Daniel García
Madrid - España
“Podemos
erradicar la pobreza”. Desde hace tiempo
escuchamos esta frase en relación a diferentes convocatorias,
abrazadas a optimistas
previsiones que tratan de hacernos entender las
razones por las que esta posibilidad es real, y no un mero deseo
lanzado al aire. Pero hay una pregunta previa pocas veces planteada
en profundidad: ¿Qué es la pobreza? ¿Qué es lo que queremos
erradicar?
Los grandes titulares nos explican la
pobreza como una cuestión de ingresos: ¿Quiénes son los más
pobres? Quienes viven con menos de 1,25 dólares al día. ¿Eso es
todo? En nuestra presencia al lado de familias en condiciones muy
precarias en España desde hace 20 años hemos aprendido que la
pobreza es mucho más que eso, y que es importante escuchar cómo la
explican quienes la sufren en primera persona:
“La pobreza tiene muchas caras, no tiene una definición en
concreto… Puedes conocer a una familia que sea muy pobre
económicamente, pero es muy rica en compartir y en alegría y
en saber vivir con lo poco que tienen.”
“Cuando no hay dinero en casa y no hay recursos, se va
deteriorando la persona, la familia y todo… y te metes en una bola
con toda tu familia, con todo que tengas, y… te dedicas a vivir
como puedes, no a buscar un horizonte, no a tirar para adelante, a
buscar otras metas…”
“Tienes miedo por muchas cosas, y entonces no
expresas lo que sientes, por miedo a lo que te pueda pasar, por
ejemplo que te quiten a tus hijos”
Si no tenemos en cuenta estas
perspectivas, si no permitimos que quienes la sufren participen en la
definición y el desarrollo de la lucha contra la pobreza, nuestras
respuestas serán limitadas, algunas incluso contraproducentes.
Porque no nos engañemos, bajo este paraguas caben muchas
perspectivas diferentes, y a los supuestos “benefactores” les
queda muy clara la visión de ellos oculta tras cada una. Podríamos
agruparlas en tres grandes clases:
- “Lo más terrible de vivir en la miseria es que te traten como a un enemigo.”: La lucha contra la pobreza a veces es una lucha “contra” los pobres, de la que desgraciadamente tenemos muchos ejemplos: criminalización de sus medios de vida, expulsión de las alternativas de vivienda que encuentran, estigmatización social, etc. Ya se sabe, sin pobres, no hay pobreza.
- “Te dan una ayuda que está llena de condiciones, es como que no confían en que puedes llevar tu casa y tus hijos. No se fían de nosotros porque somos pobres.”: Al reconocer tan sólo las necesidades y carencias de quienes sufren la pobreza y no sus capacidades, se establece una lucha “para” los pobres que trata de resolver las prioridades detectadas por otras personas, reconocidas socialmente como expertas. Esto favorece que se establezcan relaciones de control por parte de quien da la ayuda respecto a quien la recibe, potenciando así la mentira y el engaño. Quien se siente inferior intenta mostrar lo que cree que quiere ver quien concede la ayuda, ocultando algunos aspectos de la realidad por miedo a perder la ayuda o sufrir las consecuencias del control que ésta establece.
- “Quienes viven en la pobreza son capaces de opinar, hablar, pensar, tener proyectos, levantarse, comprometerse, capaces de encontrar a otros y trabajar juntos.”. Es posible y necesario luchar juntos. Es la única manera de conseguir ir hasta el fondo de la problemática de la extrema pobreza. Contar con el saber y la experiencia de quienes viven en la pobreza junto con otros saberes ya reconocidos, como el profesional, el universitario, etc. De esta manera, el objetivo fundamental se desplaza hacia la lucha “con” quienes sufren la pobreza, y no ya sólo para erradicar esta última, sino para buscar juntos respuestas a los diferentes desafíos que afrontamos como sociedad, sin dejar a nadie fuera.
De nuestra
búsqueda permanente sobre cómo avanzar en esta tercera línea de
“luchar junt@s” nace este proyecto que busca tender puentes entre
los esfuerzos transformadores de quienes viven en la pobreza y otros
movimientos sociales: Vida
digna para tod@s: enredando iniciativas.
Para hacerlo posible hemos puesto en marcha un proceso de
financiación
colectiva
a través de la plataforma Goteo. ¿Te animas a participar?
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