lunes, 28 de octubre de 2013

La historia de América Latina, es una sola


Linda García Arenas
Guatemala ciudad

En los últimos años he tenido la oportunidad de ver algunas películas o documentales que me han dejado un nudo en la garganta, algunas lágrimas en los ojos y mucho coraje.

No importa si su origen es peruano, argentino, salvadoreño, chileno o guatemalteco. La historia siempre se repite. La guerra, las historias de la guerra ¿la misma guerra? La del poder, la de la izquierda, la derecha y los yanquis de fondo. El dolor, siempre el mismo dolor, la separación de las familias, las desapariciones, los asesinatos y la miseria. Finalmente, los mismos llevan sobre la espalda todo el peso de la historia: los más pobres.

Pasados los años, parece que el destino se sigue ensañando con nosotros. Vuelven las ansias de poder, de dinero, de oro. La minería a cielo abierto, la nueva forma de amenazar a las poblaciones ¡y al ambiente! Nuevamente empieza la persecución de quienes defienden su territorio, su agua, sus árboles ¡su vida!

Llevo atravesada en el corazón, la historia de doña Diodora, ahí en la punta de un cerro al norte de Guatemala. El español no es su lengua materna, pero aun así cuenta su historia de lucha en soledad contra una minera canadiense ¿Quién es ella, sola en su lucha, frente a una empresa transnacional? ¿Quiénes somos nosotros frente a la explotación de nuestros recursos para el enriquecimiento de otros y la miseria de los mismos?

Les dejo los links de algunas películas o documentales. Algunos están completos y otros son trailers o sinopsis. ¿En sus países la historia es la misma? Puedes aportar otros links. No importa, si no eres latinoamericano, porque seguramente en muchos rincones del mundo hay muchas injusticias por contar y compromisos por vivir.

Sobre conflictos armados:
Con mi corazón en Yambo (Ecuador)
Nostalgia de la luz (Chile)
Voces inocentes (El Salvador)
La isla (Guatemala)
Machuca (Chile)

Sobre la minería:
Operación diablo (Perú)
El oro o la vida (Guatemala)
Fiebre del oro (Guatemala)

LA CULTURA Y LA LUCHA CONTRA LA POBREZA EXTREMA


Alberto Ugarte Delgado

El jueves  17 de octubre, a iniciativa del “Colectivo por la Igualdad y Defensa de los Derechos Humanos”  y como parte de la conmemoración del “Día Mundial para la erradicación de la Pobreza Extrema”,  la actriz Delfina  Paredes presentó en Cusco el monólogo: “¿Florecerá mi Nombre?”, fruto del encuentro con familias del cuarto mundo de la ciudad del Cusco y de la Comunidad Campesina de Cuyo Grande.

Delfina Paredes,   una de las actrices más populares del Perú, con una gran trayectoria en el teatro y la televisión, supo con mucha sensibilidad y respeto, recoger los testimonios y las experiencias de estas familias, quienes desde lo más profundo de ellos mismos expresaban su sed de reconocimiento, como ciudadanos de  pleno derecho y como personas con una dignidad que respetar. Con su gran talento Delfina construyó un personaje, Rudecinda, que sintetiza la vida y el combate de miles de  madres de familia de nuestra sociedad, que en medio de la adversidad y las dificultades,  luchan a diario por sostener  a su familia unida y mantener encendida la esperanza  de un mañana mejor para los suyos.

Me parece significativo que en el marco del 17 de Octubre se realice un evento cultural como el que nos presentó la actriz Delfina Paredes,  pues la lucha contra la pobreza no debe reducirse a la lucha contra la pobreza del hambre, del frío y del desamparo, todas esas expresiones materiales de la pobreza que tanto nos conmueven e indignan; sino también contra todas esas otras formas, quizás más sutiles, pero no por eso menos perversas y destructivas, como el hecho de privar a una persona de la posibilidad de acceder al patrimonio cultural que a lo largo de siglos y desde  lugares distintos de nuestro planeta el hombre ha ido creando.  Pero es tal vez más injusto, privarlo de las posibilidades y los medios para construirse él mismo como un actor cultural, capaz de enriquecer su propia cultura y la cultura universal.

