lunes, 3 de octubre de 2011

Prohibido entrar con “chinelas”

“Todos los solicitantes están obligados a estar vestidos correctamente. A los solicitantes que lleven pantalones cortos, sandalias o chinelas no se les permitirá la entrada” cita un letrero colocado hace más de un mes en la Oficina de Inmigraciones en Manila.

Los pantalones cortos, las sandalias y sobre todo las chinelas son el vestuario común de la gran mayoría de los filipinos. Pero para la gente muy pobre que sobrevive en las calles, debajo de los puentes y a lo largo de los ríos que atraviesan Manila, son también el único vestuario que alcanzan a usar.

Hace casi un mes, una amiga de ATD Philippines, nos ofreció entradas para un espectáculo de Ballet. Por nuestra parte invitamos a los jóvenes que viven bajo uno de los puentes de Manila. Muchos jóvenes se apuntaron en la lista. ¿Permiten entrar con chinelas? Preguntó una de las facilitadoras. Nos quedamos sorprendidos. El espectáculo sería en el Centro Cultural de Filipinas (CCP por sus siglas en inglés), una institución gubernamental igual que la oficina de Inmigración.

¿Se puede prohibir el acceso a la cultura porque uno se viste “adecuadamente”?

El día del espectáculo algunos jóvenes tomaron prestados un par de sandalias, otros llevaban zapatillas deportivas. Pero otros, simplemente no tenían ni siquiera la posibilidad de pedir prestado, fueron con lo único que tenían como zapatos: un par de chinelas.

Finalmente pudimos entrar sin problemas, quizá porque corrimos con buena suerte…

Por otra parte, hace unas semanas vi un letrero similar en una de las universidades privadas más importantes de Manila. ¿Por qué?

La sociedad suele aceptar este tipo de letreros en establecimientos privados (discotecas, restaurantes, cines, iglesias, etc.) para evitar la entrada a personas que podrían causar escándalos, robar o… dar mala impresión al lugar. Pero aceptar este tipo de medidas venidas desde instituciones gubernamentales ¿no significa discriminación y exclusión directa y oficial?

Muchos de los que usan chinelas todos los días, porque no tienen otros zapatos, se pasan el día vendiendo periódicos, dulces, agua y cigarros en la calle. No tienen la intención de causar ningún escándalo, ni robar ni causar mala impresión. Lo que obtienen vendiendo no alcanza para comprar otra cosa que chinelas.

¿Por qué se niega el acceso a derechos fundamentales como la cultura y libre tránsito a la gente con menos posibilidades para vestir “adecuadamente”?

Cuando las maneras de vestir de unos se imponen sobre las de otros con medidas venidas del propio gobierno, resulta más fácil apoyarse en cuestiones legales para adoptar actitudes discriminatorias.

Normar el tipo de vestuario que uno debe usar, sabiendo que no todos los sectores de la población pueden cumplir con estas normas (y el gobierno lo sabe bien) me parece que es una forma directa de discriminación y clasismo selectivo. Si el gobierno exige el cumplimiento de sus normas, debe estar también dispuesto a brindar todos los medios necesarios para que todas las personas, sin exclusiones, tengan las herramientas para cumplirla.

Como es de suponerse, el gobierno no ha brindado estas herramientas; por lo tanto, desde mi punto de vista, no tiene derecho a emitir este tipo de normas.

Susana Huarachi Quispe
Manila - Filipinas