jueves, 17 de junio de 2010

así te has muerto, Henri Bossan


Te has muerto como viviste, Henri,
esperando a que llegaran los que andan más despacio,
los de las piernas torcidas, (de tanto andar)
los de sin piernas, (de andar tan lejos)
los de sin nadie:
para todos llegar, decías, (hacías)
para todos el mundo,
para todos el derecho y la ley.

Te has muerto, Henri,
y nos has dejado sin justicia y sin ternura,
y haciendo memoria de tus tirachinas:

me voy a encontrarles hasta el final del mundo,
de día o de noche, me voy a encontrarles
y de su miseria hacemos batalla:
de su hogar sin casa,
de su familia sin niños,
de su manos sin trabajo.
Y me voy otra vez y mil veces,
y nunca me olvido,
veinte años más tarde, no me olvido,
y hacemos batalla.

Te has muerto, Henri,
y has dejado a los pobres sin justicia, (y a los ricos.)
Y a nosotros sin postales y sin muñequitos,
nos has dejado sin tus manos de no hay tener si no es juntos,
sin tu todo lo podemos,
juntos.
Y nunca hicimos aquella paella que nos prometimos.

Así te has muerto, Henri,
así, enfermo,
así, pero esperando a que llegaran los que andan más despacio,
así, pero luchando:
una tumba para todos,
que no se quede muerto sin tumba,
que me pongan a mí en la tumba de todos,
en la tumba común de los pobres del mundo,
que me pongan,
que se haga justicia.

Así, mi amigo,
amigo nuestro,
así de grande y de bueno.
así te has ido, Henri Bossan,
así te has ido.

Beatriz Monje Barón
Méry sur Oise, Francia

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Henri Bossan (1938-2010) era voluntario permanente del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, dedicando su vida a la lucha contra la miseria y la promoción de los Derechos Humanos.

jueves, 10 de junio de 2010

Ágatha: El turno de los olvidados


…cada cierto tiempo, los olvidados del país ocupan las primeras planas de los periódicos, por las razones equivocadas.




Esto sucede, generalmente, cuando hay epidemias, huracanes, hambruna, guerras o erupciones volcánicas. Entonces le toca el turno a los relegados de la historia, a los más vulnerables, a los sin tierra, a los insalubres, a los sin techo, a los analfabetos, a los pobres. Es en estas circunstancias que, finalmente, acceden a los 15 minutos de gloria que por derecho les corresponden.

La erupción del Volcán de Pacaya y el paso de la tormenta Ágatha por el territorio guatemalteco nos han retratado de cuerpo entero. Desnudos, aparecemos ante nosotros mismos y ante el mundo como un país que no cuida a los suyos y que históricamente ha sostenido la exclusión y marginalidad de muchos. Por supuesto, desde el síndrome de infantilidad que nos caracteriza, la primera reacción de muchos ha sido buscar culpables únicos a quienes satanizar por lo sucedido hoy, como si levantar a un país no fuera una tarea histórica común de largo aliento.

…El huracán Mitch, en 1998; la tormenta tropical Stan, en el 2005, y ahora Ágatha y el Pacaya. No tenemos memoria; nos topamos tres y cuatro veces con la misma piedra. Por otra parte, hay cosas importantes de resaltar desde el ojo de una ciudadana común: una respuesta más rápida y organizada de la Conred, un trabajo más eficiente de las cuadrillas de caminos en calles y carreteras, y la actitud solidaria y desinteresada de la población, que no tiene más que ofrecer que una mano amiga. Y más allá de todo, la esperanza sostenida de que, aunque la naturaleza haga lo suyo, la próxima vez nos encuentre mejor preparados y más humanos.

*Extractos del artículo "El turno de los olvidados" escrito por Carolina Escobar Sarti - Guatemala. Publicado en Prensalibre.com (03/06/10) Foto: publicado en www.latribuna.hn (01/06/2010)