miércoles, 5 de septiembre de 2012

Lo último que debe perderse es la esperanza.

(Nuevo conjunto de objetivos para lograr el desarrollo sostenible en el mundo)

Por Max Araujo


Leí hace unos días en “el Periódico” de Guatemala un texto muy interesante de Jeffer D . Sachs, asesor especial del Secretario General de las Naciones Unidas para los Objetivos del Milenio.
En él nos cuenta que dicho Secretario ha lanzado la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible, que permitirá la adopción de un nuevo conjunto de objetivos para lograr el desarrollo sostenible en el mundo; además se dispondrá de una nueva red de conocimientos técnicos para contribuir a la consecución de dichos objetivos.
Según el autor, “la humanidad necesita aprender nuevas formas de producir y utilizar una energía con reducidas emisiones de carbono, producir alimentos de forma sostenible, construir ciudades habitables y gestionar los bienes comunales de los océanos, la diversidad biológica y la atmósfera”.
También señala que para ello las universidades del mundo deberán jugar un papel importante, ya que por medio de los intercambios de conocimientos pueden ayudar a sus sociedades a afrontar los imperativos de la reducción de la pobreza, la energía limpia, el abastecimiento sostenible de alimentos y todo lo demás. Al interconectarse y ofrecer sus planes de estudio en línea, las universidades del mundo pueden llegar a ser más eficaces a fin de describir y promover soluciones para problemas complejos basados en la ciencia.
Además el autor cita que “el sector empresarial debe sumarse a esta red, no solo por el poder que tiene sino porque debe reinventar sus sistemas productivos”.
Y si bien esta nueva red está dirigida a combatir los efectos del cambio climático, optimista que soy, creo que de formalizarse puede generar soluciones para resolver problemas urgentes de la época, entre ellos el de la extrema pobreza, el racismo y la violencia, para no mencionar otros.
Por eso celebro el aparecimiento de esta iniciativa, porque creo que servirá para construir un mundo mejor, en el que la justicia social sea una realidad. Pero la creación de la red es tan importante como la debida implementación de la misma; para ello es necesario que se establezcan con claridad sus metas, sus programas y proyectos, para que, por ejemplo, no se repita lo que sucedió con iniciativas como las de responsabilidad social empresarial, en la que algunos de sus ejecutores siguen actuando de manera paternalista, con esa idea de cambio para que nada cambie, es decir para perpetuar sistemas sociales injustos que privilegian a minorías en detrimento de las grandes mayorías.
Y que conste que también creo en los beneficios de una buena responsabilidad social empresarial.
Guatemala, septiembre de 2012.

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