de mayo de 2011

15 de Mayo, Día Internacional de la familia

Les compartimos el mensaje de Eugen Brand, Delegado General del Movimiento ATD Cuarto Mundo, con ocasión de este día:

jueves, 5 de mayo de 2011

Hipotecas "basura"

Nuevamente desde Madrid, Luciano Olazabal nos presenta, a través de su dibujo, una situación de la que seguramente muchos han oído hablar: "Las hipotecas basura". Para muchos españoles y sobre todo para inmigrantes ha significado la pérdida de sus casas, de sus sueños... Aquí una pista para seguir informándonos.





Hasta la próxima.

Información sobre las hipotecas en España.

lunes, 25 de abril de 2011

El acceso a la educación no es un derecho, es un sueño.

A principios del mes de marzo muchos padres de familia en el Cusco estaban desesperados al no saber dónde podrían estudiar sus hijos.

En los lugares donde ATD Cuarto Mundo está presente, varias familias muy pobres viven esta misma preocupación pero durante todo el año. Para ellos, la escuela es algo que ayuda a sus hijos a ser mejores en el futuro; los padres siempre nos dicen, “yo no quiero que mi hijo sufra lo que yo he sufrido”, “yo quiero que mi hijo sea mejor que yo” “mi hijo es el futuro para mi familia”. Hoy la realidad para esta gente es que el acceso a la educación no es un derecho, es un sueño.

La experiencia compartida en estos lugares nos permite afirmar que la esperanza de hacer realidad este sueño va perdiéndose de a poco cuando los padres se ven enfrentados a duros obstáculos como el costo de inscripciones y enormes listas de útiles escolares durante todo el año.

No sólo eso, la frustración de no acceder a la escuela se convierte a la vez en miedo y en vergüenza. Y es aquí donde comienza la incomprensión de la sociedad hacia estas familias porque no logran entender lo que sucede.

Desconociendo todas las dificultades a las que se enfrentan, la sociedad termina tildándoles de “padres irresponsables que no hacen nada para que sus hijos asistan a la escuela”

Esta incomprensión recae muchas veces en actitudes sin sentido que en vez de ayudar a los niños destruye: Como si fuera ayer, recuerdo que en el año 2000, en Guatemala, una niña fue echada de la escuela porque le faltaba un botón en su camisa. ¿Es admisible que la falta de un botón en la camisa sea un motivo para echar de la escuela a una niña?

Cuando seamos capaces de ir más allá de “la falta de un botón”, podremos ser capaces de entender los esfuerzos que hacen muchos padres para que sus hijos asistan a la escuela. Estoy seguro que a esta niña la echaron por venir de un Asentamiento, cuya población es muy pobre, y que el botón fue simplemente una excusa.

Para mí la EDUCACIÓN es una de las llaves que hará que un día podamos erradicar la pobreza y la miseria. Pero cada año todavía hay niños que no pueden terminar la escuela. ¿Hasta cuándo?

Un aspecto muy importante dentro del acceso a la educación es la comunicación entre maestros y padres de familia. Siempre tengo presente las palabras de una mujer: “nosotros no nos atrevemos a hablar (reclamar) en la escuela porque si hablamos los profesores toman represalias contra nuestros hijos”.

Cada vez la comunicación entre maestros y padres de familia es complicada. En lugar de hacer un trabajo conjunto, cada grupo (maestros y padres de familia) va por su propio camino y eso dificulta mucho más la permanencia de los niños en la escuela. Hasta que no decidamos trabajar juntos, seguirán habiendo niños que no terminan el año escolar.

Hagamos que el acceso al derecho a la educación sea una realidad, no un sueño.

Guillermo Díaz Linares
Cusco-Perú.

lunes, 18 de abril de 2011

Sin lugar para vivir en tu propia tierra

No sé si más que otros pueblos en el mundo, llevamos sobre las espaldas más de 500 años viviendo el despojo de la tierra. Muchos dicen que nos cuesta mucho superar nuestra cruenta historia, que deberíamos ir hacia adelante. De pronto llega una noticia, no por los grandes noticieros en la televisión, no por las importantes cadenas de radio, llega la noticia por medios alternativos (medios de poco alcance): “Cientos de familias ubicadas en el Valle del Polochic, Alta Verapaz, fueron desalojadas de forma violenta por fuerzas de seguridad pública y grupos paramilitares. Personas particulares armadas con machetes y armas de fuego están atacando a familias campesinas, disparándoles, quemando casas y cosechas. Acaban de informarnos del lamentable fallecimiento de dos campesinos en el área.” ¿Cómo superar algo que todavía vivimos? En pleno siglo XXI familias siguen buscando recuperar sus tierras, tener un hogar, tener donde cosechar, tener donde vivir. La historia parece ensañada con estas comunidades indígenas, que recién salen de masacres en el Conflicto Armado, para pasar a esto (a veces me pregunto si el conflicto realmente terminó o continúa y aquello de los Acuerdos de Paz fue un espejismo).

Protección a la propiedad privada, pero no a la familia, los derechos humanos bajo la lupa

Los campesinos que ocuparon los terrenos en el Valle del Polochic junto con organizaciones de izquierda se levantaron y manifestaron frente a varias instancias de gobierno. Sin embargo, parece ser, que la vida de estas familias campesinas, no es lo más importante para el Estado, lo más importante son los intereses privados de los supuestos “dueños de la tierra” y hoy por hoy muchos se preguntan, especialmente estas familias, quién está junto a ellas para defender sus derechos, ¿en dónde está el Estado que se organiza y vela por el bien común? ¿De lado de quién están las instituciones estatales que velan por los Derechos Humanos en Guatemala? Para obtener más información pueden visitar:

http://www.mayaconic.org/
http://tuvozescomunicacion.blogspot.com/

Desde Guatemala,
Linda García

martes, 29 de marzo de 2011

Torrenciales lluvias e inundaciones en Bolivia

El pasado 26 de febrero se produjo un mega-deslizamiento de tierra en la ciudad de La Paz, este deslizamiento afectó a 148 hectáreas, teniéndose un total de 14 zonas afectadas de las cuales cuatro fueron totalmente destruidas y las 10 restantes presentan daños considerables que las hacen inhabitables.

Estos barrios son denominados “laderas” o “barrios periféricos”. La mayoría de personas que viven en estas zonas son de escasos recursos, muchas familias se vieron afectadas y tuvieron que dejar sus viviendas. Hasta el momento 1.353 familias fueron desplazadas perdiendo el fruto de toda una vida de trabajo.

Actualmente estas familias se encuentran albergadas en campamentos donde se habilitaron carpas, ahí soportan el hacinamiento y se enfrentan al frío de la noche. Cuando llueve el agua ingresa a sus carpas y los niños, adultos y ancianos se exponen a afecciones respiratorias y una serie de enfermedades. En algunos albergues la gente se ve obligada a convivir con sus animales, que lograron rescatar. El Ministerio de Salud reporta 128 perros y 75 gatos, por ejemplo.

Las principales causas de este mega-deslizamiento fueron las intensas lluvias que cayeron en estos últimos meses, la construcción de viviendas clandestinas y la sobrepoblación en barrios marginales.

¿Quiénes construyeron las viviendas clandestinas? Si bien es cierto que existe un número considerable de viviendas que fueron construidas de forma clandestina, es bueno comprender que la mayoría de la gente que construyó son inmigrantes pobres que vinieron del campo a la ciudad. Gente que no encontró otras opciones y no les quedó más que asentarse y construir sus viviendas en zonas de alto riesgo.

Pero las intensas lluvias e inundaciones afectaron a todo el país, la confederación de pueblos indígenas tiene el registro de 240 comunidades afectadas, estaríamos hablando de 27.000 personas aproximadamente. Defensa Civil hasta la fecha tiene registradas 15.335 familias afectadas por el fenómeno “la niña”.

Muchas comunidades en el campo desaparecieron completamente, miles de campesinos perdieron sus cultivos, cosechas y su ganado. Ellos perdieron el fruto de meses o años de trabajo (en el caso del ganado). Ahora no tienen medios de producción.

Quizá cientos de estos campesinos se verán obligados a dejar el campo. Tal vez buscarán la oportunidad de subsistir en la ciudad. Tal vez, al no encontrar dónde vivir, construirán sus viviendas en zonas de alto riesgo y seguramente nadie dirá nada hasta que esta historia se repita de nuevo.

