lunes, 22 de julio de 2013

¿Por qué tanta indiferencia?...

María Luisa Rojas
Guatemala Ciudad

Desde hace varios años tengo la costumbre de aprovechar diariamente el tiempo que paso en el bus para observar y reflexionar sobre la vida… pero desde que empecé a acercarme al Movimiento Cuarto Mundo, no solamente miro las cosas, las personas, lo que sucede, sino que escribo lo que en ese momento viene a mi mente.

Nunca termino de escribir, nunca logro darle forma a todos esos papeles escritos, a esas piezas de rompecabezas que voy coleccionando. Lo que si hago es leerlas, releerlas, y es así como voy formando las diferentes respuestas a las cuales siempre sigue faltándoles una o varias piezas.

Con frecuencia me pregunto, lo que muchos se preguntan: por qué tanta diferencia entre las personas si todos buscamos lo mismo: un trabajo, una familia, una vivienda, un bienestar; por qué tanta indiferencia si todos necesitamos un saludo, un halago, una sonrisa,…

¿Será que no se puede comprender lo que no se ha vivido?... ¿Será que cuando se tiene, se borran todos los sentimientos de cuando no se tuvo?... ¿Será que la propia vida y nuestras necesidades nos ocupan tanto que no nos queda tiempo para ver más allá?... o ¿Será simplemente que la indiferencia ocupa un lugar primordial en la sociedad?

Sea lo que sea, cada vez con más frecuencia, no vemos alrededor, no vemos al que está cerca, no sentimos al que está a la par. Nos comunicamos con facilidad a distancia, conocemos rápidamente lo que pasa en el mundo; los medios de comunicación se encargan de mantenernos conectados al mundo, pero… muchas veces en esta conexión, no encontramos a las personas atrás de la pantalla.

Una de las palabras más utilizadas en los discursos públicos es la “solidaridad”; pareciera que es la palabra de batalla del mundo actual globalizado. Pero, de qué solidaridad se habla si ni tan siquiera nos esforzamos en levantar la vista para ver lo que tenemos enfrente…

La indiferencia llena nuestras vidas, por querer ser diferentes a otros en el actuar, en el vestir, en la forma de vida, en el hablar, sin darnos cuenta, lo que hemos logrado es ser indiferentes. ¿Por qué tanta indiferencia?

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