martes, 23 de agosto de 2011

La cultura de la Violencia

Por Max Araujo (Guatemala)




En una de las últimas encuestas realizadas a la población, previa a las elecciones presidenciales el próximo 11 de septiembre en Guatemala, las personas entrevistadas señalaron que el problema principal que afecta a los guatemaltecos es la violencia, por lo que esperan que el próximo gobierno resuelva esta situación.

¿Pero qué es lo que genera esta violencia?
Según Carlos Figueroa Ibarra, autor del libro “El recurso del miedo”, “En Guatemala se fue implementado una cultura del terror como una forma de dominación, lo contrario a una cultura democrática. No hay la tolerancia a posiciones diversas. Esta cultura no solo existió desde las élites dominantes de este país, sino que se irradió en el seno de la población […] Otro efecto es la preferencia por las soluciones autoritarias y pensar que con la represión se va a resolver el problema de la delincuencia en este país. También está el nivel de legitimidad que tienen acciones que son ilegales efectuadas por el propio Estado, como las ejecuciones extrajudiciales, a las que incluso se les da un nombre con carácter positivo. Se dice limpieza social para un acto monstruoso que rompe el Estado de Derecho” *

El caso es que efectivamente en la Guatemala de hoy se da toda clase de violencia. Sin embargo la mayoría de la población la reduce únicamente a la física, y consideran que ésta se resuelve con limpieza social o con mano dura. No todos entienden las causas históricas de esta situación y el papel que la represión jugó desde la época de la conquista y colonización española sobre los pueblos originarios y posteriormente con el mantenimiento, por todos los medios posibles, de los privilegios de unos pocos sobre la mayoría de la población; situación que con pocas variantes se mantiene hasta hoy día.

Muchos guatemaltecos consideran que las masacres que se dieron durante el conflicto armado 1960 – 1996 fueron legítimas porque era una lucha contra el comunismo. Hoy en día estos guatemaltecos son los mismos que justifican la limpieza social como un mal necesario, ya que con ella se elimina a “los malos” y en ese contexto se ha criminalizado por ejemplo a los jóvenes que viven en extrema pobreza y a quienes reclaman justicia social, reivindicación a sus derechos sociales y respeto a los derechos humanos.

Hoy en día, para los guatemaltecos es de lo más normal que se den actos de violencia de todo tipo, es lo cotidiano, ya son parte de nuestro paisaje humano. Raras veces nos afecta, no nos inmutamos, por eso es que ya tenemos una cultura de la violencia muy arraigada. Quien sufre un acto de violencia es porque se lo merece, sea quien sea y de la naturaleza que sea.

Esta cultura de la violencia debe terminar. Para ello es necesario cambiar la mentalidad y las actitudes de los guatemaltecos desde la educación de los hijos, la enseñanza escolar, programas sociales, hasta campañas de sensibilización. No obstante, nada de esto sucederá si no se construye una Guatemala con justicia social. Las iglesias, las organizaciones sociales y las dependencias de gobierno están llamadas a jugar un papel protagónico para que en Guatemala todos sus habitantes tengan acceso a una vida digna y decorosa, sin exclusiones ni racismos. Mientras se mantengan las estructuras sociales, políticas y legales actuales, todo esfuerzo por combatir la violencia será inútil. Eso lo debemos tener claro.
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*Extractos de la entrevista que se publicó en la Revista del Diario de Centroamérica del 19 de agosto de 2011.

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