lunes, 27 de septiembre de 2010

Iguarembo

Buenas a todas y todos los que lean este pequeño escrito, en el mismo se relatará un fragmento de vida de una mujer indígena guaraní de Bolivia. Espero que la lectura sea de su agrado y aporte a descubrir la diversidad de miradas, sobre la vida y la sociedad, con su matiz más injusto: la extrema pobreza en la que están la mayoría de nuestros pueblos indígenas. 

“...Me llamo Iguarembo y soy de Tentapiao (comunidad guaraní en Tarija). Antes de que yo exista mi padre y mi abuelo eran amandiya “dueños de la lluvia”. Mi abuelo le enseñó a curar a mi papá y cuando nací, mi papá me escupió en la boca y rezó la oración para que yo aprendiera a curar. Por todas partes he caminado con él para aprender. 

Ahora estoy en Tentayape (comunidad guaraní en Chuquisaca). Estos hermanos me hicieron traer desde Tarija para que cure el espíritu de la comunidad. Aquí nunca hubo división y por eso han podido guardar nuestra cultura; pero desde que llegó la empresa petrolera algunos jóvenes se han hecho tentar con el dinero. 

Les he dicho a las mujeres: 

Esos extranjeros que entraron a nuestro territorio están buscando algo dentro de la tierra y, eso que está en el suelo, nos ha hecho pelear con los paraguayos y ahora nos está haciendo pelear entre nosotros, está haciendo enfermar a la tierra, está haciendo enflaquecer a los maizales… pero ustedes no han encontrado una forma de apoyar a sus autoridades para que no haya división. Tienen que estar atentas para reunirse en los momentos de urgencia. 

Algunos ava “hombre” (así se autodenominan los guaraníes) se hicieron tentar porque no han sabido hacer producir la tierra y por buscar trabajo fácil en la empresa petrolera, se hicieron gustar con la comida de ellos y les ha parecido más dulce. Ellos se están acostumbrando a la comida del carai (mestizo, blanco) que tiene mucho fideo, ¿qué es el fideo? El fideo no “agarra” como el maíz”. 

Historia de vida que se encuentra en el libro “Yo soy” ed. Luciérnaga, Bolivia. 2005. 

Hasta otra oportunidad
Maria Sandra Ochoa Ramos
La Paz - Bolivia

lunes, 20 de septiembre de 2010

Migrante, siempre migrante

Luciano Olazabal, desde Madrid, España, comparte algunas de sus experiencias en un país al que llegan alrededor de 41.000 inmigrantes por mes.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Se reduce la extrema pobreza en América Latina?

Según un estudio reciente de la CEPAL, en América Latina se ha reducido la extrema pobreza en los últimos años, principalmente en países como Chile, Perú y Brasil. Las razones para ello son, entre otras, la implementación de nuevos modelos de programas sociales.

En Guatemala estos programas surgen con el actual gobierno con el nombre de Cohesión Social: Mi Familia Progresa, Bolsas Solidarias y Escuelas Abiertas entre otros. Estos programas han causado un rechazo por parte de sectores políticos de oposición, algunos periodistas y un sector que abandera las virtudes del neoliberalismo y la economía liberal. De estos programas se dice que son fuente de corrupción, de clientelismo político, de manipulación y que otros proyectos de gobierno se hayan abandonado. Se dice también que estos programas fomentan la “haraganería”, que la gente se malacostumbra a que todo le sea regalado, que tengan más hijos, etc. etc.

Y, ahora que estamos padeciendo inundaciones, deslaves y destrucción de la infraestructura de caminos y puentes por un invierno copioso, derivado de las alteraciones climáticas, siendo que Guatemala es uno de los diez países más vulnerables del mundo, se indica que los dineros de esa “ineficiente” cohesión social deben utilizarse en la reconstrucción del país. Los opositores más radicales dicen que dichos programas son de corte populista y que son una avanzada del “chavismo”.

Según un artículo publicado por el periodista Juan Luis Font, en su habitual columna de El Periódico, lo invertido durante los tres últimos años en dichos programas es del 1,2 % del presupuesto general de egresos del Estado; un porcentaje muy bajo para lo gastado en otros rubros, algunos de dudosa ejecución. Tales programas de Cohesión Social, a los que alude el informe de la CEPAL, surgieron como consecuencia de una decisión de jefes de gobierno de Iberoamérica, que se celebró en Chile a sugerencia del BID y del Banco Mundial, como una forma de combatir la extrema pobreza, dadas las cifras alarmantes de la misma en nuestros países. Son programas diseñados detrás de un escritorio y sin la opinión de quienes viven en precariedad.

Este texto no pretende calificar de buenos y necesarios estos programas, si han dado resultado, si lo expuesto por la CEPAL es verdadero o no, o si deben continuar o mejorar. Lo único que pretende es destacar una situación que debemos ver con atención. En el caso de Guatemala todavía no se han hecho análisis de sus resultados. No se sabe en qué han incido en las poblaciones “beneficiadas”. Si han ayudado o no a reducir la extrema pobreza, y qué otros beneficios se han obtenido. En resumen no se cuenta con datos, pero lo que sí es cierto es que, según estudios del PNUD y estudios de entidades locales, casi el 60% de la población vive en pobreza y de estos un 22% en extrema pobreza, en su mayoría indígenas.

Desde que fuimos colonia de España se construyeron las bases para lo que ahora somos, un país de injusticia social generalizada, con una minoría privilegiada. Ésta es una situación que no debe continuar, con o sin programas de cohesión social. Las estadísticas son referentes pero no siempre realidades. ¿Se estará reduciendo la extrema pobreza como dice la CEPAL?.¡Ojalá! que sus palabras digan verdades como decía mi abuelita, lo demás son “babosadas” terminaba diciendo...

Max Araujo
Guatemala - Guatemala