lunes, 11 de octubre de 2010

¿Pobreza material o pobreza mental?

Esta pregunta ronda mi cabeza no sólo cuando estoy en un lugar donde hay muy pocos recursos económicos, sino también cuando hablo con alguien que tiene todas las oportunidades al alcance de su mano.


Un niño de la comunidad que visito regularmente me cuenta cómo la vida ha sido tan dura con él. Unos amigos me dicen que ‘la pobreza existe porque esa gente no quiere salir adelante’, ‘la pobreza existe porque nadie hace nada por ella’, ‘la pobreza es conformarse con comer frijoles’


La pobreza material existe en todos lados pero la sociedad intenta esconderla en barrios apartados y olvidados. Los jóvenes siguen estudiando sin valores humanos, sin ética profesional y se rodean de personas que no ven más allá de sus propias vidas.


Lamentablemente la pobreza material es real y crece cada día, pero también es real que el mundo se va poblando de gente dominada por otro tipo de pobreza que tal vez crece más que la pobreza que todos conocemos. Sin darnos cuenta, estamos cada vez más pobres.


Un día otra persona me dijo: “este país está cada vez peor y nadie hace nada” entonces pregunté ¿qué haces tú? Me miró fijamente, se rió y me dijo: “qué puedo hacer yo si todos aquí sólo piensan en ellos, yo sola no voy a lograr nada” entonces sonreí y le dije: por esa mentalidad estamos como estamos.


El tipo de pobreza del que hablo es el que existe en nuestras mentes. Una pobreza que no nace con nosotros pero que vamos “adquiriendo” a partir de nuestras actitudes, a partir de nuestro miedo a ir contra corriente. Deberíamos estar pensando en otra dirección; nuestra pobreza mental alimenta la pobreza material de los más excluidos. Pienso que tenemos que hacer algo y creo que empezar por el cambio de mentalidad (la manera cómo miramos y definimos la pobreza) ya es un gran paso adelante.


Escribo con el propósito de hacer ver que estamos construyendo un futuro miserable, un futuro sin conciencia, un futuro sin solidaridad. Todos somos parte del mundo, del país en el que estamos. ¿Y si todos construimos algo mejor para el mañana? ¿Y si tomamos en cuenta las opiniones de todos y actuamos bajo el punto de vista de las personas que hemos excluido?

Tú y yo podemos hacer algo, por mínimo que te parezca podemos salir de esta “pobreza mental” ¿Cuándo empezamos?

Desde El Salvador, Miriam Barrutia

1 comentario:

  1. Hola Miriam

    He apreciado mucho tu artículo, sin embargo hay algo que no me conviene completamente. Me recuerdo el Padre Joseph Wresinski haciendo un comentario del texto del Evangelio que dice "Dichosos los pobres". El decía (lo escribo de memoria, habría que buscar el texto exacto): se suele decir que somos todos pobres porque todos tenemos debilidades. Es cierto que todos tenemos debilidades, pero no es verdadero que todos somos pobres. Y cuando gente que no son pobres dicen "de un cierto modo somos todos pobres", sin darse cuenta, quitan a los pobres algo que son único a tener: la experiencia de la pobreza... Su reflexión me dio a pensar, es porque la comparto contigo. ¡Mucho ánimo para seguir publicando en este blog!

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