lunes, 25 de agosto de 2014

Sueños de infancia, sueños de humanidad

Maria Luisa Rojas 
Ciudad de Guatemala

¡Hay que soñar! Aunque sea tan difícil realizar los sueños hay que soñar…
Los sueños nos animan a actuar buscando algo mejor, nos empujan a cambiar, nos inspiran a ser mejores… Pareciera que sin sueños no hay acción, no nos movemos.

Nacemos con sueños de vida, de bienestar, de paz…

Todos tenemos sueños de niño que llevamos en el corazón. Guardamos como tesoros aquellas ideas locas que en nuestra infancia nos dieron tanta ilusión. Eran sueños tan sencillos que muchas veces se hicieron realidad: recibir de regalo la pelota que vimos en la vitrina, la muñeca que se podía bañar, un gran helado, un día en la playa, un abrazo de papá, ver a todos felices, … Pasan los años y algunos sueños se van realizando, otros se van quedando por ser más complicados o porque la vida no nos ha dado la oportunidad de realizarlos.

Pero qué pasa si desde pequeños la vida es tan dura, el bienestar no existe, la paz es violentada… Estos primeros sueños no se realizan nunca, van siendo opacados, van quedando en lo oscuridad de una covacha, escondidos en un alma infantil, porque sólo ahí encuentran luz.

Cuando hablas con un niño o niña que vive en la pobreza extrema  ¡con cuánta frecuencia escuchas palabras animadoras llenas de esperanza! Palabras que vienen de un corazón soñador que sobrevive en un cuerpo desnutrido, sucio, harapiento… Palabras incongruentes con la vida, pues te hablan de cariño, de igualdad, de armonía que esperan encontrar alrededor. Cuando te falta tanto, sueñas con mayor razón, sueñas todo aquello que debiera ser una realidad; tener alimento, aprecio de los demás, una vivienda, un tiempo para descansar. Todos estos sueños sin realizar se van acumulando, siendo ahora sueños de la humanidad: queremos un mundo justo, queremos un mundo en paz, un mundo mejor… queremos, como estos niños, ver tantos de estos sueños hechos realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario