Creo que en primer lugar necesitamos ponernos frente a la
realidad actual que vive el país y hacer eco de las necesidades más
urgentes, después de todo la web es un buen medio de difusión de
información. Aunque esto lo podemos hacer de manera relativa ya que
estamos alimentados por información no siempre tan precisa.
Entonces,
segun lo leído personalmente:
Médicos sin fronteras señala
que faltan carpas y médicos para la atención postoperatoria, asi como
asistentes para desplazarse al interior del pais. http://www.msf.es/noticias/emergencias/haitterremoto13.asp
La
MINUSTAH señala que hacen falta 200, 000 tiendas de campaña para alojar a
dos millones de personas y protejerlas de robos y violaciones; luego es
necesario construir casas mas sólidas para todos ellos antes de junio (temporada de
huracanes en el Atlántico Norte). http://www.minustah.org/
Estos son
algunos de los pedidos inmediatos, seguro que posteriormente se tendrá
que imaginar todo el proceso de reconstrucción, proceso mas largo pero
por tanto no menos importante. Para esta etapa seguro que es necesaria
la participación activa de todos, incluidos los más pobres.
Por otro
lado, leyendo en la web sobre lo que sucede ahora en Haití, la acción de
los paises cooperantes y sobre los comentarios de ciudadanos del mundo.
Me permito hacer algunas reflexiones, respetando las otras vertidas en
este y otros blogs que escriben sobre el tema.
Considero
que, frente a las maneras cómo los paises asisten a Haití (envío de
tropas armadas, descarga de alimentos en paracaídas, aceleración de
adopciones, etc.) es necesario analizar y situar en contexto nuestras apreciaciones
para no desvirtuar las acciones llevadas a cabo por los estados
cooperantes.
Considero
también que se han cometido excesos y aberraciones por parte de
instituciones y particulares durante el proceso de asistencia a Haití
(Secuestro de niños haitianos huérfanos y no hueéfanos, fotografías de médicos sonriendo a
lado de cadaveres y heridos, soldados agrediendo a personas que esperan la
distribución de alimentos, etc.). Estas situaciones deben de ser
denunciadas, sin embargo no debieran emitirse ni generalizar juicios
sobre las nacionalidades de las personas que cometen estos delitos.
Considero
además que todos, organismos, asociaciones y particulares, tenemos
límites en lo que podemos hacer por Haiti. Y reconocer que tenemos
diferentes tiempos en los que podemos apoyar a esta población. Esto es
un aspecto, creo yo, que no es muy valorizado en la actualidad, ya que
el ritmo mediático con el que son tratados los desastres y la ayuda a las poblaciones
concernidas no nos permiten ver las maneras en el que podemos participar
hoy y también
mañana.
Como algo
anecdótico puedo decir que en mi trabajo de encuestador de una consultora que hace
estudios económicos y sociales en el Perú, pude apreciar que luego de la
catástrofe que sufrió Pisco (al sur de la capital Lima), las
necesidades de la población se volvieron diversas a medida que pasaron
los días, meses y años, mientras que la ayuda se redujo del plano
internacional al local hasta desaparecer completamente. Yo participé en
las encuestas después de dos años de ocurrido el incidente y lo que
dicen las personas que viven alejadas del centro de la ciudad es que, al
principio diferentes instituciones venían a ayudarles pero que ahora se
han olvidado de ellos. Sus casas no fueron reconstruidas, siguen
recibiendo alimentos de un programa de asistencia estatal y la escuela a
la que van sus hijos todavía funciona en carpas.
Mantener
viva y a largo plazo la preocupación y voluntad de ayuda hacia Haití y lo que podremos hacer
por ellos y por nosotros mismos es en lo que podría concluir esta
pequeña reflexión.
Humberto
Lovaton
Lima
- Perú
No hay comentarios:
Publicar un comentario