lunes, 18 de agosto de 2014

Pasado y Futuro


Daniel García
Madrid-España

Este verano, tras unos años de ausencia, el Festival del Saber ha vuelto a las calles de Madrid. Ha sido el colofón a un intenso año de presencia en diferentes barrios marcados por la realidad de la pobreza en Madrid a través de las Bibliotecas de Calle.Este tiempo de Festival del Saber es una oportunidad para ir más allá de los encuentros semanales en torno a los libros, la posibilidad de ir hasta el final de un proyecto haciendo confluir nuestros talentos y capacidades para ver qué es lo que somos capaces de construir juntos entre quienes viven en estos barrios y otras personas, artistas, profesionales y voluntarios, dispuestos a compartir lo que saben y aprender también de otros.

La propuesta del Festival giraba en torno a la recuperación, en positivo, de la memoria colectiva de los barrios. Porque para recordar los problemas y dificultades siempre hay gente dispuesta, pero los pequeños y grandes esfuerzos que buscan el apoyo mutuo para hacer posible una vida digna muchas veces caen en el olvido.

Para mí, en concreto, este Festival fue la oportunidad para profundizar en la relación con algunas de las personas que hemos ido conociendo a lo largo de nuestra trayectoria en la Biblioteca de Calle del distrito de Tetuán. Esto se ha dado de manera especial con dos personas a las cuales cuanto más conozco más me maravillan, aunque son de esas cuya valía es invisible para tantos y tantas, incluso entre quienes les rodean. Sus historias merecen ser rescatadas de este olvido.

"He estado muerto muchos años, ellos han estado vivos". Eso me decía J., un hombre gitano, cuando le preguntaba sobre la historia de su barrio, un asentamiento de casas bajas levantadas hace ya décadas por emigrantes de diferentes lugares de España. No conozco su pasado, ni sé las causas que le han llevado a sentirse de esta manera durante tanto tiempo. En seguida la imaginación se dispara, y las opciones que aparecen son múltiples. Pero en el fondo esos detalles no son importantes. Lo fundamental es que volvió de esa muerte, que de nuevo está entre nosotros, y que quiere compartir lo aprendido en ese tránsito con quién le quiera escuchar. Sobre todo le preocupan los jóvenes que ve a su alrededor: "las cosas parecen ahora diferentes para el pueblo gitano, ahora ves a unos y otros con móviles y esas cosas, pero ¿qué ha cambiado en realidad? ¿Qué oportunidades, qué futuro tienen estos chavales diferente al que yo tenía con su edad? Van al colegio, sí, pero no aprenden allí, y aunque aprendan luego no les va a servir de nada, porque el único trabajo que podrán hacer será el mismo que sus padres, vender en mercadillos. ¿Para qué van a estudiar entonces? ¿Cómo van a encontrar motivación?"

M.A. es madre de dos hijas, a las que trajo a participar en el Festival del Saber pese a que tenían una caminata de 20 minutos andando hasta donde hacíamos las actividades. Así fue también durante el curso con la Biblioteca de Calle. Nos ve como una oportunidad para que sus hijas aprendan, descubran cosas, disfruten de oportunidades de jugar y crear como cualquier otra niña de su edad. Ella sueña con que sus hijas puedan tener un futuro diferente, y se deja la vida en ello. Cada tarde que tenemos oportunidad de hablar me cuenta sus peregrinaciones por todos los dispositivos de ayuda para conseguir cuadrar las cuentas a final de mes sin que les falte nada esencial, los esfuerzos por conseguir hacerse con los libros del colegio pese a no poder pagarlos, su inquietud y preocupación ante las dificultades de aprendizaje que muestran en algunas ocasiones sus hijas... Pero lo cuenta no como queja, ni para dar lástima, simplemente comparte su caminar: sueña, cuida, ama...

Es curioso descubrir, tras estos días volcados en recoger retazos de historias pasadas, como las que más me conmueven son las que buscan como sostener un horizonte de esperanza, las que dirigen su palabra y su mirada a quienes vienen detrás de nosotros.

Así son las historias de J. y M.A. Historias que sueñan una vida posible en la que nadie quede al margen, de lado, muerto para la sociedad. Historias que quieren construir un futuro que no repita los errores del pasado.

Historias en marcha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario