lunes, 23 de junio de 2014

Que Nadie se quede Atrás - Edición especial

Desde el 2013 el taller de creación artesanal Trabajar y Aprender Juntos -TAJ- llevado a adelante por el Movimiento Cuarto Mundo Guatemala, ha venido realizando un balance-evaluación en conjunto. Uno de los frutos de todo este trabajo y reflexión, ha sido la nueva edición especial de la Revista “Que Nadie Se Quede Atrás” -QNSQA-. Ésta ha sido pensada, elaborada y redactada por los mismos artesanos de TAJ, junto con otros miembros del Movimiento. En esta ocasión la Revista contiene temas como: la historia de TAJ, el proceso de balance-evaluación que llevaron a cabo, y entrevistas a los propios artesanos y demás personas que conocen este proyecto. También presenta otros proyectos económicos similares del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo como el de Madagascar “Miasa Mianatra Miaraka” y el de “TAE” en Francia . Compartimos entonces con ustedes el siguiente enlace, donde podrá disfrutar de esta edición en su versión electrónica.

lunes, 16 de junio de 2014

Si es por vuestro bien...

Daniel García
Madrid

Nunca puedes decir la verdad, puede ser peor”, me decía una vez una abuela que tiene varios nietos acogidos, comentando sobre la amenaza constante que siente por parte de los servicios sociales que se supone que están al servicio del "interés primordial del menor". Resulta perverso que las instituciones que dicen velar por la protección y el servicio a l@s más pobres terminen convirtiéndose en ocasiones en la principal amenaza que tienen que afrontar. Esto suele ocurrir cuando se tropieza con algún profesional agobiado por situaciones que escapan a su control. De repente toda la maquinaria institucional se vuelca en la tarea de conseguir apartar a l@s hij@s de sus padres, y si a éstos se les ocurre intentar evitar la ejecución de la sentencia dictada, se les van cerrando todas las puertas y se utiliza el chantaje de mil y una maneras hasta que no queda otra opción que aceptar la ruptura familiar como algo inevitable.

Aún así, hay familias que resisten como pueden. Ser testigo de esta lucha te cuestiona, te rebela, te frustra. Ver cómo por miedo a que les quiten a sus hijos unos padres abandonan el piso en el que fueron realojados y comienzan a peregrinar en la incertidumbre de quién les podrá ofrecer un techo bajo el que dormir, cuando su falla es simplemente ser pobres... Ver cómo se les maltrata y se les menosprecia por parte de la técnico de tutela para luego llamarles maleducados por no aguantar las formas por tanta tensión y rabia acumulada... Ver como esta lucha por salir adelante junt@s les supone que les quiten la Renta Mínima de Inserción, que no puedan inscribir a l@s niñ@s en el colegio de su nuevo barrio para que la Comunidad de Madrid no se los lleve, de manera que la supuesta situación de riesgo del principio se va multiplicando por las medidas de presión de la administración... ¿Cómo es posible aguantar todo este proceso, mantener esta tensión, este esfuerzo? No lo llego a saber muy bien.

Pero este no es el único caso en que los profesionales de diferentes ámbitos ejercen violencia sobre l@s más pobres. Resulta violento que se imponga la opinión del "que sabe" (porque ha estudiado en la universidad lo que es la exclusión) sobre el "que no sabe" (aunque tenga el conocimiento que da la experiencia de una vida entera en la pobreza), resulta violento que te recuerden constantemente tus errores y faltas y se fiscalice y controle tu comportamiento, resulta violento que se pida a alguien en situación de tremenda fragilidad que mantenga las formas y la compostura mientras se desmorona su mundo...

La institución ofrece servicios y ayudas. Pero al mismo tiempo marca un camino a recorrer. Algunos se salen del mismo y nadie se entera, pero otr@s por diversas circunstancias aparecen en el punto de mira, donde se hace patente su fragilidad y se muestra así como inevitable la necesidad de la intervención de los especialistas del ramo.

Así es esta violencia, como otras, "por el bien de la gente".

viernes, 13 de junio de 2014

A la memoria de Marco Ugarte

Linda García Arenas
Ciudad de Guatemala

Recuerdo mi primer encuentro con Marco. Fue en el II Foro Social de las Américas en el 2008. Dio un discurso a mis compañeros de Derecho. ¡Fue impresionante! Al finalizar todos se acercaron a él. Aun cuando durante meses yo les hubiese hablado de la vida de los más pobres, sin tener eco alguno, Marco los atrajo en unos minutos de discurso (de vida).

También recuerdo cuando vino a casa de mi mamá a cenar, pudieron compartir de la vida de mi abuelo en el campo y la de Marco. Infancias tan difíciles las latinoamericanas, con tanto en común ¡como si fueran de pueblos vecinos! Mi familia no olvida su humildad, su facilidad para entrar en contacto con las personas.

La vida de Marco, es de la que te dejan huella. Las que inspiran. ¿Cuánto más hay que recorrer para tener esa fuerza? Mucho, sin lugar a duda. Mucho camino para recorrer al lado de los más pobres, al lado de los que toman las decisiones, al lado de quienes las ejecutan, un verdadero ejemplo de conciliación y experiencia, un ejemplo a seguir para nosotros jóvenes latinoamericanos.

Hoy recibo la noticia de su muerte, pero estoy segura de que seguirá viviendo a través de nuestros pensamientos y nuestras acciones, es decir, a través de nuestros compromisos.

Finalmente, me gustaría invitar a escribir algo en memoria de Marco, pero me doy cuenta que no muchos se animan a comentar en el blog, así que de antemano transcribo comentarios de redes sociales, que fueron escritos en su memoria. ¡Hasta siempre Marco!

“…recordé una de las frases que me quedó grabada de él: "Lean...Lean y escriban" Fue un gran ejemplo para cada uno de nosotros.” Tatiana Ortiz

Marco Ugarte gracias por tus enseñanzas.” Iris Moreira

Una persona admirable, sabía y noble, comprometido y con un gran carisma.” Karina Arenas

Nos deja su enseñanza, su entrega y la huella de su corazón. Vivirá en nuestros corazones querido Marco...” Jeimy Ramírez


lunes, 2 de junio de 2014

“La Biblioteca de Calle cambió mi vida”

Una mochila con libros en su interior, muchas ganas de compartir con los niños, de aprender juntos, de disfrutar de un tiempo gratificante, eso es lo que muchas veces nos mueve cada semana para llegar a un barrio e ir al encuentro de los niños. 

Durante los primeros años que hice la Biblioteca de Calle más de una vez me pregunté si era suficiente un fin de semana junto a los niños compartiendo un libro entretenido, haciendo juntos una manualidad, jugando o simplemente conversando. En ese momento ver la alegría y el entusiasmo de los niños y niñas era una buena respuesta a esta pregunta y un buen motivo para volver la semana siguiente. Hoy después de más de diez años visitando el barrio de Villa el Sol, encontré a Cliser un joven cuyo rostro me era familiar, pero la familiaridad con la que me hablo fue mayor, lo primero que me dijo fue “¿profe me reconoces?”, grande fue mi sorpresa cuando me dijo “¿no te acuerdas que yo venía a la Biblioteca de Calle con Paul, Jhonatan y otros chicos más?”, luego de estas palabras iniciamos una larga conversación sobre muchas cosas, recordando a algunos amigos o algunas cosas que hicimos en ese tiempo, pero también me contó las cosas que hace ahora; para mí fue satisfactorio escucharle decir que ahora trabajaba como guía de turistas “me gusta ser guía, enseñar todo lo que tenemos, porque las personas visitan nuestro país para conocer lo que hicieron nuestros antepasados”, en su voz había orgullo, mientras la conversación siguió transcurriendo él hablaba de lo importante que es hacer aquello que nos gusta, a mí misma me dijo “se nota que a usted le gusta lo que hace” luego prosiguió , “cuando pienso en mi niñez recuerdo lo que hacíamos aquí, como éramos felices” estas palabras le dieron otra respuesta a la pregunta que más de una vez me había hecho años atrás: pero Cliser aún no había terminado de sorprenderme, al continuar hablando de la Biblioteca de Calle dijo “a mí la Biblioteca de Calle me cambió la vida”. 

Creo, que pocas personas tenemos la suerte de ver cómo el granito de arena que ponemos en la vida con la esperanza de cambiar algo, tiene resultados, para mi este encuentro con Cliser fue una afirmación de que incluso las pequeñas cosas que hacemos, si las hacemos dando lo mejor que portamos como seres humanos, pueden lograr cambios.

Karely Paredes Ochoa
Cusco - Perú