María Luisa Rojas
Guatemala Ciudad
Una
vez por semana voy a un
asentamiento de la ciudad de Guatemala a visitar a familias que viven
en extrema pobreza.
Nunca
he tomado una foto pero cada vez que voy guardo imágenes en mi
corazón, en mi espíritu, en mi pensamiento, en mi propia vida,…
Grabo imágenes que se me quedan dando vueltas en la cabeza. Llevo
estas fotos conmigo a todas partes y en un momentito libre que tenga,
cuando voy en el bus, por ejemplo, las veo y entonces, muchas
preguntas vienen a mi mente… preguntas sin respuestas inmediatas,
preguntas que, a veces, me quitan el sueño, preguntas que me invitan
cada jueves a ir con ilusión al encuentro de alguna respuesta a
tanta interrogante, de alguna respuesta que me ayude a entender esta
parte de la realidad que me parece incomprensible y que quiero
conocer.
Me
impresiona mucho en estas imágenes la oscuridad de las casas en las
que viven muchas familias y la penumbra en la que siempre se ven las
cosas: paredes, techo, suelo, todo se ve del mismo color… color
tierra, color sucio, color ollas tiznadas.
Aunque
el sol sale para todos, construir casas luminosas es más caro que
levantar cuatro paredes con techo de lámina… Una vez más, sin
darnos cuenta, de forma inconsciente, espero, en la sociedad
“desarrollada” para vivir en comodidad y
confort, despojamos a otros de cosas tan valiosas como la luz, el
aire, el agua y alimento.
Al
no permitir el acceso de ciertas
comodidades a todas las personas, no solamente limitamos la calidad
de vida, sino que limitamos la vida misma. Matamos la vida.
Dejamos
en la oscuridad a muchos niños, y niñas, a muchas personas que sin
luz, no podrán brillar, no podrán dar lo mejor de sí, no podrán
desarrollarse y crecer a plena luz.
Permitimos
que esta vida en oscuridad sea una vida de alejamiento; otorgamos la
atribución luminosa al conocimiento y aceptamos la oscuridad como la
ignorancia; asociamos la luz con lo bueno y la verdad y dejamos lo
malo, la mentira, lo secreto, lo prohibido a la oscuridad…
¿Por
qué nos parece
normal que en una vida con luz se tenga oportunidad de ser y que en
la vida en la oscuridad se tenga que permanecer, como en una
madriguera, en la sombra de la sociedad?
Ésta
es una de esas tantas
interrogantes que vienen a mi mente en esos momentos en los que puedo
dejar un poco de lado mis preocupaciones diarias y pensar…, pensar
quizá en las cosas importantes en las que deberíamos reflexionar
más a menudo, ¡en la oscuridad de nuestra gente que vive en extrema
pobreza!
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