lunes, 28 de febrero de 2011

Sueño Oskuro

Con este título y desde Madrid - España, Luciano Olazabal nos muestra (denuncia) los abusos cometidos por la policía cuando realizan sus operativos policiales en busca de los "sin papeles"




Una publicación del 19/01/2011, en el blog Inmigrantes en España, explica lo que Luciano nos grafica:

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, negó este martes taxativamente que se produzcan estas redadas y aseguró que la Policía, como manda su trabajo, hace controles antiterroristas y de seguridad ciudadana. Si en esos controles se identifica a extranjeros irregulares, "se aplica la ley y se les abre un expediente de expulsión".
Un portavoz de Interior recalcó: "No se efectúan redadas especificas para detener a 'sin papeles'".

Los sindicatos policiales no dicen lo mismo.
"El ministro lo puede llamar como quiera, pero los controles de seguridad ciudadana que se realizan son en su mayoría para detectar 'sin papeles'", asegura el SUP, que explica que las redadas se han producido en 2010 y se seguirán produciendo en 2011. Tras las filtraciones a la prensa en 2009 de circulares internas que fijaban cupos de extranjeros irregulares que había que detener, ahora las órdenes son siempre verbales. (click aquí para leer el artículo completo)

Hasta la próxima

lunes, 21 de febrero de 2011

El comercio informal en la Línea Férrea

Parece que fue ayer, aunque fue hace más de una década, que veía al ir a estudiar una larga fila de casas de lámina, cartón y madera, las casas de los pobres, una tras otra por toda la antigua línea del tren. Hace más de 10 años, les desalojaron de ahí, ¿para qué? Podemos decir que básicamente para construir una larga calzada industrial llamada “Atanasio Tzul”.

Sin embargo, conservaron los antiguos fierros, por donde ya no pasa el tren y en sus calles asfaltadas pasa el nuevo transurbano* y muchos carros, cada día más. El lugar es cotizado, queda justo al lado de uno de los mercados populares más grandes de la ciudad de Guatemala “La Terminal”. Es por esto que se congrega de nuevo, junto a la línea del tren, mucha gente de origen pobre, para trabajar, para vender. Ya no es su casa, ahora es su lugar de trabajo.

La venta, de las personas de La Línea o de la Atanasio Tzul, consiste en aparatos eléctricos, ropa, juguetes… todos de segunda mano o recogidos de la basura del enorme Relleno Sanitario, a donde día a día se va a recuperar desechos, recolectar plástico, metal y a arriesgar la vida.

En Guatemala 7 de cada 10 personas se dedican al comercio informal, en este sentido existe (o existía) cierta libertad. Quien necesite dinero puede poner una mesa frente a su casa y vender comida, ropa, lo que sea necesario para subsistir. Sin embargo, el comercio informal anula todo tipo de salario estable, beneficios laborales o crediticios, pero de esto hay que vivir a causa de la falta de empleo en el país, sumado a la falta de acceso a la profesionalización.

Retomando, es en La Línea donde converge el trabajo informal, unos a recuperar objetos de la basura, otros a venderla. La Línea, la historia a menudo nos lleva a este lugar, esta vez no fue la excepción, porque recientemente han desalojado a los vendedores. ¿Para qué? ¿Por qué? Si no hay empleo, educación de calidad, salud, ¿para qué parar los esfuerzos de las personas que trabajan y luchan para vivir, para sobrevivir? La respuesta es absurda, pero así la dijo el representante de la Municipalidad de Guatemala, entidad responsable del desalojo: “este espacio es sucio, deprimido y peligroso, estamos en proceso de jardinización e iluminación”.

Una vez más, en La Línea, hay otros intereses antes del cumplimiento de los Derechos Humanos en la ciudad de Guatemala: la de la “modernización”, lo superficial. Hasta cuándo dará vuelta la inversión económica para poner de primero, lo primero: al ser humano.


Linda Aura García Arenas
Guatemala de la Ciudad


*Transporte colectivo con sistema electrónico de pago.

lunes, 14 de febrero de 2011

¿Cuánto durará la inundación?


Hace un año exactamente, producto de las inundaciones y deslizamientos provocados por las fuertes lluvias, las noticias nos alarmaron sobre la situación de muchas familias del Cusco y sus provincias. La gente se había quedado sin su casa, se habían quedado solo con la ropa que llevaban puesta. Ante esta situación, muchas familias, instituciones y ONGs se organizaron para estar al lado de las familias damnificadas.

En nuestro equipo ATD Cusco, estábamos con los preparativos para el Festival del Saber* 2010 en Villa el Sol y Cuyo Grande (nuestro lugares de acción). En una de nuestras reuniones hemos pensado: por qué no vamos al encuentro de las familias que hoy están sin nada?.

Después, compartimos esta idea con la gente de Villa el Sol y Cuyo Grande. Les preguntamos qué pensaban si, en vez de hacer el Festival del Saber en sus barrios como cada año, lo hacíamos en los lugares donde sufrieron inundaciones. Y la gente nos dijo: hoy, son estas familias que necesitan más y es bueno que ustedes vayan a su encuentro. Fue así que el Festival del Saber 2010 se trasladó hasta Huacarpay y Lucre.

Cuando fuimos al encuentro el primer día, personalmente tenía miedo sobre cómo iba a darse nuestra relación con las familias y los niños. Sin embargo, el segundo día ya éramos parte de ellos, era increíble cómo la confianza en tan pocas horas estaba abierta a nosotros.

Los niños nos han contado cómo, en la oscuridad de la noche, tuvieron que salir corriendo; muchos de ellos habían perdido a sus familias durante la noche, felizmente los habían encontrado al día siguiente.

A consecuencia de todo lo que habían vivido, muchos niños tenían miedo a salir de su carpa, poco a poco se atrevían a salir y participar del Festival.

Al mismo tiempo, los papás estaban en búsqueda de un nuevo lugar para poder construir su casa. Ellos nos dijeron que ya tenían un terreno y que les ayudarían a construir su casa. Estaban preocupados por tener que vivir en las carpas, las epidemias podrían brotar y era muy peligroso.

Un año después estas familias siguen viviendo en las carpas.

En verdad es indignante que las autoridades no tomen cartas en el asunto. El año pasado se decía que a lo mucho vivirían entre a 4 a 5 meses en estas carpas.

Hace algunas semanas un noticiero del Cusco hacía un reportaje sobre las casas que habían construido después de las inundaciones. Lamentablemente el estado de estas “nuevas casas” es deprimente, estas casas se están cayendo, están todas agrietadas, sin ventanas y sin puertas. Muchas familias están viviendo al lado de las casas construidas, se quedan en sus carpas; otras familias que tienen más fuerzas han construido pequeñas chozas con maderas y láminas.

Nos falta mucho para que el ser humano tome conciencia, sobre todo cuando ocurren tragedias naturales. Me quedo con esta pregunta: ¿Porqué siempre es la gente humilde que debe soportar estas cosas?

Guillermo Díaz Linares
Cusco - Perú


*El Festival del Saber son unos días de intensa actividad en los barrios que permiten desarrollar talleres ambiciosos propuestos por los niños y sus padres. Se convoca a un equipo de voluntarios dispuestos a prepararlo y a dedicarse a tiempo completo en su desarrollo. Se contacta también con artistas, deportistas, artesanos o profesionales de cualquier índole que de manera voluntaria o retribuida desean compartir sus habilidades y su pasión con los niños. Además, el festival permite encontrar a personas nuevas que quieren colaborar y descubrir un compromiso de lucha contra la miseria. También se dedica tiempo a la formación sobre el Movimiento Cuarto Mundo.


lunes, 7 de febrero de 2011

Lucha contra la pobreza

Existen varios esfuerzos a nivel mundial por erradicar la pobreza; sin embargo, se acentúan los extremos. Cada vez hay más pobres y más ricos.

¿Qué es lo que está fallando?, ¿la falta de sensibilidad social de los sectores más favorecidos?, ¿la justicia social e histórica? ¿los sistemas educativos? ¿el modelo económico?, las posibles causas son demasiadas y con un mismo efecto: la pobreza continua.

Me da la impresión, que la mayoría de las iniciativas gubernamentales, ONGs y sociedad civil, si bien tienen una posición muy clara de rechazo a la pobreza, sus acciones son conservadoras ante el modelo económico-social, es decir que mantendrán, intencionalmente o no, las estructuras de desigualdad social porque el objetivo es ingresar al modelo de desarrollo y éste ha demostrado en su aplicación que es brutalmente discriminador e injusto, entonces ¿por qué seguir apostando por este modelo?

Cada vez hay más voces a nivel mundial por la urgencia de construir otro modelo de desarrollo, algunos lo entienden de manera más profunda y hablan de civilización (Pueblos indígenas de América), y otros apuestan a reformas estructurales de los Estados (Dussel, Amin, Zemelman, Spivak, Negri, de Sousa, intelectuales en auge)

Lo claro, es que la gente está empezando a cansarse de vivir en injusticia, porque la promesa de mejores días nunca llega, fue el caso de Bolivia, Ecuador, Túnez, Egipto, y no nos olvidemos de la naturaleza, que también ya nos está pasando la factura por los efectos del bendito desarrollo.

Ahora surge la pregunta: ¿Mi lucha contra la pobreza a qué apoya?

En mi próximo escrito lo desarrollaré, hasta la próxima.

María Sandra Ramos Ochoa
desde Méry sur Oise - Francia

miércoles, 2 de febrero de 2011

No hay tiempo para darnos tregua

Y llegó el 2011, cargado de ilusiones y esperanzas. Durante el fin del año nos dimos una tregua. En Guatemala país de la eterna primavera (slogan), pero que tiende a convertirse en el país de la eterna violencia, disfrutamos con intensidad las fiestas de navidad y de año nuevo.

Durante varios días soñamos con la paz, la fraternidad, la solidaridad y la justicia. Nos dimos abrazos, nos deseamos paz y jugamos un juego que todos jugamos “el de la falsa tolerancia”. Vimos luces de bengala en los cielos, practicamos tradiciones e intercambiamos regalos.

Ellos soñaron también con la paz, la solidaridad y la justicia, se dieron abrazos, se alegraron. Hubo menos luces de bengala en sus cielos, casi no hubo regalos...

A inicios de enero vino la resaca y nos encontramos con que todo sigue igual y que durante esos dichosos días hubo muchas muertes violentas, robos y asaltos, pero estábamos eufóricos y felices. Por eso no nos dimos cuenta.

Ellos sabían ya que todo seguiría igual, la violencia en sus barrios no les deja olvidar. No fue necesario darse cuenta, lo saben, lo viven a diario...

Como para mantener las fiestas, los políticos comenzaron su alegre campaña para ofrecernos el oro y el moro. Este año elegimos nuevas autoridades. Desde la presidencia hasta las alcaldías, todos los candidatos tienen la llave mágica para resolver nuestros problemas. Y nosotros ingenuos lo creeremos, votaremos y elegiremos.

Ellos también elegirán a las autoridades. No todos, sólo los que hayan podido pasar la barrera de la indocumentación, elegirán con esperanza, creyendo en un futuro...

Y es que en el fondo somos un pueblo de ilusos, que no queremos enterarnos que vivimos una injusticia generalizada, que las reformas estructurales y profundas son necesarias, pero que éstas no se hacen de la noche a la mañana.

Ellos saben muy bien que los cambios no se hacen de la noche a la mañana, se levantan cada día, salen a trabajar y la vida continúa a pesar de todo...

Ellos, los más pobres, y nosotros, los menos pobres, somos parte del mismo país. Esa es nuestra realidad, la que debemos cambiar; por la que todos, sin excepciones, o por lo menos los que estamos conscientes tenemos que luchar. Por eso cada día ellos y nosotros seguimos levantándonos cada día, salimos a trabajar... y la vida continúa a pesar de todo. No debemos darnos tregua aunque estemos en fiestas tan hermosas como la navidad.

Max Araujo
Guatemala de la Ciudad