Ciudad de Guatemala
¡Hay que soñar! Aunque sea tan difícil realizar los sueños hay que soñar…
Los
sueños nos animan a actuar buscando algo mejor, nos empujan a
cambiar, nos inspiran a ser mejores… Pareciera que sin sueños no
hay acción, no nos movemos.
Nacemos
con sueños de vida, de bienestar, de paz…
Todos
tenemos sueños de niño que llevamos en el corazón. Guardamos como
tesoros aquellas ideas locas que en nuestra infancia nos dieron tanta
ilusión. Eran sueños tan sencillos que muchas veces se hicieron
realidad: recibir de regalo la pelota que vimos en la vitrina, la
muñeca que se podía bañar, un gran helado, un día en la playa, un
abrazo de papá, ver a todos felices, … Pasan los años y algunos
sueños se van realizando, otros se van quedando por ser más
complicados o porque la vida no nos ha dado la oportunidad de
realizarlos.
Pero
qué pasa si desde pequeños la vida es tan dura, el bienestar no
existe, la paz es violentada… Estos primeros sueños no se
realizan nunca, van siendo opacados, van quedando en lo oscuridad de
una covacha, escondidos en un alma infantil, porque sólo ahí
encuentran luz.
Cuando
hablas con un niño o niña que vive en la pobreza extrema ¡con
cuánta frecuencia escuchas palabras animadoras llenas de esperanza!
Palabras que vienen de un corazón soñador que sobrevive en un
cuerpo desnutrido, sucio, harapiento… Palabras incongruentes con la
vida, pues te hablan de cariño, de igualdad, de armonía que esperan
encontrar alrededor. Cuando te falta tanto, sueñas con mayor razón,
sueñas todo aquello que debiera ser una realidad; tener alimento,
aprecio de los demás, una vivienda, un tiempo para descansar. Todos
estos sueños sin realizar se van acumulando, siendo ahora sueños de
la humanidad: queremos un mundo justo, queremos un mundo en paz, un
mundo mejor… queremos, como estos niños, ver tantos de estos
sueños hechos realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario