jueves, 4 de febrero de 2010

¿QUE PODEMOS HACER POR HAITI ?

Creo que en primer lugar necesitamos ponernos frente a la realidad actual que vive el país y hacer eco de las necesidades más urgentes, después de todo la web es un buen medio de difusión de información. Aunque esto lo podemos hacer de manera relativa ya que estamos alimentados por información no siempre tan precisa.

Entonces, segun lo leído personalmente:
Médicos sin fronteras señala que faltan carpas y médicos para la atención postoperatoria, asi como asistentes para desplazarse al interior del pais. http://www.msf.es/noticias/emergencias/haitterremoto13.asp

La MINUSTAH señala que hacen falta 200, 000 tiendas de campaña para alojar a dos millones de personas y protejerlas de robos y violaciones; luego es necesario construir casas mas sólidas para todos ellos antes  de junio (temporada de huracanes en el Atlántico Norte).  http://www.minustah.org/

Estos son algunos de los pedidos inmediatos, seguro que posteriormente se tendrá que imaginar todo el proceso de reconstrucción, proceso mas largo pero por tanto no menos importante. Para esta etapa seguro que es necesaria la participación activa de todos, incluidos los más pobres.

Por otro lado, leyendo en la web sobre lo que sucede ahora en Haití, la acción de los paises cooperantes y sobre los comentarios de ciudadanos del mundo. Me permito hacer algunas reflexiones, respetando las otras vertidas en este y otros blogs que escriben sobre el tema.

Considero que, frente a las maneras cómo los paises asisten a Haití (envío de tropas armadas, descarga de alimentos en paracaídas, aceleración de adopciones, etc.) es necesario analizar y situar en contexto nuestras apreciaciones para no desvirtuar las acciones llevadas a cabo por los estados cooperantes.

Considero también que se han cometido excesos y aberraciones por parte de instituciones y particulares durante el proceso de asistencia a Haití (Secuestro de niños haitianos huérfanos y no hueéfanos, fotografías de  médicos sonriendo a lado de cadaveres y heridos,  soldados agrediendo a personas que esperan la distribución de alimentos, etc.). Estas situaciones deben de ser denunciadas, sin embargo no debieran emitirse ni generalizar juicios sobre las nacionalidades de las personas que cometen estos delitos.

Considero además que todos, organismos, asociaciones y particulares, tenemos límites en lo que podemos hacer por Haiti. Y reconocer que tenemos diferentes tiempos en los que podemos apoyar a esta población. Esto es un aspecto, creo yo, que no es muy valorizado en la actualidad, ya que el ritmo mediático con el que son tratados los desastres y  la ayuda a las poblaciones concernidas no nos permiten ver las maneras en el que podemos participar hoy y también mañana.
Como algo anecdótico puedo decir que en mi trabajo de encuestador  de una consultora que hace estudios económicos y sociales en el Perú, pude apreciar que luego de la catástrofe que sufrió Pisco (al sur de la capital Lima), las necesidades de la población se volvieron diversas a medida que pasaron los días, meses y años, mientras que la ayuda se redujo del plano internacional al local hasta desaparecer completamente. Yo participé en las encuestas después de dos años de ocurrido el incidente y lo que dicen las personas que viven alejadas del centro de la ciudad es que, al principio diferentes instituciones venían a ayudarles pero que ahora se han olvidado de ellos. Sus casas no fueron reconstruidas, siguen recibiendo alimentos de un programa de asistencia estatal y la escuela a la que van sus hijos todavía funciona en carpas.

Mantener viva y a largo plazo la preocupación y voluntad de ayuda hacia Haití y lo que podremos hacer por ellos y por nosotros mismos es en lo que podría concluir esta pequeña reflexión.

Humberto Lovaton
Lima - Perú

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