lunes, 26 de mayo de 2014

El capital en el siglo XXI. Un texto de cabecera.

Max Araujo
Ciudad de Guatemala
 
Acabo de leer en varios de los medios escritos de comunicación social en Guatemala, que desde hace varias semanas uno de los libros más vendidos, en Amazon, es “El capital en el siglo XXI” (Le capital au XXIe siécle) del economista francés Thomas Piketty, en el que hace un estudio de cómo se ha producido la concentración de la riqueza en el mundo y su distribución durante los últimos 250 años. Es un trabajo que le tomó quince años, y ha sido descrito como “un bulldozer político y teórico”. Este autor, según noticias, demuestra en su libro, que aún no he leído, que las 85 personas más ricas del planeta poseen el equivalente a los recursos económicos de los tres mil quinientos setenta millones de habitantes más pobres del planeta. Según lo que leí en un comentario de la periodista guatemalteca Marcela Gereda, en “el periódico” del 19 de mayo del año en curso, en el libro antes indicado se expresa “que la riqueza mundial está dividida en dos sectores: la mitad está en manos del uno por ciento y la otra mitad se reparte el 99 por ciento restante.

En el mundo existen poco más de mil cuatrocientos billonarios que poseen una fortuna superior a los mil millones de dólares. Y gran parte de esas fortunas logran escapar a los sistemas de imposición, a través de montajes financieros, reubicando el capital en paraísos fiscales, como en el famoso edificio Ugland House de las Islas Caimán, donde están registradas más de 18,800 empresas, algunas de ellas bancos célebres y reconocidas corporaciones: Lejos de ser regulado, este sistema de asimetría solo parece ir en expansión. La pregunta que atraviesa la investigación de Piketty es ¿Cómo se llegó a estos niveles abismales de desigualdad? En el texto según lo que explica la periodista se da respuesta a esta pregunta, e incluso se afirma en el mismo que la desigualdad se está disparando en todos los países desarrollados.

En lo personal celebro la aparición del libro, porque es una alerta, y creo que debe convertirse en un libro de cabecera para quienes estamos luchando en distintas plataformas para que en el mundo haya justicia social para todas las personas que lo habitamos y justicia entre naciones. Los argumentos y datos que se exponen en el mismo deben citarse en estudios y documentos que elaboremos, por el principio de autoridad que el autor está logrando. Sobre todo porque lo escrito no es una ficción sino una realidad en el siglo XXI. Es cierto que no es nada nuevo, pero la publicación llega en un momento preciso y oportuno.

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