lunes, 22 de julio de 2013

Comercio informal: principal recurso de ingresos para las familias pobres

Saint Jean Lhérissaint
Puerto Príncipe - Haití

En Haití, especialmente en el medio urbano, hay muchas familias cuya sobrevivencia descansa en el comercio informal, lo llamamos «comercio menor ». Hay comerciantes que tienen un puesto en el mercado, otros que venden a domicilio, y otros que son ambulantes. En un país donde el empleo escasea más y más, donde nadie tiene los medios para formarse de manera adecuada para integrarse al mundo del trabajo, el comercio menor es un recurso seguro.

En todos los rincones del país es difícil encontrar una familia que no tenga una historia relacionado con el comercio menor. Gracias a esta actividad, muchas personas logran muchas cosas. Mina, una anciana de 93 años que vende café cada día delante de su casa. Una canasta llena de pan, un recipiente lleno de dulces, una olla de café dulce y espeso, son lo que contiene el comercio de Mina.
Esta mujer tiene 6 hijos, 4 de ellos son universitarios, por ahora todos están casados. Mina explica que comenzó con esta actividad cuando su hijo mayor tenía un mes. En aquel tiempo ella no lograba llegar hasta fin de mes. Increíble pero cierto : fue gracias a este comercio pequeño que ella logró criar a todos sus hijos, alimentarlos, vestirlos, pagar la escuela, pagar gastos de salud cuando ellos se enfermaban, etc... Hoy en día, a pesar de que su situación ha cambiado, ella no puede seguir con este negocio. Este fue solo un ejemplo latente, pero hay muchos hombres y mujeres que, al igual que Mina, a partir de casi nada, logran abastecerse de lo necesario para vivir con su familia. Para lograr vivir día a día, ellos economizan un poco para asegurar la escolarización de sus hijos esperando que mañana las cosas irán mejor si los niños van a la escuela. A veces este comercio menor está compuesto de tan pocas cosas que uno tiene la tendencia a créer que hay un secreto o magia que permite encontrar cosas para vivir. Renovar su stock y cuidar de la casa a la vez, no es simple.

Los pequeños comerciantes no tienen un comercio definitivo, las mercaderías varían según la época. La más pequeña suma de dinero es suficiente para vender cualquier cosa. Hay comerciantes que van muy lejos para comprar sus mercaderías, mayormente lo transportan sobre la cabeza ya que no siempre tienen par apagar un tap tap (bus). Aquí el comercio menor no se hace sin ningún riesgo : se corre el riesgo de ser atropellados por los coches mientras se vende en medio de la calle en las estaciones y los stops. Se corre el riesgo de perder el dinero, ya que hay que correr detrás de los coches por vender o cobrar el dinero por el artículo vendido. Hay también el riesgo ser robado, agredido, detenido, maltratado, etc.

El comercio informal no solo ayuda a quien se dedica a ello ; hay además un rol que se juega en la creación de actividades generadoras de ingresos, se trata pues de un trabajo para la persona que lo practica. En Haití, las pequeñas actividades informales generan más ocupación de aquellas formales del estado. Toda persona que se dedica a una actividad debería ser respetada, animada, destacada porque eso reduce el número de personas que no hacen nada. Cada vez que una actividad puede dar la oportunidad a dos otras personas a integrarse, la tasa de desempleo disminuye.


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