Marcelo Vargas Valencia
La Paz - Bolivia

martes, 22 de marzo de 2011

Perdóneme, señor, pero aquí hay hambre

Hace treinta años, Manuel José Arce Leal, un escritor y poeta guatemalteco, que murió exiliado en Francia en 1985, escribió en una de sus columnas en El Gráfico de Guatemala un texto con el título “Perdóneme, señor, pero aquí hay hambre”. Hoy lo reproduzco para el blog, con la respectiva autorización, ya que por el alza de precios de los alimentos el tema del hambre está en boca de muchos analistas, como si esto fuera nuevo para países como el mío. El texto dice así:

“Sí, señor, hay hambre. Y hágame el favor de no seguirla llamando desnutrición, subalimentación, ni palabritas por el estilo. Porque esto no necesita de neologismos: hambre es y hambre se llama. Mi pueblo tiene hambre. Los niños nacen y mueren con hambre. Ya sé que esto no es un tema agradable y que echa a perder a veces la digestión. Lo siento por su desayuno de hoy, pero voy a hablarle de eso.

Fue necesario que el New York Times lo publicara para que cierta gente en Guatemala empezara a pensar que a lo mejor sí, como que hay algo de eso, aunque muy exagerado, claro está. Pero no crea que exageran, ni que estas son mentiras de los “comunistas” para espantar el turismo. En Guatemala hace mucho que hay hambre. ¿Y sabe usted una cosa? El plomo pesa, pero el hambre no se sacia con balas. Y sobre los muchos que ya pesan en nuestra historia, este es otro crimen imperdonable.

Claro que echarle las culpas a la “inflación mundial” es una bonita zafada. O decir que los indios son huevones y que por eso tienen hambre. O decir que qué se va a hacer. Hay algunos que tienen mala suerte, que no progresan porque no quieren y toda esa retahíla de excusas canallas. Hay inflación mundial, cierto. Pero eso no es todo: porque aquí la inflación sólo ha golpeado a la clase media y a la clase trabajadora -campesina o urbana-. Los demás se hacen los “quesos”. No dejarán por eso de gastarse algunas decenas de miles de quetzales en su carrazo de lujo. Si les ponen impuestos les viene flojo, porque suprimen plazas y salarios, a la vez que encarecen productos y ¡santos en paz! La inflación ha resultado un gran negocio para muchos: el estupendo pretexto. Y están sacando buena tajada de ella.

Este país tiene tierra como para alimentar holgadamente a todos sus habitantes. Pero para que ello fuera un hecho, el negocio habría que manejarlo de una manera muy diferente: a manera de que la gente que produce la riqueza de Guatemala con su sudor, su miseria y su hambre, tuviera también derecho a vivir, por lo menos. ¿Cuántos almuerzos de niño indígena vale su carro último modelo, su lancha de lujo, su chaletito, su casa diseñada por el arquitecto fulano y decorada por el señor zutano? ¿Cuántos litros de esa leche que jamás llega a los niños cuesta su última parranda a la que llegó Don Fulanón, Don Zutanazo y Don Perencejote? Ya sé que usted limpia su conciencia diciendo que esto no es culpa suya. No será culpa suya, exclusivamente, pero sí es culpa de ustedes, de un ustedes en el que caben algunas personas: aquellos que comercian con el hambre de nuestro pueblo, aquellos que se asocian para el saqueo de las riquezas de este país, aquellos que le zampan un balazo al espejo que los ofende con su propia imagen.

En Guatemala hay hambre, si señor, HAMBRE. Hasta aquí, el violento disque ha contenido y ha ahogado. Pero ¿Cuánto más va a soportar? ¿O es que ustedes mismos, los que hace apenas un poco de tiempo hablaban de reformar ciertas cosas, de dejar un respiro de justicia al pueblo, de poner en orden a los hambreadotes de nuestro país, ya se sienten seguros, porque ninguna metralleta les quita el sueño?”.

Manuel José, como muchos intelectuales guatemaltecos ya fallecidos, sigue siendo una autoridad y una conciencia para quienes seguimos sus caminos, por eso leerlos de vez en cuando nos fortalece y nos ayuda a seguir luchando para que se construya un mundo sin pobreza extrema.

Sirva este texto para recordar a un maestro y para hacer nuestros sus pensamientos, aunque estos golpeen nuestras buenas conciencias.
Max Araujo
Guatemala Ciudad

lunes, 14 de marzo de 2011

No te olvides de partir el pan

Saliendo de la embajada de Filipinas me disponía a buscar la estación de tren más próxima. Caminaba de prisa para no llegar tarde al aeropuerto. Una mujer también caminaba de prisa pero en sentido contrario y llevando dos barras de pan. Nuestras miradas se encontraron, se reconocieron y por fin, una sonrisa se dibujaba en nosotras por la alegría del encuentro.

- Buenas tardes
- Buenas tardes señora cómo le va
- De dónde es usted
- Boliviana y usted de dónde…

Y olvidé el tren y la estación y el aeropuerto en nombre de la alegría de encontrar un rostro como el mío. Y ella olvidó su…. No me dio tiempo de preguntar a dónde iba ella.

Me contó que vive en París hace cinco años y en diez minutos me resumió su historia, las penas y las humillaciones por las que tuvo que pasar todo este tiempo. Aquí siempre vamos a ser “les femmes de ménage”, en La Paz también trabajaba limpiando casas pero por lo menos la señora me saludaba, aquí ni te saludan, te miran como al perro. Mi amiga dice que nunca vamos alcanzar a ser como los de aquí porque siempre tendremos la cara que tenemos… Y terminó con un quiero volver, aquí nunca vamos a ser iguales que ellos.

Me contó también de las penas de otros, de otros de los nuestros, “a veces nos encontramos en la calle cuando salimos, nos miramos y clarito nos reconocemos, todos pasamos los maltratos que tenemos que pasar, para vos también debe ser así no? Dónde trabajas?”

Y por primera vez sentí vergüenza, “disculpe señora, yo no trabajo limpiando casas, yo vine aquí con un seguro de salud y el pasaje de avión pagado, ahora tengo el seguro del gobierno francés, es el mínimo pero está bien. Sabe? Yo soy voluntaria en un movimiento que lucha contra la exclusión y contra la pobreza, pero hoy por usted no puedo hacer nada…” podría haberle dicho, pero en cambio le dije “yo trabajo fuera de París, es una organización, como una ong y justo ahora tengo que buscar a mi compañera en el aeropuerto, disculpe que me vaya tan rápido, me hubiera gustado charlar más con usted”

Y por otros 20 minutos, me contó las razones por las que llegó a París, de cómo la estafaron con el billete de avión, de cómo tuvo que dejar a su familia, de cómo nunca le ceden el paso en las calles, de cómo se pasa horas y horas trabajando por un salario que no alcanza, de cómo...

- Bueno señorita, cómo se llama usted
- Susana y usted?
- Alicia
- Mucho gusto doña Alicia, pero ya tengo que irme

Pero no pude irme, me quedé para escuchar de las veces que se encontró sin dónde dormir y sin qué comer, de las veces que la nostalgia la invade y la hacen llorar. Me miró y me dijo –le gusta el pan? No quiere un pedazo?– Y aunque intenté decir que no gracias, mi cultura y mis costumbres me hicieron decir

- Muchas gracias, sólo un poquito
- Pero tome otro pedacito, es muy poco, el pan siempre hace falta, yo sé lo que es pasar hambre.

Y por segunda vez sentí vergüenza, “no señora, yo no sé lo que es pasar hambre, yo siempre tuve, nunca me faltó” tendría que haberlo reconocido, pero en cambio no dije nada, sólo le agradecí por el pan. Le agradecí también por su gran lección pero en silencio. Porque con este pequeño gesto Alicia también me dijo, y conmigo a ustedes, algo que casi siempre olvidamos. “No te olvides de partir el pan donde quiera que te encuentres”.

Susana Huarachi Quispe
Orgerus - Francia

domingo, 6 de marzo de 2011

¿Por qué me cuesta tanto entender el enfoque de género?


Día Internacional de la mujer
Gran gala en la ONU para celebrar, por fin, la liberación de las mujeres. Un nuevo mundo, una nueva era... Así empieza la 55 Comisión sobre el Estatus de la Mujer y así se inaugura la más nueva instancia de la ONU, ONU Mujeres, entidad para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Este año el tema de la Comisión es: Acceso a la educación, formación profesional, ciencia, tecnología, empleo a tiempo completo y trabajo decente.

¿Por qué me cuesta tanto entender el enfoque de género?
La mayor parte de las mujeres que se reúnen en esta sesión han tenido y siguen teniendo acceso a la educación, la ciencia, la tecnología y el trabajo decente. Muchas, por su estatus social, también tienen acceso a criada, nana, sirvienta, empleada del hogar... (como quiera que se llame en su país). Las mujeres (también hay hombres en esta sesión) ¿se han parado a pensar qué acceso a la educación, la formación profesional, la ciencia, la tecnología, el empleo a tiempo completo y el trabajo decente tienen sus empleadas?

Espero que muchas lo hayan hecho, espero que sus empleadas coticen a la seguridad social y tengan un plan de pensiones. ¿No es esto de lo que estamos hablando?

Otra de las razones por las que me cuesta entender el enfoque de género es porque se sobreentiende que los malos son los hombres y, sutilmente, se pasa por alto que opresoras y oprimidas forman parte del mismo grupo. Los dictadores que oprimen a los pueblos y les privan de sus derechos y libertades tienen madres, mujeres e hijas que les apoyan. Las niñas que trabajan en el servicio doméstico trabajan para señoras, mujeres todas ellas. Hay mujeres dueñas de burdeles que trafican y prostituyen a niñas y mujeres. Son mujeres las que educan a los niños que después se hacen hombres y maltratan a sus mujeres. Son mujeres las guardianas de las costumbres y tradiciones, que fueron mutiladas y mutilan a sus hijas...

De parte de qué mujer me pongo, porque, como mujer, todas ellas habitan en mí.
¿Quiénes son las más vulnerables, las que han sufrido más tiempo, las menos visibles?
Todo este sinsentido de lucha feminista y enfoque de género, sólo cobra sentido para mí, como mujer, si somos capaces, por una vez, de olvidarnos de nuestra situación (muchas veces de privilegiadas) y ponernos a la escucha de las mujeres más vulnerables, las que viven en la pobreza extrema, las que sufren violaciones de derechos en todos los ámbitos de su existencia.

Y digo ponernos a la escucha y aprender porque no estoy segura de que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres sea la lucha que quieren, pueden y deben luchar. La extrema pobreza en muchos casos hace imposible la relación más básica, también la más difícil, la que hace posible la vida, la relación entre hombre y mujer; cuando las condiciones de vida son tan extremas que los derechos de la mujer a ser mujer y existir son tan violados como los del hombre a ser hombre y existir, el enfoque de género deja de tener sentido.

¿Cuántas veces he oído hablar de esos hombres inútiles y violentos, vagos y borrachos y de cuánto mejor están las mujeres sin ellos? ¿Cuántos programas y proyectos de ayuda a las mujeres pobres las condenan a una vida sin hombres? ¿Qué futuro pueden tener los niños que crecen sin sus padres? ¿Cuán capaces somos las mujeres de escuchar también a esos hombres, que de tanta humillación y sufrimiento, que de puro imposible, la emprenden a palos con los más cercanos, y aprender juntos a construir diferente, a vivir diferente?

Cristina Diez Saguillo
Nueva York - Estados Unidos

lunes, 28 de febrero de 2011

Sueño Oskuro

Con este título y desde Madrid - España, Luciano Olazabal nos muestra (denuncia) los abusos cometidos por la policía cuando realizan sus operativos policiales en busca de los "sin papeles"




Una publicación del 19/01/2011, en el blog Inmigrantes en España, explica lo que Luciano nos grafica:

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, negó este martes taxativamente que se produzcan estas redadas y aseguró que la Policía, como manda su trabajo, hace controles antiterroristas y de seguridad ciudadana. Si en esos controles se identifica a extranjeros irregulares, "se aplica la ley y se les abre un expediente de expulsión".
Un portavoz de Interior recalcó: "No se efectúan redadas especificas para detener a 'sin papeles'".

Los sindicatos policiales no dicen lo mismo.
"El ministro lo puede llamar como quiera, pero los controles de seguridad ciudadana que se realizan son en su mayoría para detectar 'sin papeles'", asegura el SUP, que explica que las redadas se han producido en 2010 y se seguirán produciendo en 2011. Tras las filtraciones a la prensa en 2009 de circulares internas que fijaban cupos de extranjeros irregulares que había que detener, ahora las órdenes son siempre verbales. (click aquí para leer el artículo completo)

Hasta la próxima

lunes, 21 de febrero de 2011

El comercio informal en la Línea Férrea

Parece que fue ayer, aunque fue hace más de una década, que veía al ir a estudiar una larga fila de casas de lámina, cartón y madera, las casas de los pobres, una tras otra por toda la antigua línea del tren. Hace más de 10 años, les desalojaron de ahí, ¿para qué? Podemos decir que básicamente para construir una larga calzada industrial llamada “Atanasio Tzul”.

Sin embargo, conservaron los antiguos fierros, por donde ya no pasa el tren y en sus calles asfaltadas pasa el nuevo transurbano* y muchos carros, cada día más. El lugar es cotizado, queda justo al lado de uno de los mercados populares más grandes de la ciudad de Guatemala “La Terminal”. Es por esto que se congrega de nuevo, junto a la línea del tren, mucha gente de origen pobre, para trabajar, para vender. Ya no es su casa, ahora es su lugar de trabajo.

La venta, de las personas de La Línea o de la Atanasio Tzul, consiste en aparatos eléctricos, ropa, juguetes… todos de segunda mano o recogidos de la basura del enorme Relleno Sanitario, a donde día a día se va a recuperar desechos, recolectar plástico, metal y a arriesgar la vida.

En Guatemala 7 de cada 10 personas se dedican al comercio informal, en este sentido existe (o existía) cierta libertad. Quien necesite dinero puede poner una mesa frente a su casa y vender comida, ropa, lo que sea necesario para subsistir. Sin embargo, el comercio informal anula todo tipo de salario estable, beneficios laborales o crediticios, pero de esto hay que vivir a causa de la falta de empleo en el país, sumado a la falta de acceso a la profesionalización.

Retomando, es en La Línea donde converge el trabajo informal, unos a recuperar objetos de la basura, otros a venderla. La Línea, la historia a menudo nos lleva a este lugar, esta vez no fue la excepción, porque recientemente han desalojado a los vendedores. ¿Para qué? ¿Por qué? Si no hay empleo, educación de calidad, salud, ¿para qué parar los esfuerzos de las personas que trabajan y luchan para vivir, para sobrevivir? La respuesta es absurda, pero así la dijo el representante de la Municipalidad de Guatemala, entidad responsable del desalojo: “este espacio es sucio, deprimido y peligroso, estamos en proceso de jardinización e iluminación”.

Una vez más, en La Línea, hay otros intereses antes del cumplimiento de los Derechos Humanos en la ciudad de Guatemala: la de la “modernización”, lo superficial. Hasta cuándo dará vuelta la inversión económica para poner de primero, lo primero: al ser humano.


Linda Aura García Arenas
Guatemala de la Ciudad


*Transporte colectivo con sistema electrónico de pago.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Cuánto durará la inundación?


Hace un año exactamente, producto de las inundaciones y deslizamientos provocados por las fuertes lluvias, las noticias nos alarmaron sobre la situación de muchas familias del Cusco y sus provincias. La gente se había quedado sin su casa, se habían quedado solo con la ropa que llevaban puesta. Ante esta situación, muchas familias, instituciones y ONGs se organizaron para estar al lado de las familias damnificadas.

En nuestro equipo ATD Cusco, estábamos con los preparativos para el Festival del Saber* 2010 en Villa el Sol y Cuyo Grande (nuestro lugares de acción). En una de nuestras reuniones hemos pensado: por qué no vamos al encuentro de las familias que hoy están sin nada?.

Después, compartimos esta idea con la gente de Villa el Sol y Cuyo Grande. Les preguntamos qué pensaban si, en vez de hacer el Festival del Saber en sus barrios como cada año, lo hacíamos en los lugares donde sufrieron inundaciones. Y la gente nos dijo: hoy, son estas familias que necesitan más y es bueno que ustedes vayan a su encuentro. Fue así que el Festival del Saber 2010 se trasladó hasta Huacarpay y Lucre.

Cuando fuimos al encuentro el primer día, personalmente tenía miedo sobre cómo iba a darse nuestra relación con las familias y los niños. Sin embargo, el segundo día ya éramos parte de ellos, era increíble cómo la confianza en tan pocas horas estaba abierta a nosotros.

Los niños nos han contado cómo, en la oscuridad de la noche, tuvieron que salir corriendo; muchos de ellos habían perdido a sus familias durante la noche, felizmente los habían encontrado al día siguiente.

A consecuencia de todo lo que habían vivido, muchos niños tenían miedo a salir de su carpa, poco a poco se atrevían a salir y participar del Festival.

Al mismo tiempo, los papás estaban en búsqueda de un nuevo lugar para poder construir su casa. Ellos nos dijeron que ya tenían un terreno y que les ayudarían a construir su casa. Estaban preocupados por tener que vivir en las carpas, las epidemias podrían brotar y era muy peligroso.

Un año después estas familias siguen viviendo en las carpas.

En verdad es indignante que las autoridades no tomen cartas en el asunto. El año pasado se decía que a lo mucho vivirían entre a 4 a 5 meses en estas carpas.

Hace algunas semanas un noticiero del Cusco hacía un reportaje sobre las casas que habían construido después de las inundaciones. Lamentablemente el estado de estas “nuevas casas” es deprimente, estas casas se están cayendo, están todas agrietadas, sin ventanas y sin puertas. Muchas familias están viviendo al lado de las casas construidas, se quedan en sus carpas; otras familias que tienen más fuerzas han construido pequeñas chozas con maderas y láminas.

Nos falta mucho para que el ser humano tome conciencia, sobre todo cuando ocurren tragedias naturales. Me quedo con esta pregunta: ¿Porqué siempre es la gente humilde que debe soportar estas cosas?

Guillermo Díaz Linares
Cusco - Perú


*El Festival del Saber son unos días de intensa actividad en los barrios que permiten desarrollar talleres ambiciosos propuestos por los niños y sus padres. Se convoca a un equipo de voluntarios dispuestos a prepararlo y a dedicarse a tiempo completo en su desarrollo. Se contacta también con artistas, deportistas, artesanos o profesionales de cualquier índole que de manera voluntaria o retribuida desean compartir sus habilidades y su pasión con los niños. Además, el festival permite encontrar a personas nuevas que quieren colaborar y descubrir un compromiso de lucha contra la miseria. También se dedica tiempo a la formación sobre el Movimiento Cuarto Mundo.


lunes, 7 de febrero de 2011

Lucha contra la pobreza

Existen varios esfuerzos a nivel mundial por erradicar la pobreza; sin embargo, se acentúan los extremos. Cada vez hay más pobres y más ricos.

¿Qué es lo que está fallando?, ¿la falta de sensibilidad social de los sectores más favorecidos?, ¿la justicia social e histórica? ¿los sistemas educativos? ¿el modelo económico?, las posibles causas son demasiadas y con un mismo efecto: la pobreza continua.

Me da la impresión, que la mayoría de las iniciativas gubernamentales, ONGs y sociedad civil, si bien tienen una posición muy clara de rechazo a la pobreza, sus acciones son conservadoras ante el modelo económico-social, es decir que mantendrán, intencionalmente o no, las estructuras de desigualdad social porque el objetivo es ingresar al modelo de desarrollo y éste ha demostrado en su aplicación que es brutalmente discriminador e injusto, entonces ¿por qué seguir apostando por este modelo?

Cada vez hay más voces a nivel mundial por la urgencia de construir otro modelo de desarrollo, algunos lo entienden de manera más profunda y hablan de civilización (Pueblos indígenas de América), y otros apuestan a reformas estructurales de los Estados (Dussel, Amin, Zemelman, Spivak, Negri, de Sousa, intelectuales en auge)

Lo claro, es que la gente está empezando a cansarse de vivir en injusticia, porque la promesa de mejores días nunca llega, fue el caso de Bolivia, Ecuador, Túnez, Egipto, y no nos olvidemos de la naturaleza, que también ya nos está pasando la factura por los efectos del bendito desarrollo.

Ahora surge la pregunta: ¿Mi lucha contra la pobreza a qué apoya?

En mi próximo escrito lo desarrollaré, hasta la próxima.

María Sandra Ramos Ochoa
desde Méry sur Oise - Francia