lunes, 28 de julio de 2014

De buenas intenciones está empedrado el camino...


(a propósito de la ley boliviana sobre trabajo infantil)
 
Hace unos días una noticia circuló por el mundo, en la que se indicó que en Bolivia se emitió una ley por la que se legaliza y autoriza el trabajo infantil. Tuve oportunidad de escuchar por Radio Francia Internacional a personas bolivianas que comentaron sobre dicha ley. Unos afirmaron que la ley era necesaria porque el trabajo infantil es una realidad que no se puede impedir, que como consecuencia se hacía necesario legislar para que los niños no sean explotados, para que se les pague lo apropiado y para que trabajen en condiciones dignas. Los opositores opinaron que esta ley no tenía porque emitirse, ya que la obligación del Estado boliviano es la de impedir el trabajo infantil, no consentirlo.

El trabajo infantil no solo se da en Bolivia, también en Guatemala y en otros países pobres del mundo. Con ley o sin ley continuará, y los niños seguirán siendo explotados. Lo mismo sucede con el maltrato infantil, con la inmigración interna y externa, entre otros males sociales. En estos días se ha hablado de los miles de niños que por diversas razones emigran de Centroamérica hacia los Estados Unidos. Cualquier ley que regule o que pretenda regular el trabajo infantil, el maltrato infantil o para impedir la inmigración no solucionará los problemas sociales derivados de esas situaciones, la única solución es el cambio total de las estructuras sociales, económicas y políticas que rigen las relaciones entre personas, entre sociedades y naciones, que privilegian a unos pocos, o a quienes detentan los poderes, en detrimento de las mayorías o de los países pobres, de ahí que la posible buena intención del gobierno de Bolivia al legislar sobre el trabajo infantil lo único que hizo fue legalizar una situación de injusticia social, de pobreza extrema, de marginación y de explotación de miles de niños bolivianos. En mi criterio es una grave equivocación.

En el mundo no se necesitan cambios cosméticos para resolver los males sociales, económicos y políticos, se necesitan cambios profundos, solo así se podrán construir sociedades en paz y con justicia social.

Max Araujo
Ciudad de Guatemala
 

lunes, 21 de julio de 2014

No a la Iniciativa 4644 "Ley de Inversión y Empleo"


Sergio Lobos
Ciudad de Guatemala

La Iniciativa 4644 irónicamente llamada "Ley de Inversión y Empleo" es la iniciativa de ley más preocupante desde hace mucho tiempo.
 

Esta ley otorga increíbles 2014-07-14-OKprivilegios fiscales a grandes empresas nacionales y extranjeras, lo cual se traduce que dejen de pagar muchos de sus impuestos. Según la SAT esto hará que a mediano plazo, el Estado de Guatemala deje de percibir 3 mil millones de quetzales cada año, es decir, contará con menos recursos para la inversión social: educación, salud, seguridad, combate a la pobreza y pobreza extrema, etc.
También abre la puerta para que las empresas sólo contraten un 30% de sus empleados en planilla y el otro 70% sin IGSS, sin bono 14, aguinaldo, ni derecho a vacaciones; facturando por servicios profesionales prestados, violando drásticamente los derechos laborales.

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jueves, 17 de julio de 2014

“Una buena gobernanza es la que apela a la inteligencia de todos”


Esta es la conclusión de una militante1 de la Isla de la Reunión que participó en el taller sobre gobernanza que llevamos a cabo el 9, 10 y 11 de julio de este año en el Centro internacional del Movimiento ATD2 Cuarto Mundo en Méry-sur-Oise (Francia) .

Desde que Joseph Wresinski3 falleció en 1988, el Movimiento ha seguido buscando una gobernanza que le permita mantenerse en marcha, sensible y fiel al ideal de justicia, de paz y de encuentros liberadores que portan y anhelan al mismo tiempo, las personas y familias obligadas a resistir día a día los embates de la pobreza y la exclusión.

Pero, ¿qué queremos decir cuando hablamos de gobernanza? Nos referimos a nuestra manera de organizarnos, de animar la marcha del Movimiento, evaluar nuestra acción y tomar decisiones. Es decir, Cuarto Mundo como un laboratorio de experimentación sobre las condiciones necesarias para hacer posible y tomar en serio la participación y el aporte de todos en la construcción de la sociedad.

Buscamos en nuestra historia elementos de referencia para continuar de forma creativa y ambiciosa nuestra práctica de gobernanza, pero también queremos ofrecer y compartir con otros nuestra experiencia. Por eso, éste de julio ha sido uno de los 5 encuentros de preparación para un Seminario que realizaremos en noviembre para poner en común lo aprendido en estos años y analizarlo con responsables políticos, filósofos, representantes de corrientes religiosas espirituales o altermundistas, sociólogos e investigadores.

