Los
que ya no están…
El
siglo XX la historia de América Latina fue sanguinaria. En nuestros
países miles de seres humanos pagaron con su vida las posturas de
unos y de otros. En Guatemala, al menos 45 mil personas fueron
detenidas y desaparecidas durante el Conflicto Armado Interno, en
otro países Centroamericanos, como El Salvador y Nicaragua, las
cifras no fueron determinadas. En todo caso las cifras dicen poco, en
comparación del sufrimiento humano de perder a un familiar querido.
“Nostalgia
de la Luz” (Argentina) y “Con mi corazón en Yambo”
(Ecuador-Colombia) son dos películas incluidas en el ciclo de cine
en Guatemala “Memoria, verdad y justicia”. Dos películas que
cuentan la historia de un mismo dolor, de una misma guerra, de una
misma historia, de una misma tierra: América Latina. De los
“desaparecidos” y sus familias que siguen en su búsqueda, por
justicia.
A
menudo se escuchan comentarios, “¡qué resentidos!, que lo olviden
ya” ¿en dónde está la capacidad del ser humano por ser empático
con lo que viven el otro? ¿Podemos imaginar que en nuestra propia
historia, nos falte una madre, un padre, un hermano y que nos podamos
vivir sin saber cuál fue su fin, su muerte, su dolor o en donde está
su cuerpo? ¿Podríamos vivir con eso? Lo más seguro es que no. La
búsqueda de la verdad es una necesidad.
Lo
lamentable también es el silencio de los gobiernos y su ineficacia.
Han pasado algunas décadas sin programas capaces de buscar la verdad
y sin que el asunto de “vivir en paz” sea finalmente alcanzado.
Lo difícil también es que en el siglo XXI todavía existan muchos
desaparecidos, en Guatemala, muchos jóvenes, que no vuelven a sus
casas, que migran o que son asesinados en la impunidad. Muchas otras
personas a lo largo del continente siguen siendo perseguidas por su
activismo en contra de la minería, por poner un ejemplo, seguimos
compartiendo la historia. El dolor sigue.
Cuando
pienso en los desaparecidos, en los que ya no están, pienso en el
reencuentro (¡como si fuera posible!) con sus familias, vivos, pero
es algo que no puede ser. Este sería el mejor final. Muchos otros,
pasan la vida buscando a su familiar, conozco a una familia, no fue a
causa de la guerra que perdieron a un hijo, fue a causa de la
violencia de la miseria. Cada cierto tiempo, van y buscan en los
libros de la morgue, con esperanza de encontrar a alguien, pero hasta
hoy sin resultados. Como ellos, muchos otros… ¿Es esto vida? ¿Esto
es digno?
Linda
García
Enlaces
relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario