lunes, 13 de agosto de 2012

Contrastes...


Inundaciones en Manila, cuando lo anormal se vuelve normal...

Durante últimos acontecimientos aquí en Manila he vivido y tenido tantos sentimientos encontrados, debido a las inundaciones, que no se me ocurre cómo expresarlos, y en un intento por hacerlo me ha salido esta especie de contrastes y me da la impresión de que se vienen repitiendo en Filipinas (y quizá en todo el mundo) a lo largo del tiempo:

Tras más de una semana de lluvias Manila ha comenzado a inundarse. La gente comienza a hacer muchos comentarios sobre lo visto en la televisión, leído en la prensa, etc. Comienzan también a bromear sobre lo que ocurriría si su barrio se inundase... 

Unos días más tarde las noticias anuncian las primeras víctimas de las lluvias y en Facebook las fotografías de héroes (policías cargando gente, hombres salvando mascotas, etc) comienzan a abundar. Las fotos “divertidas” de gente casándose en plena lluvia, niños nadando, extranjeros tomándose fotos en medio de la inundación, etc. etc. abundan también.

Cuando ya Manila ha colapsado, Cathy (que vive bajo un puente) nos envía un texto que dice “el agua está subiendo demasiado, estamos preocupados” y más tarde recibiremos un segundo texto “en Tulay estamos ya inundados!”; todavía más tarde doña Tita (que vive en un cementerio) nos cuenta por otro texto “todos estamos bien, solo que no ha dejado de llover y todo, absolutamente todo, está mojado”. Por la noche un usuario de Facebook publica “me consta que el gobierno ha dado casas muy baratas a esta gente pero ellos regresan a esos lugares, les gusta vivir como salvajes...”

Muchos han dejado de trabajar con sus jeepney*, el transporte público escasea y la gente camina en medio del agua, don Waldo nos cuenta "hace cuatro días que he dejado de vender". Los supermercados se llenan de compradores y los pedicable* aprovechan esta gran oportunidad para ganar un poco más transportando a la gente que no puede cruzar las calles inundadas.

Los que tuvieron que ser evacuados, se juntan en los pasillos de una escuela y otros se amontonan en el patio del Barangay* para pasar la noche como se pueda, “mi esposo no ha dormido por sus responsabilidades y yo por vigilar a mis hijos” nos contará una joven madre al día siguiente. Mientras, un grupo de hombres aparcan sus carros privados en una casa más segura y esperando que pase la lluvia pasan la noche bebiendo y riendo...

El DSWD* levanta una lista de damnificados y distribuirá una bolsa con alimentos a quienes duerman por segunda vez en la escuela (y ya la lluvia había pasado) así que la gente se ve obligada a permanecer en la escuela, porque hambre y necesidad siempre hay. Los presos de una cárcel deciden renunciar a una de sus comidas diarias para donarla a los damnificados de su ciudad.

Pero lo que más me ha sorprendido es que Manila estuvo en alerta, estuvo inundada una vez más, y fue noticia en el mundo como una gran tragedia (y lo fue). Y una vez más los filipinos se mantuvieron de pie, luchando contra el agua sin tregua y sin dejar de sonreír, volviendo a la “completa normalidad” al día siguiente mismo de haber parado las lluvias...

Cuando los contrastes se ahondan y lo anormal se vuelve una rutina normal, ¿no estaremos sembrando/cosechando una peligrosa tolerancia que no nos deja reaccionar y entonces seguimos sonriendo? Sonreír es la manera de protestar del pueblo filipino, decía un artículo que recibí por internet. Y no sé bien por qué, al terminar este artículo y para no perder las esperanzas se me viene a la cabeza esta frase:

doy señales de vida mientras espero que me de sus señales de vida el pueblo”
  
Susana Huarachi Quispe
Desde Manila, 10 de agosto 2012


*Jeepney: Transporte público local más barato en Manila.
**Pedicable: Especie de triciclo que sirve de transporte local impulsado por pedales.
** *Barangay: Organización Local que agrupa como mínimo a 500 familias.
****DSWD: Departament of Social Walfare of Developement

2 comentarios:

  1. Desde Marruecos, solidaridad y un fuerte abrazo a quienes lo necesiten ...

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  2. Gracias por compartir tu experiencia en Filipinas, nos permite conocer más esa realidad y ver las similitudes con la nuestra.

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