Alberto
Ugarte Delgado
Estos
últimos 5 años con el Movimiento en Lima, hemos podido conocer
mejor la realidad que viven las familias que acumulan mayores
precariedades e inseguridades. Muchas familias empiezan aquí a tomar
contacto con el Movimiento, a conocer y comprender el sentido de
nuestra presencia y acción junto a ellas. Se trata de un camino que
empezamos con las primeras visitas a las familias del Asentamiento
Humano de Vista Alegre en Valdiviezo, un barrio cercano al centro de
la ciudad en el que en medio de grandes carencias viven una centena
de familias.
Romper
la desconfianza y la distancia de los primeros contactos fue un largo
camino. No llegamos solos, la hermana Bernadette Boudou, de la
Congregación de la Compañía de María y aliada del Movimiento en
Francia desde hace más de 25 años, fue quien nos introdujo. Ella
venía semanalmente para visitar a Sarita, una joven que desde la
infancia y a raíz de un accidente quedó invalida y postrada en una
cama; Bernadette venía para conversar con ella, hacer manualidades y
jugar, pero sobretodo para que no se sintiera sola. Fue así como
llegamos y al ver a los pequeños sobrinos de Sarita empezamos a
subir con cuentos en la mochila, cada semana los niños nos
esperaban y cada vez eran más, pues si bien empezamos con los
sobrinos de Sarita poco a poco otros niños se nos iban uniendo. Así
es como nació la Biblioteca de Calle, que reúne hoy a casi todos
los niños del barrio.
Dos
años más tarde tomamos contacto con otro barrio, la Comunidad de La
Vizcachera, anexo N°2 del distrito de Huarochiri, en el que
conocimos nuevas familias y de su lucha por por acceder al agua y
defender sus viviendas de los traficantes de terrenos; fue este
también otro espacio para el desarrollo de la Biblioteca de Calle.
Esta
construcción del Movimiento en la que hoy estamos comprometidos, se
desarrolla en el contexto de una ciudad que en las últimas décadas
tuvo un crecimiento desbordante, pues de los 700 mil habitantes que
tenía en la década de los años 40 pasó en el lapso de unas 7
décadas a los 8 millones que hoy la ciudad concentra. Como es de
comprender, esto significó la multiplicación de barrios en la
periferia de la ciudad, en los que se concentraron miles de familia
provenientes de todos los rincones del Perú. Un crecimiento como tal
hizo colapsar las capacidades del estado para responder a las enormes
necesidades de esta población, la misma que venía de una historia
secular de pobreza y abandono en sus pueblos de origen.
Hoy
la mayoría de la población de Lima se concentra en los barrios de
estos distritos emergentes, que en la continuidad y al ritmo de las
diferentes olas migratorias han ido redibujando el rostro de una
ciudad como Lima; que se recuerda hoy como una ciudad
mayoritariamente blanca y señorial allá por los años 30 y 40,
para ser hoy la síntesis de un país diverso y pluricultural en el
que se reúnen todas las sangres.
El
Perú es uno de los países de América Latina que en la última
década tiene uno los indices más altos de crecimiento económico,
esto se refleja hoy en un mayor dinamismo económico en la vida de
una ciudad como Lima; lamentablemente y como ya se viene señalando
desde hace tiempo atrás, este crecimiento no contribuye a reducir
las brechas económicas y sociales; más por el contrario, podemos
ver cómo hoy la riqueza se concentra cada véz más en menos manos y
una inmensa mayoría queda condenada al rol de mano de obra barata y
otra a la de reserva laboral.
Nuestro
contacto con las familias de Vista Alegre y Vizcachera nos permite
ver como toda una población queda al margen del desarrollo,
desarrollo que se construye a sus espaldas y sobre sus fuerzas.
Una
realidad como ésta genera una situación de impase que hace que el
desarrollo económico no sea sólido, genera enormes contradicciones
y conflictos, que nos llevan a preguntarnos: sobre la viabilidad de
una sociedad que se construye dejando al margen a una parte
mayoritaria de su población, sobre todo a aquellos que acumulan
mayores precariedades e inseguridades.
Encuentro
en esta contradicción el sentido de nuestra presencia como
Movimiento, de llamar la atención sobre la inviabilidad de una
sociedad que se construye generando más desigualdad y exclusión,
pero hacerlo brindando a los más pobres los medios y las
posibilidades que les permitan aportar su propio conocimiento y
experiencia a la construcción de una sociedad para todos.
Lima,
septiembre del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario