De
acuerdo al informe del seminario sub regional de América sobre la
implementación de recomendaciones del comité de los derechos del niño1, 2006, expresan
que la extrema
pobreza azota desproporcionalmente a la infancia, pues son dos niños de
cada cinco personas que están en extrema pobreza, además de ser uno de los sectores más desprotegidos
socialmente.
Tras estas cifras se
puede ver a Huguette preguntando: “¿y yo no tengo derecho a comer?”, Nono que soñaba con
crecer rápido para ayudar a su madre (Carta a nuestros amigos en el
mundo Nº 15; ATD Cuarto Mundo 1988) o Scarleth aconsejando “que hay que saber levantarse y
a mal tiempo buena cara” (respuesta a la carta de Mackenson; Tapori
2008).
En la India se dice:
“El niño es
la sonrisa del mundo”, es esta sonrisa su fuerza y ella acaba con la
violencia, odio, exclusión
logrando que los adultos se encuentren entre sí.
Toda sociedad debería fundar sus esperanzas en los niños y hacer de ellos la
fuente de su desarrollo. Cuando se olvida a los niños no solamente el
mundo no se renueva sino que no crece. Los niños son el presente y el
mañana de la humanidad…. eso nos recuerdan día a día los niños que están
en la miseria (Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo).
Tantos niños en
condiciones tan difíciles nos plantean preguntas fundamentales porque a
costa de ellos se construye la sociedad. La terrible realidad de sus
vidas, ¿nos hace descubrir lo que hacemos vivir a todos los niños? pues
todos, ricos o no son dependientes de los adultos y de su medio.
Los niños sueñan y se esfuerzan por construir un mundo
más justo y humano, pero necesitan conocer sus realidades, sus vidas,
sus luchas, sus sueños para compartir y ver que no están solos, es así
que nace la corriente
mundial de amistad Tapori2, que reúne a niños de diferentes procedencias sociales,
culturales y económicas.
Estamos convencidos que la infancia que sufre el azote
de la miseria es la que lucha más por salir de ella, pero esta lucha
cobra mayor fuerza e impacto cuando niños que tienen condiciones más
favorables conocen realidades difíciles que sufren otros niños y se unen
para construir una realidad justa para todos. Esta unión genera
esperanza porque se ve que es posible convivir entre todos y que el
tesoro más grande es “la vida”, y eso nos muestra día a día la infancia.
La
Paz - Bolivia, 16 de agosto
Maria Sandra Ochoa Ramos
1 Durante
el texto me referiré a niñas y niños en género masculino, por facilidad
en la escritura y lectura.
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