Max Araujo
Guatemala Ciudad
Desde hace
algunas semanas se lee y se escucha en algunos medios de comunicación
de Guatemala acerca de una campaña denominada "Iniciativa 58".
Esta campaña
llama a la reflexión sobre las carencias de muchas personas en
cuanto a tener una vida digna y decorosa, pero que sin embargo no
logra la atención que dicha iniciativa requiere. Lo digo porque a
personas que les he preguntado no saben nada de la misma, quizá
porque ya nos hemos convertido en una sociedad insensible ante las
carencias y las pobrezas de los demás, o porque los mensajes de la
misma se pierden en la vorágine de anuncios y noticias de cada
momento, o por los problemas personales que cada uno tenemos, que nos
hacen creer que somos nosotros los que necesitamos ayuda, por lo que
no podemos dar y apoyar a otros.
Cuando por
primera vez escuché sobre esa iniciativa ingresé a su sitio web
(www.iniciativa58.org)
para averiguar de qué se trataba. Comprobé que 58 viene del número
que tiene el texto de un versículo de uno de los apóstoles del
cristianismo, y que aparte de llamar la atención sobre la pobreza en
Guatemala, lo que se pretende es que asumamos un compromiso personal
para luchar contra ese flagelo, ingresando como voluntarios en
asociaciones, movimientos y campañas que luchan contra la pobreza y
la extrema pobreza, o que colaboremos con alguna de ellas. Solicitan
también un listado de entidades, proyectos y programas.
Visto así
me parece buena la campaña y aunque no sé cuál es la fuente de
financiamiento para dicha iniciativa, optimista que soy, creo que sí
dará algunos resultados, no con la abundancia que sus promotores
desean, pero que sí motivará a personas, principalmente jóvenes,
para que asuman un compromiso para ayudar a construir una Guatemala
con justicia social. Y eso, para mí, ya es ganancia.
Me preocupa
eso sí que algunas personas, que respondan al llamado que se está
haciendo, ingresen a entidades que siguen tratando al necesitado como
objeto y no como persona, a quien no hay que respetarle ni su
dignidad y ni sus derechos. Otro aspecto que señaló un crítico de
esta campaña, durante un programa de radio, es que parece ser que
detrás de la misma está una iglesia evangélica y que lo que busca
es ganar adeptos.
En lo
personal creo que no debemos ser tan "quisquillosos" y que
esas campañas deben ser bienvenidas, ya que son un medio para
colaborar en la transformación social de un país que tiene uno de
los índices más bajos de desarrollo humano, con problemas
ancestrales, a los que se han sumado la violencia y las actividades
de criminales. Quizás estoy equivocado, pero es que no dejo de
pensar en una Guatemala mejor.
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