No en vano el Padre Joseph Wresinski, iniciador del 17 de octubre,  señalaba a  la pobreza extrema como un despilfarro enorme de humanidad. Ante ello,  tuvo  siempre una preocupación central en torno a la cultura y desde un inicio sus acciones estuvieron marcadas por esta preocupación; es así que cuando estaba sobre el barro de la miseria en un barrio de chabolas a las afueras de París, con familias que carecían de lo indispensable,  lo primero que hizo fue un jardín de infancia para los más pequeños, un centro cultural para los adolescentes y jóvenes, un “foyer”  comunal para los adultos, en el cual pudieran aprender  la música, el teatro, el arte y hacer cosas bellas con las manos. Años más tarde reflexionando sobre esta relación entre cultura y pobreza extrema, afirmaría: “…la acción cultural es efectivamente primordial. Permite plantearse la cuestión de la exclusión humana de una manera más radical que cuando se trata del acceso al derecho a una vivienda, a un trabajo, a los recursos o a la sanidad. Podríamos pensar que el acceso a estos otros derechos se hace ineludible cuando es reconocido el derecho a la cultura. Transmitir un patrimonio cultural significa integrar a aquellos que lo reciben en ese mismo patrimonio del que se convierten en herederos. Significa crear una misma historia, identificarse cada uno con la voluntad de crear un destino común entre todos los creadores de ese patrimonio.[1]

Si tal como afirmamos la cultura debe ser un fin en sí mismo, debemos reconocer que es también un medio inigualable para desarrollar nuestra sensibilidad, para enriquecer nuestra visión del mundo, para permitir el encuentro, el diálogo y la comprensión entre los hombres; en fin,  un medio para hacer de nosotros mejores seres humanos.

Queremos pues, en el marco del 17 de octubre,  insistir en que la lucha contra la pobreza y la lucha por el acceso de todos a la cultura, hacen parte de un mismo combate, que es el de forjar una sociedad en la que toda persona tenga las posibilidades y los medios para desarrollarse plenamente.
Lima, octubre del 2013


miércoles, 16 de octubre de 2013

17 DE OCTUBRE: DIA MUNDIAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA EXTREMA POBREZA

Con motivo del 17 de Octubre: Día Mundial para Erradicación de la Extrema Pobreza, les compartimos el mensaje de la delegada general del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo: Actuar juntos por la dignidad.

lunes, 14 de octubre de 2013

Desde un rincón del mundo

María Luisa Rojas
Guatemala Ciudad

Don José y doña Lili, un día X empezaron a vivir en la esquina de mi casa. Una noche, simplemente se acomodaron y se quedaron así, sin nada, nada… a la intemperie; ni siquiera buscaron el rincón protegido de una puerta… se quedaron en la esquina bajo el poste de la luz.

A la noche siguiente ya tenían unos cartones y un gran plástico, dos días después tenían unas cajas… Poco a poco se fueron estableciendo en “su casa”, hasta que por último ¡ya tenían un colchón!, tan roto y harapiento como ellos y sus vidas, pero tenían un colchón.

Durante el día abandonaban su “habitación” y pasaban a su “jardín”, la banqueta de enfrente, a recibir el sol, y la lluvia… Y las miradas de desagrado y rechazo de muchos transeúntes. La calle y sus diversos ambientes era su casa. Aquí venían de visita otros indigentes; hablaban, se reían… y doña Lili y don José aprovechaban los momentos de compañía para dormir, pues en la noche velaban por el miedo que tenían de que les pasara algo.

Al principio los vecinos se preguntaban por qué estaban ahí, esperando que se fueran, que no se quedaran mucho tiempo pues podría ser peligroso para el barrio. Ni siquiera sabían qué mal podían causar, pero veían su presencia como una amenaza. Eran extraños que estaban entrando en sus vidas sin pedir permiso. Eran vigías de todo lo que pasaba en la calle. Eran una amenaza a la supuesta tranquilidad de la rutina.

Creo que lo que más molestaba es que eran como espías de nuestra vida interior. Aunque nadie les abrió las puertas de su casa, cerradas con doble llave y candado, ellos entraron y escudriñaron la forma de vida de cada quien, obligándonos a una reflexión de la que frecuentemente huimos: ¿Por qué tengo y otros no?... ¿Por qué a veces no me conformo con lo que tengo y exijo más?... ¿Por qué, aunque no quiera, desperdicio muchas veces la comida o el agua?...

Estos indigentes nos molestan pues nos cuestionan sobre algo que no queremos pensar, nos hacen sentir impotentes, nos hacen sentir injustos; nos hacen pensar, pero sobre todo, nos roban la tranquilidad, pues nos hacen ver que de alguna manera en algo somos responsables de esta situación…

En contradicción a los días llenos de preocupaciones, críticas y disgustos que muchos vivimos, doña Lili y don José amanecían con una sonrisa. Los días que estuvieron viviendo en la esquina, a todos les sucedió algo raro: alguien los saludaba al salir de su casa y entrar en la calle. Los “buenos días” que decían era un saludo muy alegre, sin embargo esa sonrisa llegaba a nuestras vidas como un cuchillo que hace sangrar. Tanta alegría, tanto entusiasmo venía de dos harapientos que no tenían nada… Y esto hace pensar…

Muy de vez en cuando pedían una “limosnita”, pero siempre te deseaban un buen día al verte pasar. Más que interesarse uno en ellos, ellos iban cada día conociendo a sus vecinos, reclamando con dulzura, a su manera, una mirada, una palabra, un trozo de pan, un poco de vida que les permitiera salir, al menos por un instante de ese rincón del mundo al que los hemos condenado a vivir.

Una mañana X, muy temprano, se hace presente gran parte de la sociedad en esa esquina olvidada: bomberos, policías, vecinos, reporteros de prensa, curiosos,… Don José había amanecido muerto. Murió de frío, de un golpe al caer, murió de olvido… No se sabe.

Tan solo sabemos que doña Lili en su llanto, lamentaba su ausencia, le asustaba su soledad y no dejaba de entristecerla el hecho de que siendo su compañero de casi toda la vida que se lo hayan llevado como un bulto y lo enterraran como XX. Repetía en sollozos: “Era un hombre tranquilo; no le hacía daño a nadie. Se llamaba José, yo lo conocía… y por no tener papeles se fue como un XX a la otra vida…”

Esto era lo que más le dolía. Entre hambre, tristeza y el miedo de estar sola en la calle, doña Lili limpió la esquina, limpió su casa. Puso flores y encendió una veladora… Fue a través de esta luz que pudimos ver con todo su valor a estas personas que abandonamos, a quienes despojamos de toda humanidad y dejamos vivir en un rincón del mundo, en un lugar vacío, olvidado, indigno para un semejante.


Doña Lili esperó nueve días de duelo en el mismo lugar y luego se fue. Algunos la han visto a siete calles de esta esquina, sola, amable, sonriente.… con la esperanza quizá, que la mirada del mundo cambie y permita un mundo más confortable y justo para todos.

lunes, 7 de octubre de 2013

¿Cuándo dar y cuándo no?

Diego Sánchez
La Paz - Bolivia

En una ocasión, hablando con una voluntaria permanente del Movimiento Internacional ATD CuartoMundo, reflexionamos sobre una acción que se repite día a día en todas las grandes urbes de nuestros países y es el de pedir y dar limosna o como lo pueden decir en otros lugares, el mendigar.

En esa ocasión ella me compartió un interesante punto de vista: “Hay quienes acostumbran a nunca dar limosna y hay quienes acostumbran a dar siempre limosna. El verdadero esfuerzo está en cuestionarse cuándo dar y cuándo no, ese simple acto te hace acercar a la persona que pide ayuda, conocerla como persona y dejar de verla como simple objeto de nuestra caridad”.

Ese comentario hizo eco en mi ser al momento de presenciar una situación que seguramente ocurre todo el tiempo, pero que pocas veces nos detenemos a observar. Al caminar por el centro de mi ciudad, La Paz, miré a una turista de cabellos ya blancos y con una cámara en mano, ella intentaba sacar una fotografía de “algo o alguien” justo cerca de la entrada de un restaurante. Por la distancia en la que me encontraba no lograba percibir cuál era el objeto de su interés ya que entre ella y yo había un mar de personas. Conforme fui acercándome más y más, esta turista ya había logrado su objetivo, metió su cámara en su compartimiento y entró al restaurante.

Cuando finalmente yo había cruzado esa multitud de personas que iban y venían, me di cuenta de que el motivo de la fotografía era una ancianita sentada en las gradas del restaurante con la mano extendida pidiendo dinero. Ahí me di cuenta que el único propósito de la señora que tomó la foto, era eso, sólo tomar la foto de un ser pintoresco según su mirada, reduciendo a esta anciana a una simple imagen que por sus rasgos indígenas llamará mucho la atención de los amigos y familiares de esta turista cuando regrese a su país.

Casi a menudo no nos damos cuenta que las personas acostadas en el piso con la mano extendida son tan humanos como cualquier otro, con conocimientos, con el deseo de ser conocidos, con un anhelo al igual que cualquier otra persona de ser portadora de dignidad. Casi pensamos que no son seres humanos, casi los utilizamos para demostrar al mundo que tenemos corazón, sacando algunas monedas que nos sobren y lanzándoles en la mano o en su sombrero para luego pasar de largo.


No sé si estoy de acuerdo o no con el hecho de dar limosna, pero pienso que si podemos flexionar las rodillas y ponernos al mismo nivel de estas personas para mirarlas a los ojos y conocer un poco más de su realidad, si podemos conversar con ellas e intentar conocer qué la empujó a la mendicidad, entonces seguramente aportaremos algo más que monedas.

La mayanización de Guatemala.

