Es
fácil aceptar que no lo sabemos todo y que siempre podemos aprender
algo de los demás. Esto lo experimentamos todos los días cuando
escuchamos o leemos artículos de personas que son especialistas en
los temas más diversos permitiéndonos entender más y mejor sobre
dichas cuestiones. A menudo se acude a ellas para que aporten su
conocimiento en un debate o en un trabajo de investigación y así
ser capaces de tomar las decisiones más adecuadas. Los reconocemos
como expertos.
Cuando
se trata de abordar cuestiones relacionadas con la pobreza y la
exclusión social también acudimos a expertos. Generalmente son
considerados como tales profesionales de las más diversas áreas
como sociólogos, economistas, pedagogos, trabajadores sociales,
políticos, etc. Y es verdad que aportan un saber fundamental a la
hora de abordar un tema tan complejo como este. Pero faltan otros
saberes igual de importantes.
Las
personas que viven y resisten día a día situaciones de pobreza y
exclusión desarrollan un conocimiento y una comprensión sobre su
propia vida, las relaciones y los mecanismos que les encierran en
dichas situaciones,
que son fundamentales.
Pero generalmente lo que conocemos de ellas son sus carencias y
dificultades. Se les aborda principalmente desde ahí y por eso sus
conocimientos y potencialidades, suelen ser desconocidas, o peor aún,
despreciadas. Como consecuencia de ello funcionamos como si no
tuviéramos nada que aprender de esta población. En general se les
reduce a la condición de asistidos y no nos planteamos contar con
ellos para buscar soluciones. Así es imposible acabar con la pobreza
extrema.
Hace
unos días participé en una formación sobre el “Cruce de saberes”. Durante tres
días unas cincuenta personas, entre las que había profesionales,
voluntarios y personas en situación de pobreza (auténticos
militantes por el reconocimiento de la dignidad de todos),
nos formamos juntos para ser capaces de escucharnos, entendernos y
generar las condiciones para que el saber del otro emergiera de
manera construida, para así poder entrar en diálogo.
Hay
muchas enseñanzas que saco de esta formación, pero me gustaría
resaltar tres o cuatro ideas que me parecen fundamentales para
favorecer la participación y la construcción colectiva de
conocimiento entre personas de medios y experiencias diferentes:
- Buena parte de los ejercicios que practicamos juntos fueron para tomar conciencia de que si no tenemos cuidado sólo creemos estar entendiéndonos. Las palabras, las cuestiones abordadas representan cosas diferentes para unos y otros. Usamos las mismas palabras para decir cosas diferentes y si no tomamos el tiempo suficiente, podemos pasar demasiado rápido sobre ellas y quedarnos cada uno en nuestra propia comprensión del tema.
- La necesidad de trabajar por “grupos de actores o de iguales”: el saber de cada uno se construye a partir de la interacción con otros y principalmente con aquellos que tienen una experiencia similar a la propia. Este saber construido de manera colectiva y autónoma es liberador y permite entrar en diálogo. Es fundamental que aquellos más vulnerables por culpa de la pobreza puedan desarrollar como grupo su propio saber.
- No solemos estar cómodos cuando hay desacuerdos y tendemos a señalar demasiado rápido acuerdos o puntos que consideramos comunes aunque no nos hayamos dado el tiempo necesario para asegurarnos de que realmente lo son. Sin embargo, no evitar los puntos divergentes, nos permite ir más lejos, haciendo aparecer sensibilidades y comprensiones diferentes de aspectos que aparentemente parecen iguales, para que sean tomados en cuenta.
- Ejercitarnos en buscar qué parte de verdad hay en la argumentación del otro nos permite salir de nuestras propias lógicas y cuestionar nuestras certezas. Entonces es posible vivir un autentico “cruce de saberes”.
Reconocer
que nuestras inteligencias y saberes compartidos son complementarios,
y aprender a cruzarlos, me parece que es el camino necesario para
construir un conocimiento sobre el que apoyarnos para acabar con la
extrema pobreza.
9
de septiembre de 2014, Álvaro Iniesta Pérez
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