lunes, 25 de noviembre de 2013

Privadas de libertad, sin libertad de expresión

Diego Sánchez
La Paz - Bolivia

En este último tiempo he visitado el Centro de Orientación Femenina en Obrajes, ciudad de La Paz. Es un penal que alberga a una gran cantidad de mujeres, en muchos casos madres que viven con sus pequeños hijos recluidos, pagando condena por una variedad de delitos mayores o menores.

Parece ser un pequeño barrio, con calles angostas donde transitan día a día sueños y esperanzas por justicia, una que no retrase sus aspiraciones de recibir un juicio justo. En la actualidad más del 60% de su población no cuenta con condena, en muchos casos llevan más de tres años sin ver luces sobre sus casos.

Mi casual visita me dejó conocer una realidad que muchos no nos imaginamos cuando pasamos delante de esas paredes altas y alambradas. Al interior se vive la misma pobreza, como lo relatan algunas madres de familia con quien el Movimiento ATD Cuarto Mundo tuvo la oportunidad de conversar: “Estamos aquí no porque hemos cometido un delito, estamos aquí porque somos pobres, porque los ricos pueden pagar abogados y jueces, pero a nosotras nadie nos escucha, por más de que seamos inocentes o no”.

Lo cierto es que muchas de estas personas privadas de libertad están recluidas por defensa propia, es decir que sufrieron pasiva y silenciosamente violencia intrafamiliar de sus cónyuges durante mucho tiempo, al punto de buscar justicia por sus propias manos ya que en este país, como en muchos otros, la justicia definitivamente no tiene rostro de mujer, mucho menos de mujer pobre.

Por supuesto hay de las otras, quienes están encerradas en este centro penitenciario por narcotráfico. Aunque durante un debate promovido por el Movimiento, se desnudaron situaciones que pocas veces se tiene el valor de decirlo: “Estamos aquí porque hemos sido empujadas a delinquir, a falta de condiciones dignas de trabajo…”

El tema no es justificar los delitos, es entender lo que hay por detrás de ellos y las consecuencias que acarrea, incluso a extremos más allá de lo esperado. Esto lo he evidenciado por ejemplo en nuestros debates con estas mujeres, es decir, al intentar conocer la realidad de alguna de ellas, respondían con voz casi imperceptible: “No me pregunte a mí, pregunte a la señoras de atrás”, con temor en sus cabezas agachadas y miradas que nos hablan más de lo que las mismas palabras nos dicen: “Hay grupos de poder que generan control sobre nosotras”. En otras palabras, además de la privación de libertad también se vive falta de libertad de expresión, un doble encierro que muchas mujeres sufren.

Es un sufrimiento que lastimosamente no termina en sus vidas, es un sufrimiento que es heredado a sus hijos, los mismos que viven con ellas hasta los 13 años y que luego son destinados a albergues u hogares adoptivos al interior del país. El dedo señalador, acusador y discriminador de la sociedad ya no apunta solo a ellas, apunta también a sus hijos: “Nosotras estamos encerradas aquí, pero nuestros hijos tienen que enfrentar el mundo, cuando van al colegio son señalados y discriminados por tener una madre en la cárcel”.

Es necesario conocer toda esta serie de causas y efectos de la vida en los penales para entender la humanidad que habita en todas las personas privadas de libertad, ya que al ser recluidas, no termina su vida, al contrario, comienza otra, diferente, matizada por injusticias, violencia y discriminación.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Yo ya no quiero ser pobre, necesito una oportunidad

Este fue el llamado de Juan Carlos Baltazar ante miembros de la ONU en un seminario que organizó el Movimiento ATD Cuarto Mundo en Nueva York en junio pasado. Dicho seminario presentó las conclusiones de un proceso de evaluación del impacto de los Objetivos del Milenio en la vida de los más pobres; en él participaron, como Juan Carlos, más de dos mil personas de distintas partes del mundo viviendo en esa situación. 