Max Araujo
Guatemala de la ciudad

Hace un par de semanas, escuché del doctor Alfredo Tay, intelectual maya,  ex-ministro de Educación del gobierno de Ramiro De León Carpio, la expresión “mayanización de Guatemala”. Al preguntarle sobre la misma me indicó que se refería al proceso que se está desarrollando, en nuestro país, en cuanto a cómo personas del pueblo maya están ocupando distintos espacios: sociales, económicos y políticos, a los que por siglos no habían tenido acceso.

El día de ayer, en una reunión convocada por SEGEPLAN (Secretaria de Planificación) para tratar el tema del desarrollo de los pueblos indígenas en el Plan de Desarrollo Katun 2012-2032, en nuestra mesa de trabajo conversamos con el licenciado (en varias disciplinas) José Us, quién nos explicó cómo desde IDEMAYA, y otras organizaciones mayas, han elaborado un proyecto de desarrollo y de incorporación del pueblo maya, que se inició en 1992, para los espacios que por derecho les corresponden, después de los años de exclusión y de racismo que se iniciaron a partir de la conquista y colonización española y que se mantuvieron con el nacimiento de la república de Guatemala.
En este proyecto tienen las propuestas de cambio y de programas que cada Ministerio del gobierno de Guatemala debe realizar, y por supuesto la reforma de la Constitución de la República y de otras leyes como la electoral. Entre los datos que nos dio, nos indicó que el único presidente que hizo alianzas con el pueblo maya para gobernar fue Rafael Carrera, esto en el siglo XIX, y que el gobierno que más ha beneficiado a los pueblos indígenas, en cuanto a sus derechos y en cuanto a legislación, es el de Alfonso Portillo, y nos lo explicó con hechos concretos. También nos informó de la creación de la Universidad Tecnológica Maya, de cómo se encuentran los trámites para su autorización, de los títulos que actualmente otorga el Instituto Maya para la Tecnología. Nos indicó también que en muchas universidades del país, principalmente en las extensiones que existen en el occidente, en al altiplano guatemalteco, hay una mayoría de estudiantes mayas, incluyendo mujeres.
Nos habló además del CER, un centro de investigaciones sociales del pueblo maya, y de cómo han surgido empresarios y miles de micro empresarios en distintas ramas de la economía, entre ellas las de agricultura y de las tiendas de barrio, en todas las ciudades y cabeceras municipales de Guatemala. Entre otros datos que nos explicó está el trabajo de las cooperativas, y cómo estas son mayoritarias entre los accionistas de BANRURAL, lo que ha posibilitado que este banco llegue a todas las regiones del país, y de la compra que hicieron del periódico SIGLO 21, medio de comunicación, en el que sin cambiar su línea editorial, dan noticias sobre aspectos relevantes del pueblo maya y para el desarrollo de Guatemala, convirtiéndose así en un medio de opinión que comienza a generar procesos y cambios, que son favorables para quienes tradicionalmente han sido invisibilizados.
Para el área política nos indicó que a partir del año 2020 se tendrá el primer presidente de la república, perteneciente a uno de los pueblos indígenas y una mayoría en el Congreso de la República, y en otros cargos de elección y de dirección.
Creo, como lo he dicho en otras oportunidades, que en Guatemala se está dando una revolución silenciosa, ya que como lo expliqué en el artículo sobre la legislación que reconoce los derechos culturales de los pueblos indígenas del país1, es a partir de la Revolución de Octubre, de 1944, y que se ha consolidado en los años ochenta del siglo pasado, que nos encontramos en un proceso irreversible, para que todos los guatemaltecos y guatemaltecas, sin excepciones ni exclusiones, se conviertan en ciudadanos de pleno derecho; que todavía no ha avanzado lo que se necesita, pero sí lo suficiente para lo que ya se ha conseguido. Que también debe llevar, tarde o temprano, a que desaparezca la pobreza, la extrema pobreza y otros males que nos afectan, para que finalmente dejemos de ser un país que tiene uno de los índices más bajos de desarrollo humano, con justicia social y en paz.

Nota. Los pueblos indígenas de Guatemala constituyen el cincuenta por ciento de la población, y desde la conquista y colonización española (1520 a 1821, año de la independencia política), han sido marginados y excluidos de todo proceso de desarrollo. Han sufrido discriminación y de apropiación de sus tierras, son la cultura subordinada frente a la cultura dominante, que es la mestiza o ladina, formada por descendientes de los conquistadores, aunque culturalmente y de sangre tiene un componente fuerte de los pueblos indígenas. En la cultura dominante hay una estructura de clases que privilegia a la alta frente a la media y a la clase baja, que también vive en condiciones de precariedad y de exclusión



1 Este artículo incluye en un libro, con textos de varios autores, de próxima presentación, editado por la Universidad de México y por la oficina de Unesco en Guatemala, titulado “Los retos de Guatemala hoy”