Cada taller aborda el tema desde una dimensión diferente. El de julio nos permitió reflexionar y aprender sobre nuestra búsqueda para construir una gobernanza anclada en la libertad y en la diversidad de personas y compromisos. Como a lo largo de todo este trabajo de evaluación e investigación participativa, uno de los actores principales ha sido Eugen Brand, que durante varios años aceptó ser parte de la Delegación General de Cuarto Mundo, equipo responsable de acompañar la marcha global del Movimiento; en un esfuerzo compartido, Eugen está poniendo palabras sobre lo impulsado, lo vivido e intentado a lo largo de todos estos años, ofreciéndonoslo como materia de diálogo y cuestionamiento de nuestra propia experiencia y visión de lo que se ha hecho y hacemos hoy en día en este campo de la gobernanza.

Hay muchas enseñanzas que me quedan de mi participación en este taller, demasiadas para el corto espacio de este artículo. Comparto únicamente algunas convicciones con las que me quedo:
  • El vínculo profundo que une nuestra gobernanza y nuestra identidad, en interacción dinámica, influyéndose mutuamente, en constante movimiento.
  • Cada persona, por muy empobrecida que esté, tiene un pensamiento válido que merece poder desarrollar, controlar, compartir y ser tomado en cuenta. Esta convicción conlleva el rechazo a que alguien diferente a uno mismo defina “quién eres”, encerrándote en esa definición.
  • Lograr una Gobernanza de tod@s, para tod@s, es el reto que da continuidad al reconocimiento de un saber construido gracias al cruce del saber de tod@s. Esta continuidad no tendrá éxito si no toma en cuenta y se aborda desde la discontinuidad, desde las rupturas, en la que a menudo se desarrollan nuestras vidas.
  • Como Movimiento no estamos enfocados en la resolución de problemas, sino experimentando la creación de las condiciones necesarias que nos permitan una liberación juntos de la miseria. Es decir, tenemos un proyecto de sociedad.

16 de julio de 2014, Álvaro Iniesta Pérez


1Miembro de Cuarto Mundo que vive o ha vivido situaciones de extrema pobreza y actúa para que otros también logren ponerse en pie y reivindicar sus derechos, participando a la construcción de una sociedad capaz un día de abolir la miseria.
2Actuar Todos por la Dignidad

martes, 1 de julio de 2014

¿Delincuencia y falta de valores siempre ligada a la pobreza?


Diego Sánchez
La Paz - Bolivia

Este afiche ha sido entregado a la población en una plaza pública durante todo un domingo, reforzando la idea que se tiene de que todo aquel que vive en pobreza es delincuente y violento. Lo más triste de este afiche es que fue producido por la Policía Nacional de Bolivia y el Gobierno Departamental de La Paz y uno al leerlo por supuesto entiende que si son dos autoridades a este nivel, deben tener la razón.
Muy pocas veces he visto campañas que demuestren que dentro de la lucha por la supervivencia en la pobreza, se generan otros valores en una sociedad cada vez más competitiva e individualista, valores como la búsqueda del bien común o el deseo de lucha comunitaria para salir de la exclusión.
En una conversación que iniciamos en una escuela pública de El Alto acerca de la educación y la falta de acceso pleno a ella por parte de las familias más pobres, una profesora nos decía “Estos padres de familia son negligentes por mandar sucios a sus hijos, luego ellos desaparecen y ya no vienen más, además siempre con la excusa de que tienen muchos hijos, pero no es mi culpa si una familia tiene diez hijos”.
Seguramente esta profesora como la gran mayoría de las personas en nuestra sociedad van alimentándose cada vez más con la idea de que el pobre es negligente y sucio, de que cuando lo vemos en la calle hay que cuidar la cartera gracias a panfletos como este que anuncian que “El pobre es violento y delincuente”.
Todo tiene como objetivo estigmatizar a las familias de la pobreza extrema, recordar sus múltiples «problemas». No vayamos a caer también nosotros en esta tentación. Si queremos evitar que una persona sea percibida de este modo, a través de esos estereotipos, recortado en pequeños pedazos de vida, estamos obligados a tener en cuenta permanentemente la globalidad de su propia historia, de la historia de su familia, de su grupo social y a reubicarlas en la globalidad de la historia de nuestra sociedad”1.


1 Extracto de las palabras del Padre Joseph Wresinski en 1975, publicado en la revista “Reveu Quart Monde Nº 188” en noviembre de 2003.