lunes, 8 de noviembre de 2010

El cambio de la Rosa de la Paz.

El 4 de noviembre se presentó en Guatemala el informe sobre Desarrollo Humano 2010 “La verdadera riqueza de las naciones: Caminos al desarrollo humano”. En dicho documento se reitera que nuestro país es de los más desiguales de América Latina y del mundo. Nada nuevo para nosotros, porque conocemos la estructura social clasista, excluyente y racista que se construyó desde los orígenes de la colonia española y que se consolidó a partir de 1821 cuando se declaró la independencia.

Los números que presenta este informe son apabullantes y nuestra situación podría ser peor si no existieran esfuerzos de personas individuales, de instituciones y del gobierno, con todos sus proyectos y programas, incluidos los cuestionados “programas de cohesión social” cuyos resultados positivos se comienzan a analizar en países como Brasil y Chile. Unido a esos números que nos demuestran los bajos índices de desarrollo humano que tenemos, ahora hemos entrado en una espiral de violencia que nos ha puesto de rodillas a todos los sectores sociales.

A pesar del panorama pesimista con el que inicio este texto, hay gestos que nos reconcilian con nuestros valores y con la convicción de que las cosas pueden cambiar si todos nos lo proponemos. Hoy quiero comentar sobre un acto significativo que se realizó con ocasión del Día Internacional del Rechazo a la Miseria: El Cambio la Rosa de la Paz en el Palacio Nacional de la Cultura el 17 de octubre de este año.

Este acto se instituyó (en un lugar en el que el imaginario colectivo considera el centro del poder político del país) para recordar la paz firme y duradera que puso fin a un conflicto armado de treinta y seis años (29 de diciembre de 1996) y para reconocer a quienes con su vida y su ejemplo ayudan a mantenerla. Generalmente artistas y personas destacadas en cualquier área son invitadas a realizar el mencionado cambio.

Sin embargo, desde hace cinco años el Comité Organizador del 17 de Octubre en Guatemala, ha logrado que un representante de las familias en extrema pobreza realice el Cambio de la Rosa de la Paz cada 17 de Octubre. Este acto reafirma que las personas que viven en precariedad y que luchan cada día por salir adelante, también construyen la paz. En este sentido se considera un acto de justicia permitir que familias excluidas ingresen al Palacio Nacional de la Cultura para participar de dicho acto en el que también dan testimonios de vida y de esperanza. Les acompañan en este día, autoridades de gobierno y otras instituciones.

Este acto es más simbólico que efectivo, pero es una manera de que nosotros los privilegiados, en un país donde el 22% de su población vive en extrema pobreza, tomemos conciencia de que estas personas están ahí, que tienen algo importante que decir y que no debemos seguir ignorando.

¡Hay actos que son sencillos pero que también son importantes!


Max Araujo - Guatemala

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