El siguiente vídeo rescata algunos momentos fuertes de ese evento. Les invito a verlo, discutirlo, compartirlo, en fin...

Susana Huarachi Quispe
El Alto - Bolivia.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Voces de enseñanza


Desde Bolivia, en el marco de la evaluación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, les compartimos este video que muestra el análisis de la educación en Bolivia desde la realidad y experiencia de los más pobres. Es resultado de un proceso de investigación participativa que fue realizado por el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Bolivia (PNUD).


Esperamos sus críticas y comentarios.

martes, 5 de noviembre de 2013

UN CAMINO HACIA EL RECONOCIMIENTO.

Elda García
Escuintla - Guatemala


Un monumento en el  Patio de la Paz, en el Palacio Nacional de la Cultura ha sido colocado desde el año 1997. El monumento fue develado un año después de haberse firmado el Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno de la República y la URNG (Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca). Como símbolo de este acuerdo, cada mes, en el palacio nacional de la cultura, se cambia la Rosa de la Paz que lleva el monumento. A través de un Acuerdo Ministerial publicado en el Diario Oficial, se establece que este cambio debe otorgarse a personas o instituciones, nacionales y extranjeras que han jugado un papel importante en la promoción de la cultura de la paz.

Este 17 de octubre, a Loida Ramos, una joven de 19 años procedente de Guatelinda Escuintla, se le concedió la oportunidad de sentarse en la mesa principal para realizar el cambio de la Rosa. Y es que no es nada fácil obtener esto. Y no es la primera vez.  El Movimiento Cuarto Mundo en Guatemala, desde hace 10 años consecutivos, sigue buscando el reconocimiento y la visibilización de los esfuerzos de las familias más pobres. Es a partir de este acto significativo que seguimos en este camino.

En su intervención Loida nos decía: “Me considero una persona amigable.  Cuando vamos a chatarrear, a buscar leña o a recoger purina (comida para los perros) que tiran cerca de donde vivo, junto a otras personas de la comunidad,  siento que la mente se me desaloja…… es así como ayudo a mi papá y a mi mamá y cuando recibo el dinero “es alivio para la vida”. 

Muchas veces nos repartimos lo que juntamos. Siempre les digo: hay que unirnos. No me gusta cuando se ponen a pelear.  Me gusta estar con los jóvenes para apoyarlos…… A veces se me salta la voz y los regaño para que no pierdan lo que yo no he podido ganar. A los adultos los apoyo, animándolos  para que sigan adelante. No me gusta verlos desanimados”.

Estas son algunas de sus palabras, dando a conocer la lucha diaria que  muchas familias en nuestro país realizan. Como ella, sabemos de los miles de guatemaltecos que hacen esfuerzos para mantener vivo el espíritu de la paz, pero más allá, aún en medio de la miseria, siguen teniendo gestos de amistad, de fraternidad y de bondad unos con otros. Gestos que claramente nos dan a conocer el valor que todo ser humano posee.

Al igual que Loida, Vivi Luis también parte de familias muy pobres, nos compartía: …“Tenemos esta manía: Juzgamos mucho sin ver más allá de la situación.  Cada familia tiene una historia y una realidad diferente: ¿Cómo lograr que nuestros jóvenes puedan seguir adelante? De mi punto de vista, la respuesta es en el acceso pleno al conjunto de sus Derechos y no solamente “oportunidades” que una mínima parte de los guatemaltecos pueden agarrar. Así permitimos a cada ciudadano y especialmente a los más excluidos de aquí, de Escuintla, del interior,  construir un futuro mejor.

Este día quedará grabado en la mente de las familias, de los niños, de los jóvenes, como una oportunidad más de hacerse ver, de hacerse escuchar, de encontrarse con otros, no importando sus condiciones de vida, su posición. Porque en este Patio de la Paz, en este lugar donde no “cualquiera” entra, las familias del Movimiento Cuarto Mundo se han parado una vez más para dar a conocer su lucha, sus sueños y sobre todo de lo que son: portadores de paz.